Los defraudadores del aceite pueden haber obtenido 75.000 millones de pesetas de beneficios
La evidencia estad¨ªstica de un gigantesco fraude del aceite de oliva est¨¢ constatada a nivel oficial desde 1974 y apuntada desde 1970, al margen de las reiteradas denuncias efectuadas en este sentido por entidades e instituciones relacionadas con el sector olivarero. El fraude es cuantificable en unas 250.000 toneladas anuales y ha podido deparar a los defraudadores unos beneficios de 75.000 millones de pesetas en los ¨²ltimos diez a?os, si se supone que el beneficio por litro s¨®lo haya sido de treinta pesetas.
Aproximadamente un mill¨®n y cuarto de litros de aceite ilegal por diversas causas se ha recogido ya en las provincias afectadas por la intoxicaci¨®n, y se calcula que puede rebasarse el mill¨®n y medio, sin incluir a Madrid en este c¨®mputo, seg¨²n informaciones solventes. (La informaci¨®n oficial ya ha cuantificado una incautaci¨®n de 1.070.640 litros).Nadie ha dicho a¨²n qu¨¦ cantidad de ese aceite es t¨®xico. Tampoco se sabe qu¨¦ cantidad de aceite t¨®xico queda en circulaci¨®n, tanto envasado como componente de quesos, dulces, embutidos y conservas, por citar s¨®lo productos que el Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social (MTSSS) ha se?alado como peligrosos de consumo en el circuito, comercial de venta ambulante, y sin querer pensar en otras posibilidades.
Lo ¨²nico que se sabe es que una importadora de aceite llamada RAPSA vendi¨® a otra empresa comercializadora de aceite de consumo llamada Raelsa una partida de 110.000 kilos de aceite industrial (t¨®xico) que esta firma puso a la venta como comestible.
Sobre este punto se sabe tambi¨¦n que una partida de 59.000 kilos de aceite de Raelsa, destinado al consumo humano, fue previamente refinado por la empresa sevillana Itehache. Este volumen de aceite se corresponde con la mitad del comprado por Raelsa a RAPSA, pero ninguna autoridad ha precisado a¨²n si se trataba de aquel aceite de colza desnaturalizado (destinado a uso industrial). Legalmente, Itehache s¨®lo puede refinar aceite comestible. Pero, en el caso de que esos 59.000 kilos fueran efectivamente la mitad de los adquiridos a RAPSA, ?qu¨¦ pas¨® con la otra mitad?
No se sabe tampoco si Raelsa distribuy¨® la totalidad de ese aceite t¨®xico en el circuito de venta ambulante de aceite sin marca, o si tambi¨¦n comercializ¨® con otras firmas (s¨ª se sabe, por ejemplo, que en ese circuito ambulante se vendi¨® a entidades colectivas, como colegios).
El aceite t¨®xico no es s¨®lo el que se ha detectado entre el vendido a granel y ambulante, sino el de, al menos, cinco marcas legalmente reconocidas. ?Qu¨¦ porcentaje de mezcla ilegal llevan estos aceites? ?Qu¨¦ componente se mezcl¨® con la grasa pura de oliva? ?De d¨®nde proced¨ªa? ?Cu¨¢l es el total de kilos de estos aceites t¨®xicos puestos en circulaci¨®n o en situaci¨®n de almacenamientos? ?Es exclusivamente la red directa de venta al consumidor el campo comercial de esas empresas o se extiende su actividad a otras. ¨¢reas? En otras palabras, ?d¨®nde se ha distribuido el aceite de las cinco marcas legalizadas consideradas t¨®xicas" Ninguna autoridad ha informado de estas cuestiones.
Tampoco hay, hasta la fecha, esclarecimiento oficial del destino y uso de las cuatrocientas toneladas de aceite de colza desnaturalizado (t¨®xico) que RAPSA vendi¨® en el primer trimestre de este a?o a la empresa catalana de productos qu¨ªmicos Salom¨®.
No deja de ser curioso el hecho de que la primera nota oficial sobre el resultado de las investigaciones sobre el fraude que ha causado esta intoxicaci¨®n masiva fuese facilitada despu¨¦s de que este peri¨®dico publicara la presunta implicaci¨®n de Raelsa. As¨ª como que la segunda nota sobre m¨¢s implicaciones y detenciones, en especial sobre el proceso de importaci¨®n, fuese facilitada el mismo d¨ªa en que inform¨¢bamos de la presunta implicaci¨®n de la empresa importadora RAPSA y la detenci¨®n de sus dos propietarios, despu¨¦s de varias consultas en los departamentos ministeriales competentes, sin obtener otra cosa que datos inconexos o ambiguos, y de diversas gestiones en Madrid y San Sebasti¨¢n, que, finalmente, aportaron un resultado positivo.
