El alto el fuego entre Israel y los palestinos, un ¨¦xito para Siria y la OLP
El r¨¦gimen de Damasco ha sacado partido de los quince d¨ªas ininterrumpidos de enfrentamientos armados entre israel¨ªes y palestinos al hacer pasar a un segundo plano la llamada crisis de los misiles, provocada por la instalaci¨®n en mayo por Siria y en territorio liban¨¦s de seis rampas de cohetes antia¨¦reos sovi¨¦ticos SAM-6.
La principal preocupaci¨®n de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) consiste ahora en averiguar cu¨¢l es la contrapartida ofrecida a Israel por Philip Habib, el enviado del presidente norteamericano. Concretamente, la direcci¨®n palest¨ªna teme que Washington haya prometido a Tel Aviv el control por la fuerza interina de las Naciones Unidas en L¨ªbano del castillo de Beaufort, punto clave del dispositivo militar de la OLP y desde donde los fedayin disparan la mayor¨ªa de sus katiuskas contra el territorio israel¨ª.Aunque se suele proclamar el mejor aliado de la resistencia palestina, el r¨¦gimen del presidente Hafez el Assad ha demostrado durante el conflicto de las dos ¨²ltimas semanas una gran mansedumbre. Sus ca?ones de largo alcance instalados en la llanura de Bckaa han asistido impasibles a los duelos de artiller¨ªa palestino-isral¨ªes. En varias ocasiones, Damasco orden¨® la retirada de los controles m¨¢s expuestos de la Fuerza Arabe de Disuasi¨®n (FAD), integrada por 26.000 soldados sirios, para no verse involucrado en choques con el Ej¨¦rcito israel¨ª, y la muerte en el bombardeo hebreo de Beirut del viernes 17 de julio de varios soldados sirios no suscit¨® ninguna protesta.
Cabe recordar hasta qu¨¦ punto todos los dirigentes israel¨ªes parec¨ªan determinados en sus declaraciones, desde hace tres meses, a acabar con "la amenaza de los misiles" para medir el alcance de la concesi¨®n obtenida por Siria.
Durante su gira de primavera por Oriente Pr¨®ximo, el secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, omiti¨® desplazarse a Daniasco, despreciando el papel diplom¨¢tico que esta capital pod¨ªa desempe?ar. La nueva Administraci¨®n norteamericana consideraba tambi¨¦n al r¨¦gimen sirio como un aliado incondicional de la Uni¨®n Sovi¨¦tica por haber firmado con Mosc¨², en octubre de 1980, un tratado de amistad y cooperaci¨®n.
La OLP luch¨® sola
La OLP tampoco tiene motivos para estar descontenta. En primer lugar, su reiterada teor¨ªa sobre la decisiva influencia ejercida por Estados Unidos sobre Israel ha quedado abiertamente demostrada. En segundo lugar, y por primera vez en la Historia del conflicto palestino-israel¨ª, la OLP ha lucha do sola contra el Estado hebreo, y con aparente ¨¦xito, ya que su potencia de fuego no se ha visto mermada por los intensos bombardeos israel¨ªes.
En estas condiciones, la resistencia palestina ha aparecido ante la opini¨®n p¨²blica como un elemento clave del conflicto, indispensable, en todo caso, si se quiere llegar a una soluci¨®n global negociada o simplemente decretar un alto el fuego.
Por si esto fuera poco, las v¨ªctimas civiles de los bombardeos israel¨ªes han da?ado gravemente la imagen internacional del Estad hebreo, suscitado reservas po parte del poderoso lobby jud¨ªo norteamericano y dividido a la opini¨®n p¨²blica israel¨ª.
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