"El desencanto democr¨¢tico lo origina el abandono que padecen los ayuntamientos"
Pregunta. Cu¨¢les son los problemas que va a abordar la federaci¨®n de una forma inmediata?Respuesta. Un primer grupo de problemas a abordar es el derivado de la puesta en marcha de la propia federaci¨®n, hasta alcanzar su pleno rendimiento: creaci¨®n de un m¨¦todo de trabajo para las distintas comisiones locales, financiaci¨®n y env¨ªo de los estatutos reformados a los 8.000 municipios y a las corporaciones provinciales e insulares. Al mismo tiempo tenemos que afrontar con toda urgencia temas tan importantes como el proyecto de ley de r¨¦gimen local, los d¨¦ficit de los presupuestos ordinarios en 1980, la financiaci¨®n de los d¨¦ficit de los transportes urbanos y de las inversiones, los consorcios de contribuciones territoriales, etc¨¦tera, y una tercera v¨ªa de actuaci¨®n es el establecimiento de cooperaciones con Europa en sus grupos de trabajo y la organizaci¨®n, junto con el ayuntamiento anfitri¨®n, de los Estados Generales del Conseil des Communes d'Europe (Consejo de Municipios de Europa), que reunir¨¢ en Madrid durante el mes de septiembre a representantes de 4.000 municipios de toda Europa.
P. ?Qu¨¦ papel puede jugar la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios en la consolidaci¨®n del proceso democr¨¢tico?
R. Un papel fundamental. La fe de la Europa democr¨¢tica en sus instituciones locales, a las que dot¨® de recursos y de prestigio, fue una de las claves de la reconstrucci¨®n pol¨ªtica europea de la posguerra. En mi opini¨®n, la desgana democr¨¢tica del ciudadano espa?ol, esa tradicional falta de militancia democr¨¢tica de los espa?oles, que nos hace f¨¢cil presa de cuando en cuando en nuestra historia para dictadores o sediciosos, tiene como origen el tradicional abandono del municipio, que ha de ser, por el contrario, la primera y m¨¢s pr¨®xima instituci¨®n democr¨¢tica.
"Las comunidades aut¨®nomas est¨¢n m¨¢s sometidas a lirismos y subjetivismos"
P. El hecho de que el nacimiento de la FEM haya tenido m¨¢s apoyo de los partidos llamados centralistas que de los nacionalistas, ?significa acaso que la federaci¨®n puede ser un organismo de contrapoder para las comunidades aut¨®nomas?R. La FEM no hace frente a nada ni va contra nadie, sino que colaborar¨¢ con otros dos sectores de la Administraci¨®n del Estado (el central y el auton¨®mico), precisamente para hacer Estado, para construir solidariamente, y a la europea, un pa¨ªs descentralizado y justo. Me parece muy acertada la expresi¨®n de que, mientras la descentralizaci¨®n auton¨®mica hacia nacionalidades y regiones tendr¨¢ una din¨¢mica centr¨ªfuga, el poder local es centr¨ªpeto por su propia naturaleza. La distribuci¨®n de recursos a los municipios, seg¨²n sus necesidades y su n¨²mero de habitantes, constituye un m¨¦todo de trabajo m¨¢s objetivo, m¨¢s ponderable y m¨¢s integrador que ning¨²n otro en el desarrollo previsto en la Constituci¨®n.
Igual que ocurre en muchos pa¨ªses de la Europa democr¨¢tica, junto a la Espa?a de las autonom¨ªas estar¨¢ el contrapunto de la Espa?a de los municipios; y lo llamo contrapunto porque creo (desde mi postura profundamente municipalista) que la distribuci¨®n de poder, de competencias y de recursos a los municipios va a significar un factor corrector de posibles desmanes en la creaci¨®n de nacionalidades y regiones aut¨®nomas. Estas, por su propia naturaleza, est¨¢n m¨¢s sometidas a subjetivismos, a lirismos y a desigualdades en la capacidad reivindicativa de sus respectivas clases dominantes. Las ciudades y los pueblos han de ser, en nuestra opini¨®n, las unidades b¨¢sicas de racionalizaci¨®n y de integraci¨®n del Estado.
P. Durante la gestaci¨®n de la federaci¨®n surgieron voces discrepantes entre los partidos nacionalistas, ?se han superado ya todas las dificultades en este terreno?
R. Los partidos nacionalistas, vascos, catalanes y gallegos estudiaron en su d¨ªa la posibilidad de integrarse directamente, sin pasar por la Federaci¨®n Espa?ola, en el Conseil des Communes d'Europe (Consejo de Municipios de Europa). Esto no era posible por ser claramente anticonstitucional. Nuestra postura fue refrendada por el Conseil, y los partidos nacionalistas citados aceptaron esta decisi¨®n, si bien condicionaron su entrada en la federaci¨®n a la constituci¨®n previa de sus respectivas federaciones de municipios. Es decir que, en primer lugar, se constituir¨¢n las federaciones vasca, catalana y gallega. Y, posteriormente, estas federaciones se integrar¨¢n en la espa?ola. Sin embargo, como es sabido, grandes municipios de estas tres nacionalidades son miembros ya de la federaci¨®n, por ser de mayor¨ªa socialista. La no presencia hasta ahora de municipios regiones por nacionalistas es la raz¨®n del bipartidismo existente ahora en la comisi¨®n ejecutiva de la federaci¨®n. En este tema de que los municipios espa?oles tengan una sola voz fuimos, y seguimos siendo, intransigentes, como lo fuimos y lo somos, igualmente, en que la palabra espa?ola apareciera claramente en el t¨ªtulo de la federaci¨®n.
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