En resumen, despu¨¦s de tres meses de intoxicaci¨®n, los ciudadanos siguen sin conocer, de manera oficial, la cuantificaci¨®n, el alcance, del fraude que ha causado la muerte de 79 personas y la enfermedad de m¨¢s de 10.000, ni el entramado de circunstancias en que se ha producido.
Fraga pregunta por 100.000 toneladas
El diputado y portavoz por Coalici¨®n Democr¨¢tica, Manuel Fraga Iribarne, interpuso el pasado d¨ªa 9 de junio una interpelaci¨®n al presidente del Gobierno en la que pregunta sobre las medidas gubernamentales que han hecho posible la existencia de un fraude anual de 100.000 toneladas en la comercializaci¨®n del aceite de oliva.
D¨ªas antes, exactamente el d¨ªa 5, EL PAIS publicaba un informe en el que se daba cuenta del resultado de las informaciones obtenidas por diversos conductos. Estos datos reflejaban un consumo anual en Espa?a de 700.000 toneladas de aceites vegetales. De este supuesto total, 500.000 toneladas eran distribuidas en botellas o envases; otras 75.000 iban destinadas a la industria, y unas 30.000 se vend¨ªan autorizadas a granel. Su simple suma -se dec¨ªa en esa informaci¨®n- muestra la falta de 100.000 toneladas.
Por otra parte, entre el consumo aparente y el real de aceite de oliva se advert¨ªa desde a?os un desfase de unas 80.000 o 90.000 toneladas al a?o, seg¨²n estudios del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y de la Direcci¨®n General de Comercio Interior. Dicha cifra ven¨ªa a coincidir con el hueco de 100.000 toneladas advertido en el consumo total de los varios aceites vegetales.
Manuel Fraga, en su interpelaci¨®n, analiza estos y otros datos. ?Existe un aparente equilibrio -seg¨²n CD- entre el consumo de aceite de oliva en Espa?a (350.000 toneladas al a?o), m¨¢s las exportaciones (100.000 toneladas), y el total de la producci¨®n anual espa?ola (450.000 toneladas)?. Sin embargo, ?a pesar de tal supuesto equilibrio entre la oferta y la demanda, que har¨ªa innecesaria la intervenci¨®n de los organismos reguladores de la Administraci¨®n, el FORPPA?, a?ade el diputado de Coalici¨®n Democr¨¢tica, ?desde la campa?a de 1975/1976 ha tenido que comprar a los productores, y por tanto retirar del mercado para que no se hundieran los precios, la cantidad de 280.000 toneladas de aceite de oliva, que tiene en estos momentos depositados en los almacenes del Patrimonio Comunal Olivarero; es decir, el erario p¨²blico espa?ol tiene que comprar la misma cantidad de aceite de oliva que el fracaso e incompetencia de los organismos p¨²blicos est¨¢n permitiendo que se venda fraudulentamente?.
De 100.000 a 200.000 toneladas
La realidad parece superar las cifras de fraude manejadas hasta ahora. Y evidencia un choque de evaluaciones entre algunos de los departamentos ministeriales responsables del control.
Una encuesta espec¨ªfica sobre el consumo de aceite en Espa?a, realizada en 1970 por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, ya arroj¨® unos datos que sorprendieron en otros departamentos ministeriales. Aquellos resultados indicaban unos desfases entre la com paraci¨®n de cifras oficiales que apuntaban la posibilidad de un fralude de considerables proporciones.
Pero fue a ra¨ªz de una encuesta estad¨ªstica realizada en el per¨ªodo de 1973-1974 cuando pud, o constatarse un presunto fraude gigantesco.
Aplicando la ecuaci¨®n importaci¨®n m¨¢s producci¨®n igual a consumo, m¨¢s existencias, m¨¢s exportaci¨®n, puede despejarse cualquiera de sus componen es. En el caso del aceite comestible, en el que las importaciones son m¨ªnimas, la producci¨®n debe ser igual al consumo, m¨¢s las existencias, m¨¢s la exportaci¨®n, si existe un equilibrio entre la oferta y la demanda. Hace a?os que ese equilibrio no existe, sin que se hubiera averiguado la causa.
Al margen de las demincias reiteradas por diversas entidades e instituciones sobre la posibilidad o la certeza del fraude en el aceite, la encuesta de presupuestos familiares realizada por el INE en 1973-1974 arroj¨® unas notables divergencias respecto al consumo de aceite de oliva en relaci¨®n con las cifras oficiales de producci¨®n del mismo. Fuentes consultadas por este peri¨®dico se?alan que, en su d¨ªa, el departamento de Agricultura se resisti¨® a aceptar tal resultado, raz¨®n que llev¨® al INE a dar una explicaci¨®n de la consistencia de las cifras que presentaba su encuesta, como consta en la edici¨®n publicada por el Ministerio de Planificaci¨®n del Desarrollo, de mayo de 1975.
