D'Artagnan cabalga de nuevo
Con un fondo de historia entendido a su modo, un pu?ado de personajes que el p¨²blico entend¨ªa bien, lances de amor, calculadas aventuras y unas gotas de suspense, Alejandro Dumas padre invent¨® el follet¨ªn en el siglo pasado, convirti¨¦ndose en el primer guionista de su ¨¦poca.Claro est¨¢ que el cine no se hab¨ªa inventado a¨²n, aunque faltaba poco; su primera exhibici¨®n p¨²blica tuvo lugar cinco lustros despu¨¦s de su muerte, por lo que en vida hubo de contentarse con escribir para su legi¨®n de lectores sin llegar a conocer sus dotes de narrador de im¨¢genes. Tales fueron ¨¦stas en lo que se refiere a mantener la atenci¨®n, p¨¢gina a p¨¢gina, que apenas convertido el nuevo arte en espect¨¢culo, sus historias han servido de inspiraci¨®n constante.
Los tres mosqueteros
Direcci¨®n George Sidney, seg¨²n la novela de Alejandro Dumas. Int¨¦rpretes: Gene Kelly, Lana Turner, June Allyson, Vicent Price, Van Heflin. Aventuras. Color, 1948. Locales de esterno: Palace y Espa?oleto.
Los tres mosqueteros se han batido, para delicia de chicos y grandes, bajo la batuta de Frank Niblo, junto a Douglas Fairbanks, dando aliento a un D'Artagnan en movimiento perpetuo; convertidos en gran comedia del arte a las ¨®rdenes de Henry Diamant, e incluso parodi¨¢ndose a s¨ª mismo en la versi¨®n pintoresca y elemental de Max Linder.
En su peregrinar a trav¨¦s de los a?os, desde el mudo al sonoro, desde el color a la televisi¨®n, han ido dejando tras de s¨ª girones de cap¨ªtulos hasta quedarse reducidos sobre todo a duelos, cabalgadas, escenas de amor convencionales, en una rara combinaci¨®n de humor, agentes dobles, gentes honradas y p¨¦rfidos validos que culminan en la versi¨®n de George Sidney.
En ella, m¨¢s que retratar la corte de Francia, sale a la luz un momento de Hollywood. Aqu¨ª est¨¢ Lana Turner, con su modo de interpretar rudimentario, fiado todo a su glamour un tanto exuberante hoy, pero capaz de entusiasmar a su generaci¨®n; Vicent Price, encarnando a un Richelieu infantil y perverso, y a Gene Kelly, imitando a Fairbanks en sus galopes, fintas y duelos.
Con la t¨¦cnica de sus filmes musicales anteriores y suntuosos decorados, con un plantel de actores entre la pantomima y el ballet, su realizador antes de aquella espectacular Scaramouche cerr¨® una serie que a¨²n ha tenido ep¨ªlogo reciente en la iron¨ªa desigual de Lester.
Babelia
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