Reagan, interesado por el desarrollo de la democracia espa?ola
?El presidente Reagan mostr¨® un enorme inter¨¦s por el desarrollo de la democracia en Espa?a?, declar¨® el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca, al t¨¦rmino de una breve entrevista en la Casa Blanca con el presidente de EE UU, Ronald Reagan, el vicepresidente, Georges Bush, y el responsable del ConseJo de Seguridad, Richard Allen.
P¨¦rez-Llorca concluy¨® su estancia de tres d¨ªas en Washington con la visita al presidente Reagan. Entreg¨® mensajes del rey Juan Carlos y del presidente del Gobierno, Calvo Sotelo, celebrando la recuperaci¨®n de Reagan tras el atentado del pasado 30 de marzo. Habl¨® con Reagan de las posibles fechas (finales de septiembre) de la visita de los reyes de Espa?a a EE UU, sin que se especificaran los detalles.Al margen de las declaraciones pol¨ªticas destinadas a reforzar la democracia espa?ola, Washington y Madrid intentan enfocar, desde distintas ¨®pticas, la continuidad del tratado bilateral de amistad y cooperaci¨®n, cuya actual vigencia caducar¨¢ el pr¨®ximo 24 de septiembre.
P¨¦rez-Llorca insisti¨® en presentar el tema de las relaciones bilaterales con EE UU dentro del marco de la pol¨ªtica occidental espa?ola y la futura entrada en la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN). Pidi¨® compensaciones a EE UU, en forma de cr¨¦ditos, material y acuerdos de cooperaci¨®n t¨¦cnica, para reforzar el potencial defensivo del Ej¨¦rcito espa?ol. ?La capacidad defensiva de Espa?a, con un Ej¨¦rcito humano, t¨¦cnico y profesionalmente muy preparado, debe ser completada con ayuda de material para sus objetivos de defensa occidental?, afirm¨® Per¨¦z-Llorca en la Casa Blanca, al t¨¦rmino de su entrevista con los dirigentes estadounidenses.
Sin embargo, en las negociaciones que contin¨²an en Washington para renovar el tratado, dirigidas por Carlos Robles Piquer, por parte de Espa?a, y por Terence Todman, por parte de Estados Unidos, no parece que los norteamericanos sean excesivamente sensibles a las peticiones de Madrid, que desea contar con m¨¢s ventajas que las recibidas hasta ahora por la permanencia de bases americanas en territorio espa?ol. Alegando restricciones presupuestarias (cuando el cap¨ªtulo militar de EE UU es el ¨²nico que no entra en los recortes), la Administraci¨®n Reagan racanea a la hora de reconocer la necesidad de tratar a Espa?a, como m¨ªnimo, igual que los dem¨¢s pa¨ªses europeos occidentales.
Para EE UU, Espa?a contin¨²a apareciendo como un gran portaviones, por cuya utilizaci¨®n debe pagarse lo m¨ªnimo posible. Imagen que s¨®lo podr¨¢ cambiarse si Washington accede a las peticiones formuladas por el Gobierno espa?ol, presentadas libres de todo perjuicio pol¨ªtico.
Las palabras de Reagan de ?apoyo a la democracia? deber¨¢n traducirse en hechos al t¨¦rmino de las actuales negociaciones en curso para definir un nuevo tratado. P¨¦rez-Llorca habl¨® con el vicepresidente Bush del malestar creado en medios econ¨®micos espa?oles por el d¨¦ficit cr¨®nico, en aumento, de la balanza comercial espa?ola con EE UU. Tambi¨¦n mostr¨® su inquietud, en la misma l¨ªnea que los pa¨ªses de la CEE, por la pol¨ªtica monetaria de la Administraci¨®n Reagan de altos tipos de inter¨¦s bancario. Tema este ¨²ltimo que ser¨¢ objeto de enfrentamiento entre europeos y americanos.
La Prensa estadounidense se hizo eco, excepcionalmente, de la estancia de P¨¦rez-Llorca en Washington (no en vano est¨¢n en juego las bases de EE UU en Espa?a), con informaciones sobre las conversaciones del ministro con Alexander Haig, secretario de Estado, y con los prop¨®sitos espa?oles de ingresar en la OTAN. P¨¦rez-Llorca, en declaraciones al diario The Washington Post, present¨® la actual situaci¨®n espa?ola sin dramatismo, y record¨® la necesidad de que el Ej¨¦rcito espa?ol deje de estar centrado en los problemas internos para ocuparse de la defensa global de Occidente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.