Pesqueros gallegos capturan en los pantanos extreme?os 5.000 kilos diarios de peces

El gran embalse de C¨ªjara pertenece a la cuenca del Guadiana y riega, junto con el de Garc¨ªa Sola, Orellana y Z¨²jar, las casi 150.000 hect¨¢reas del Plan Badajoz. Este sistema de pantanos proporciona a las vegas alta y baja un caudal de 950 millones de metros c¨²bicos al a?o para regad¨ªo. Los tres primeros, situados en l¨ªnea, tienen un sistema de cascada mediante el cual el C¨ªjara y el Garc¨ªa Sola vierten sus aguas al Orellana y este ¨²ltimo se encarga de repartirlas. Una parte vuelve de nuevo al r¨ªo, a trav¨¦s de la presa de Montijo; la otra riega la vega alta. El pantano de Z¨²jar es independiente de los otros tres. Se alimenta de las aguas del r¨ªo de sus mismo nombre, afluente del Guadiana, y riega la vega baja.Durante la temporada de primavera y verano, el agua de estos embalses baja aproximadamente unos veinte metros cada a?o; caudal que, en condiciones normales, se recupera con las lluvias del oto?o y el invierno. Este a?o, sin embargo, a causa de la sequ¨ªa, las tierras de la provincia de Badajoz necesitan m¨¢s agua y los pantanos de la zona deber¨¢n abrir sus compuertas.

Hacia el 15 de julio, el C¨ªjara, cuya capacidad total es de 1.670 hect¨®metros c¨²bicos, quedar¨¢ reducido a 111 hect¨®metros c¨²bicos o, lo que es igual, aun 6% o 7% de su capacidad. El Garc¨ªa Sola pasar¨¢, hacia el 25 de agosto, de 555 hect¨®metros c¨²bicos a 66, y por ¨²ltimo el Z¨²jar bajar¨¢, a finales de septiembre, de 725 hect¨®metros c¨²bicos a 55. El Orellana no sufrir¨¢ apenas variaciones, ya que es el que recibe las aguas de los otros dos. En resumen, se calcula que la capacidad de los tres embalses quedar¨¢ reducida a un m¨¢ximo del 8% en volumen y de un 15% en superficie de agua.

Con esta medida, tomada para paliar en lo posible los efectos de la sequ¨ªa, surge el problema que ha dado origen a la operaci¨®n que se lleva a cabo en estos momentos, y que se realiza por primera vez en Europa. Al disminuir el nivel de las aguas se reduce tambi¨¦n el espacio vital para la fauna acu¨¢tica; escasea el ox¨ªgeno y, como consecuencia, se produce la muerte de ingentes cantidades de peces. Ante esto, varias sociedades de Amigos del Guadiana escribieron cartas al director del Icona y al gobernador civil haciendo resaltar los perjuicios tur¨ªsticos y ecol¨®gicos que representar¨ªa la muerte de muchos peces.

Sin embargo, el problema fundamental en este caso no es el ecol¨®gico, por muy importante que sea la desaparici¨®n masiva de peces, sino la salubridad de la zona en la que se encuentran los embalses. Si se dejara morir a los peces por asfixia, sus cuerpos, al descomponerse, provocar¨ªan la contaminaci¨®n del agua, con el consiguiente riesgo de desaparici¨®n de vida animal en los pantanos, el grave peligro para los cultivos regados por estas aguas, adem¨¢s de riesgos de infecciones para los habitantes de los pueblos cercanos. No se trata de unos cuantos peces, sino de muchos miles de toneladas de pescado.

Ante la gravedad del problema, el Icona, junto con la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadiana, aprob¨® unos fondos extraordinarios, que se calcula pueden alcanzar los quince o veinte millones de pesetas, para extraer la fauna pisc¨ªcola de los pantanos. En principio, se hizo p¨²blico un edicto por el cual se autorizaba a todos los pescadores que lo desearan a faenar con redes en los tres embalses citados. Normalmente, existe prohibici¨®n de pescar con aparejos de este tipo desde marzo a septiembre.

Sin embargo, aunque pueblos como Villanueva de la Serena y Don Benito cuentan con unas 34 barcas y 325 redes, y Herrera del Duque, con quince barcas y 140 redes, ni un solo pescador ha aparecido por la zona. En vista de lo cual ha sido necesario contratar pescadores profesionales.

Redes de mar para aguas dulces

Cuatro barcas de Ribadeo (Lugo) y una de Figueras (Asturias) llegaron hasta Helechosa, pueblo cercano al embalse de C¨ªjara, con diez pescadores profesionales de bajura. ?En principio, se nos hac¨ªa muy rara la idea de faenar en un pantano?, se?alan algunos de los pescadores. ?Tanto es as¨ª, que muchos compa?eros no quisieron venir. Sin embargo, ahora nos hemos dado cuenta de que pescar aqu¨ª es mucho m¨¢s f¨¢cil. No hay d¨ªas malos, ni mar arbolada, ni olas y adem¨¢s siempre hay peces. En la mar, pescamos a rumbo, no sabemos con exactitud si vamos a encontrar un banco o no ?.Durante los primeros d¨ªas, el trabajo era poco gratificante para unos hombres acostumbrados a vivir de lo que extraen de la mar. Despu¨¦s de buscar alternativas, la ¨²nica soluci¨®n era regalar una parte del pescado a los habitantes del pueblo. El resto se enterraba con cal viva en las orillas del pantano. ?Nos dol¨ªa ver c¨®mo se desperdiciaba el pescado?, nos comentaban, ?pero no hab¨ªa otra soluci¨®n?. Ahora es distinto. Dos f¨¢bricas de harina de pescado de Bermeo y Lequeitio desplazan hasta Helechosa camiones frigor¨ªficos y se llevan la pesca que se extrae del embalse para convertirlo en harina de pescado.

El sistema de pesca es casi igual al que se emplea en la mar. A ¨²ltima hora de la tarde, o bien por la ma?ana, una vez que se ha despescado, se arrojan de nuevo las volantas y los trasmallos (redes). Al d¨ªa siguiente, de madrugada, se procede a la recogida. Se intent¨® tambi¨¦n pescar durante el d¨ªa, pero al parecer los peces ven la red y la evitan. El nivel de capturas es alto en comparaci¨®n con lo que se extrae normalmente en la mar; sin embargo, para tratarse de un embalse, todav¨ªa se pesca poco. Las capturas oscilan entre los 3.000 y los 5.000 kilos diarios. De todas formas, no es posible por el momento calcular la poblaci¨®n existente en estas aguas, ya que no existen en ning¨²n pa¨ªs del mundo estudios de este tipo sobre fauna de agua dulce.

El problema originado por la sequ¨ªa no queda reducido, sin embargo, a los pantanos citados. Hace apenas dos d¨ªas, dos de las cinco barcas gallegas tuvieron que ser trasladadas al pantano de Gasset, en Ciudad Real. La situaci¨®n aqu¨ª es todav¨ªa m¨¢s grave, ya que el agua de este embalse se emplea para el abastecimiento de la poblaci¨®n y una gran mortandad en la fauna ocasionar¨ªa graves riesgos sanitarios.

La opini¨®n generalizada, tanto de los mismos pescadores como de los expertos encargados de esta operaci¨®n, es que en un futuro no muy lejano los pantanos existentes en nuestro pa¨ªs pueden convertirse en una interesante fuente de alimento. Si se tiene en cuenta la situaci¨®n actual de la pesca espa?ola, los embalses podr¨ªan llegar a ser complementos muy importantes para este sector.