Un s¨ªmbolo de la impotencia del poder civil iran¨ª
Abolhassan Banisadr, nacido en Hamad¨¢n hace 47 a?os, consigui¨® el 25 de enero de 1980 el sue?o que un d¨ªa, cuando contaba diecisiete a?os, provoc¨® la hilaridad de sus padres: ?Yo ser¨¦ presidente de la Rep¨²blica". Hijo de un ayatollah chiita, Nasrullah Banisadr, que manten¨ªa una s¨®lida amistad con el im¨¢n Jomeini durante su exilio iraqu¨ª de Nayef, el adolescente Abolhassan simpatiz¨® con el Frente Nacional durante unos pocos a?os, hasta que lo abandon¨® por considerarlo demasiado tibio.Desde muy joven se inici¨® en el conocimiento de los saberes isl¨¢micos, que constituyeron uno, de los fundamentos de su posterior trayectoria intelectual. Estudiante en la Universidad de Teher¨¢n, en la facultad de Economicas, simultane¨® estos estudios con los de Sociolog¨ªa. En 1963, en uno de los pogroms de la polic¨ªa pol¨ªtica del sha contra los universitarios antidictatoriales, Banisadr fue detenido, torturado y encarcelado.
Junto con sus otrora compa?eros, Hassan Habibi y Sadeq Gobtzadeq, con los que en enero de 1980 concurri¨®, en bandos.op¨¹estos, a la elecci¨®n para la presidencia de la Rep¨²blica Isl¨¢mica, Banisadr march¨® al exilio parisiense en 1963. All¨ª permaneci¨® quince a?os, dedicado a la militancia sobre todo intelectual, contra el r¨¦gimen del Pavo Real. Profundo estudioso de la econom¨ªa, recibi¨® la influencia del mayo franc¨¦s.
En este per¨ªodo, Banisadr se consagra al estudio de las formas imperialistas de dominaci¨®n y comienza a trazar los primeros rasgos de lo que luego ser¨¢ su singular teor¨ªa econ¨®mica.
Banisadr adopt¨® todos los h¨¢bitos de un intelectual europeo.
Una cita en Nayef
Su car¨¢cter tenaz, algo introvertido, le granje¨® algunas enemistades en el exilio de Par¨ªs. En 1972 viaj¨® a Nayef, el santuario de los chiitas en Irak, para acudir al entierro de su padre. Fue en Nayef donde conoci¨® al ayatollah Jomeini, que tiempo despu¨¦s se exiliar¨ªa tambi¨¦n en Francia y ser¨ªa alojado inicialmente en Cachan por su futuro hijo espiritual, que le acompa?¨® m¨¢s tarde a Nauphle-le-Ch?teau.
Con discreci¨®n, Banisadr se fue convirtiendo en consejero insustituible del anciano ayatollah, junto al que viaj¨® a Teher¨¢n en el c¨¦lebre vuelo de Air France que marc¨® el comienzo de la era revolucionaria en febrero de 1979.
Miembro del Consejo de la Revoluci¨®n durante el mandato de Mehdi Bazargan, rechaz¨® numerosas proposiciones para desempe?ar importantes carteras. Al poco, acepta las carteras de Asuntos Exteriores, Econom¨ªa y Finanzas. Nacionaliza el sistema bancario y decide que los pagos del petr¨®leo irani han de hacerse en divisas distintas del d¨®lar. Los estudiantes isl¨¢micos, que apresan el 4 de noviembre,de 1979 como rehenes a los miembros de la Embajada norteamericana en Teher¨¢n, fuerzan su dimisi¨®n. Banisadr se opuso desde un principio y sin ambages a la toma de los rehenes y tuvo que abandonarla cartera de Exteriores. Conden¨® la intervenci¨®n sovi¨¦tica en Afganist¨¢n y desde entonces intensific¨® su pol¨ªtica de equidistancia respecto a Washington y Mosc¨².
Impresionado por el modelo econ¨®mico chino, intent¨® crear un modelo para Ir¨¢n ni capitalista ni marxista, basado en un patr¨®n de socialismo moderado, de tercera v¨ªa, asentado por una acentuaci¨®n de la autogesti¨®n campesina tradicional de los hombres del campo iran¨ª.
En enero de 1980 c¨®nsigue con gran facilidad la presidencia de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n, con un 75,7% de los votos. Sus rivales apenas consiguen la tercera parte de los votos que ¨¦l logra. En Qom, la ciudad santa de los chiitas de Ir¨¢n, Banisadr obtiene m¨¢s del 80% de los votos, hecho que no permit¨ªa presagiar que los art¨ªfices de su destituci¨®n como presidente iban a ser, precisamente, los ayatollahs y mullahs que entonces, por indicaci¨®n de Jomeini, volcaron sobre ¨¦l sus votos y los de sus seguidores.
El rev¨¦s del Majlis
Opuesto a desempe?ar un papel de mero ejecutor de los designios de Jomeini, Banisadr dio a sus poderes constitucionales un giro que los ampliaba al m¨¢ximo. Sin embargo, no se dot¨® de una estructura partidista s¨®lida, y en las elecciones legislativas de marzo de 1980, el Partido de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Mohamed Bejesti, cop¨® por holgada mayor¨ªa los esca?os del Parlamento (Majlis). Desde este frente, los fundamentalistas fueron cercenando con una enor me habi lidad sus poderes. Bejesti consigui¨® hacer llegar a Al¨ª Raya?, miembro del PRI, a la jefatura del Gobierno, tras una dur¨ªsima oposicion de Banisadr y todos los dem¨¢s poderes, el legislativo, el judicial y el Gabinete, as¨ª como la Guardia de la Revoluci¨®n, pasaron a manos de los integristas.
Ileso tras un accidente de helic¨®ptero en el Kurdist¨¢n, en agosto de 1980, el mes siguiente Irak invade Ir¨¢n. La guerra, que mantuvo el equilibrio durante unos meses, acab¨® por exacerbar el enfrentamiento de Banisadr con los fundamentalistas. Jomeini defendi¨® a Banisadr todo lo que pudo, mientras Banisadr abandonaba Teher¨¢n para dirigir sin ¨¦xito, como comandante en jefe de las fuerzas armadas iran¨ªes, una guerra donde los guardias isl¨¢micos llevaron la iniciativa b¨¦lica.
Cuando a primeros de junio, Jomeini destituye a Banisadr de la jefatura del Ej¨¦rcito, todo hace ver que Banisadr ha perdido el favor del im¨¢n y que los integristas de Bejesti han ganado la partida, tras un a?o largo de s¨®rdidas luchas pol¨ªticas a muerte. Banisadr fue calificado ir¨®nicamente porsus enemigos como ?el ¨²nico presidente del mundo que es a la vez jefe de la oposici¨®n?.
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