La Orquesta Franz Liszt, de Budapest, interpreta a Haendel y a Dvorak en Tarragona

Cerca de mil personas se congregaron en el antiguo dormitorio de los monjes novicios del real ?monasterio de Santes Creus (Tarragona), para escuchar a la Orquesta de C¨¢mara Franz Liszt, de Budapest, interpretar obras de Haendel, Dvorak, Geminiani y Montsalvatge.

Este concierto, segundo del amplio ciclo que ha organizado este a?o el abad Josep Pont, al frente de la obra cultural de Santes Creus, contaba con la colaboraci¨®n del violonchelista Luis Claret.Desarrollando un programa variado (m¨²sica del siglo XVIII en la primera parte, y de los siglos XIX y XX en la segunda), la Orquesta de C¨¢mara Franz Liszt, guiada por su concertino Janos Rolla, dej¨® constancia de su gran categor¨ªa art¨ªstica, gracias a la cual ha obtenido varios Grand Prix du Disque, de Par¨ªs.

Dos impecables ejecuciones de sendos concerti grossi, de Geminiani y de Haendel (la de este ¨²ltimo un poco falta de contrastes), condujeron al momento estelar de la sesi¨®n, el Concierto n¨²mero 3 en sol mayor, de Boccherini, en el que actu¨® como solista Luis Claret. Este joven andorrano, formado en Barcelona, tiene en su haber premios internacionales de tanto relieve como el Xenakis, del Concurso Rostropovitch, de La Rochelle

Sin duda, Luis Claret, al que tendremos ocasi¨®n de o¨ªr en Madrid la pr¨®xima temporada (dentro de pocos d¨ªas ofrecer¨¢ un recital en el Festival Internacional de Santander), es hoy una de las mayores figuras del violonchelo.

A sus treinta a?os, este gran m¨²sico ha conquistado a los p¨²blicos m¨¢s exigentes del mundo. Sus muchas cualidades interpretativas explican los encendidos elogios de Mtislav Rostropovich, que le ha dirigido ¨²ltimamente sus actuaciones con la Orquesta Sinf¨®nica Nacional de Washington. El Boccherini de Claret, fluido y flexible, elegante, pur¨ªsino en los agudos, de asombroso virtuosismo en las dif¨ªciles cadencias de Maurice Gendron, dej¨® maravillado al heterog¨¦neo auditorio de Santes Creus.

La Orquesta de C¨¢mara Franz Liszt, de Budapest, ofreci¨® en la segunda parte el Concertino 1 + 13, de Xavier Montsalvatge, excelente composici¨®n del gran m¨²sico catal¨¢n,

Una impecable Serenata, de Dvorak, piedra de toque para cualquier orquesta de cuerdas, culmin¨® la actuaci¨®n del conjunto h¨²ngaro, que tuvo que ofrecer, fuera de programa, el vals de la Serenata, de Chaikowskj, v la Serenata del Cuarteto op. 3 n¨²mero-5 que lleva ese nombre, de Joseph Haydn.