La decisi¨®n pone en dificultades al canciller Schmidt
La decisi¨®n del presidente Ronald Reagan de fabricar la bomba de neutrones ha sorprendido en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), donde la reacci¨®n gubernamental ha sido muy prudente: El Gobierno se ha limitado a se?alar que "Borm ¨²nicamente fue informado de la decisi¨®n una vez adoptada por el presidente Reagan", seg¨²n declar¨® el portavoz gubernamental, Lothar Ruehl. Pero oficiosamente se piensa que la decis¨®n norteamericana pone en dificultades al canciller Helmut Schmidt.El portavoz oficial se?al¨® el domingo que "la decisi¨®n de construir la bomba es un decisi¨®n exclusivamente americana, sobre la que el Gobierno de la RFA no ha sido consultado". Ruehl a?adi¨® que los norteamericanos hab¨ªan indicado al Gobierno de Bonn que estas armas ser¨ªan estacionadas sobre suelo estadounidense.
En Bonn, sin embargo, se piensa que la decisi¨®n de Reagan llega en un mal momento.
Por una parte, esta decisi¨®n reforzar¨¢ el campo de los halcones en la URSS y dificultar¨¢ a¨²n m¨¢s la negociaciones, capitales para la RFA, entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica sobre la limitaci¨®n de cohetes nucleares.
Por otra parte, el ala izquierda del Partido Socialdem¨®crata, ya reticente ante el despliegue de los euromisiles, dificultar¨¢ la pol¨ªtica del canciller al estimar que la bomba de neutrones incrementa el riesgo de un conflicto nuclear sovi¨¦tico-americano, que se desarrollar¨ªa en suelo sovi¨¦tico. A nadie se le escapa en la RFA que la bomba de neutrones no tiene sentido si no se halla estacionada en la inmediata proximidad de las concentraciones de blindados que ha de destruir, es decir, en el teatro europeo. "No es en Estados Unidos", subraya un comentarista, "donde los carros sovi¨¦ticos lanzar¨ªan una ofensiva en caso de conflicto, sino en el Elba".
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