La bomba contra la vida

( ... ) La decisi¨®n norteamericana parece responder a la necesidad de restablecer el equilibrio de la OTAN con las fuerzas del Pacto de Varsovia, que ostentan una manifiesta superioridad, especialmente en carros de combate, y la nueva arma est¨¢ dise?ada especialmente para que las radiaciones maten sin que sea necesario destruir el tanque. Ya han empezado las protestas en los propios aliados europeos y, por supuesto, en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, para la que esta decisi¨®n tendr¨¢ "consecuencias peligrosas", entre ellas un arma paralela que le permita lanzar su propio arsenal neutr¨¢nico.No nos sirve, pues, que la URSS se rasgue las vestiduras, pero tampoco podemos elogiar la decisi¨®n de Reagan.

En Europa -donde presumiblemente se utilizar¨ªa la nueva bomba- las reacciones han sido negativas. El argumento de que se trata de limitar y localizar los conflictos no es v¨¢lido. Como dijo el papa Juan Pablo II en su visita a la Unesco el a?o pasado: %C¨®mo podremos estar seguros de que el uso de las armas nucleares, incluso con fines de defensa nacional o en conflictos limitados, no provocar¨¢ una escalada inevitable hacia una destrucci¨®n que la humanidad jam¨¢s podr¨¢ concebir ni aceptar?".

Efectivamente, un conflicto pue de comenzar como una guerra convencional, para convertirse en un guerra nuclear local, que luego arrastrar¨ªa a las grandes potencias y a todo el planeta