Esta encuesta, como la espec¨ªfica de 1970, as¨ª como la siguiente de presupuestos familiares (se realiza cada seis a?os, a¨²n no ptiblicada la ¨²ltima) evidencian un consumo de aceite de oliva muy superior al de producci¨®n. La cuantificaci¨®n de este exceso se aproxtma a las 250.000 toneladas anuales. ?Cu¨¢l era la procedencia de este supuesto aceite de oliva realmente consumido pero no producido?
No parece que tal aceite est¨¦ elaborado con otros aceites vegetales, haci¨¦ndolos pasar en el mercado como de oliva, por cuanto dichos estudios estad¨ªstices fijan que la relaci¨®n producci¨®n -consumo de estos aceites es constante y normal.
La actual intoxicaci¨®n masiva ha sacado a la palestra la utilizaci¨®n del aceite de colza desnaturalizado y vuelto a naturalizar como uno de los ingredientes para la elaboraci¨®n del falso aceite de oliva. No obstante, el exceso de plantas esterificadoras en nuestro pa¨ªs; la existencia (v¨¦ase EL PAIS de ayer) de almacenes donde se mantienen depositados juntos, a pesar de estar prohibido, aceites comestibles y grasas animales; el descontrol sobre los residuos del aceite refinado, te¨®rica y preceptivamente destinados a la confecci¨®n de jab¨®n, etc¨¦tera, indican otras presuntas v¨ªas de elaboraci¨®n de las mezclas fraudulentas.
Las discrepancias de las cifras
La discrepancia de cifras oficiales, conocida desde hace, al menos. diez a?os, no ha servido para alertar a los responsables del control.
La desconexi¨®n interministerial, e incluso entre servicios de un mismo ministerio, se pone tambi¨¦n de relieve hoy d¨ªa. El propio ministro de Econom¨ªa y Comercio, de quien depende en la actualidad el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, no ha tenido en cuenta, al parecer, los trabajos de este instituto a la hora de hablar del consumo de aceite en nuestro pa¨ªs y del grado del fraude. El pasado 14 de julio, en la conferencia de Prensa impartida por los ministros Sancho Rof, Lamo de Espinosa y Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez, ¨¦ste afirm¨® que ?Espa?a consume 700.000 toneladas de aceite al a?o, y la mezcla fraudulenta apenas corresponde al 1 por 10.000?. Por lo visto, el ministro desconoc¨ªa los resultados del trabajo de los funcionarios de su departamento.
Seg¨²n la encuesta permanente de consumo, que se realiza todos los a?os, reflejada en el Anuario Estad¨ªstico de 1980, los espa?oles consumieron s¨®lo en aceite de oliva veinticuatro litros por persona en 1979. Traducido a kilos suponen 21,984 kilos por persona y a?o. Multiplicado por la poblaci¨®n nacional en ese a?o, cifrada en 36.664.967 personas, seg¨²n el mismo anuario, arroja un consumo de 813.295 toneladas. Aplicando la misma operaci¨®n a 1981, la cifra de consumo de aceite no resulta 700.000 toneladas, como se?al¨® el ministro, sino 822.069 toneladas.
Si de un supuesto de consumo de 700.000 toneladas, oficialmente aceptado, como se?al¨® EL PAIS el pasado d¨ªa 5, s¨®lo se ten¨ªan controladas 600.000, lo que induce a la existencia de un fraude estimado en 100.000 toneladas, atendiendo a la cifra de 822.069 toneladas de consumo, que facilita el INE, del Ministerio de Econom¨ªa y Comercio, resulta que el fraude, en realidad, se eleva a 222.000 toneladas anuales.
M¨¢s a¨²n. Los datos obtenidos por el INE est¨¢n evaluados en funci¨®n de encuestas rigurosas realizadas sobre hogares familiares. Ello significa que el consumo real es mayor -y mayor el fraude-, pues no se contempla en la encuesta el consumo en industrias, entidades colectivas, bares, etc¨¦tera. Si nos referimos a un orden global de magnitudes, con un l¨®gico error por defecto o exceso, cabe se?alar que el aceite fraudulento se aproxima a las 250.000 toneladas anuales.
En el supuesto de que el beneficio de los defraudadores haya sido -de treinta pesetas en litro -cantidad aproximadamente inferior a un cuarto del precio de venta al p¨²blico-, el montante adquirido por este procedimiento es de 7.500 millones de pesetas anuales. Aproximadamente, 75.000 millones de pesetas en los ¨²ltimos diez a?os.
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