Las contradicciones de los principales implicados confirman la necesidad de los careos solicitados por el fiscal militar
Los nombres de los socialistas Felipe Gonz¨¢lez y Enrique M¨²gica y del comunista Jordi Sol¨¦ Tura estaban en la lista del Gobierno que proyectaba proponer al Parlamento el general Armada el pasado 23 de febrero, seg¨²n la declaraci¨®n del teniente coronel Antonio Tejero, que figura en el sumario y que ayer difundi¨® parcialmente Europa Press. La misma agencia transmiti¨® tambi¨¦n pasajes de las declaraciones sumariales del teniente general Jaime Milans del Bosch y del general de divisi¨®n Alfonso Armada. De los textos que publicamos ¨ªntegramente por su inter¨¦s, a pesar de su car¨¢cter parcial y del inevitable alcance defensivo y autoexculpatorio de cada una de las declaraciones, se desprende con claridad la necesidad de practicar careos entre los principales implicados en el intento golpista. As¨ª ha sido solicitado por el fiscal militar, general Jos¨¦ Manuel Claver, en su escrito de conclusiones provisionales de este importante proceso (v¨¦ase EL PAIS de 12 de agosto de 1981).
Una de las contradicciones citadas reside precisamente en el aspecto con el que Europa Press encabeza su informaci¨®n: la participaci¨®n de la izquierda en el supuesto Gobierno Armada. Mientras que Tejero declara que formar¨ªan parte del mismo los nombres citados Armada asegura que se propon¨ªa ? hablar a los diputados y que ¨¦stos ofreciesen alguna f¨®rmula para que Tejero se marchara y los dejara en libertad?. Asimismo, mientras Tejero afirma que calific¨® de chapuza la propuesta de Armada, ¨¦ste niega en absoluto que fuera acusado de chapucero
Al margen de las declaraciones de los procesados, que publicamos -cuyas contradicciones resaltan a¨²n m¨¢s su evidente alcance defensivo- es necesario recordar que el fiscal militar, que ha tenido acceso a todas ellas y al resto de las actuaciones practicadas hasta el momento, mantiene la acusaci¨®n de rebeli¨®n militar para todos y solicita penas que para los autores de las declaraciones citadas se elevan a treinta a?os de reclusi¨®n mayor m¨¢xima correspondiente a este delito.
El extracto de las declaraciones de los generales Armada y Milans del Bosch y del teniente coronel Tejero, facilitado por Europa Press es el siguiente:
- ?A las 23.50 horas del 23 de febrero, el general Alfonso Armada entra en el Congreso. Habla con Tejero, quien no acepta la oferta de abandonar Espa?a con los oficiales que le han seguido. Tejero respondi¨®: ??Por qui¨¦n me toma usted, m general??. El general Armada tampoco pudo presentar su oferta pol¨ªtica a los diputados secuestrados porque se lo impidi¨® Tejero.
- Cuando Armada y Tejero caminaban hacia el hemiciclo, este ¨²ltimo pregunt¨® al general Armada si Milans del Bosch iba a formar parte del Gobierno, a lo que Armada respondi¨® negativamente.
- En cambio, Armada dijo que en el Gobierno, presidido por ¨¦l mismo, estar¨ªan Felipe Gonz¨¢lez, Enrique M¨²gica, Sol¨¦ Tura y algunos miembros de UCD.
Orden del Rey
- Armada declara que su oferta era constitucional, aunque imprecisa, pues el prop¨®sito era que los propios diputados la concretasen; pero Tejero s¨®lo aceptaba una junta t¨¦cnica, sin Parlamento. Por su parte, Tejero precisa en su declaraci¨®n que el prop¨®sito de Armada era que los diputados aceptasen un Gobierno presidido por ¨¦l.
- A?ade Tejero que, en su segundo momento, Armada le dijo que la propuesta era orden del Rey. Entonces, Tejero le interrog¨® si el futuro Gobierno ser¨ªa militar, si el marxismo ser¨ªa declarado ilegal, si los separatismos continuar¨ªan. si la Constituci¨®n ser¨ªa modificada y qu¨¦ medidas se iban a tomar contra el terrorismo.
- Al no obtener respuesta satisfactoria, Tejero prohibi¨® al general Armada entrar en el hemiciclo.
No se f¨ªa de Armada
- El general Hermosilla testimonia que Tejero, hablando telef¨®nicamente con Valencia, dijo no fiarse de Armada por emplear el t¨¦rmino pa¨ªs, y no Espa?a y en cuanto al Gobierno, que s¨®lo aceptar¨ªa uno con Milans como jefe.
- Tejero se niega tambi¨¦n a hablar con el Rey, cuando le invita a ello el general Armada, por sospechar que el Monarca puede estar coaccionado.
- Asimismo Tejero dice que la propuesta de Armada se contradec¨ªa con los objetivos iniciales, objetivos en los que hab¨ªan coincidido Milans, Torres Rojas, Armada y ¨¦l. Y que por esta raz¨®n rechaz¨® tal propuesta, pues para cambiar el nombre de Calvo Sotelo por el de Armada no hac¨ªa falta nada de lo hecho.
- Dentro del palacio del Congreso, Armada y Tejero hablan con Milans, quien pide a Tejero que obedezca a Armada, lo que no consigui¨®.
- En la conversaci¨®n que Tejero mantuvo con Milans, el teniente coronel calific¨® de chapuza la oferta de Armada. El comandante Pardo Zancada sostiene que Tejero emple¨® la palabra chapuza quiz¨¢ porque en ese Gobierno se inclu¨ªa la participaci¨®n de comunistas o de socialistas.
Milans desconoc¨ªa el Gobierno
- Milans del Bosch reconoce que no conoc¨ªa exactamente la propuesta de Armada, pero que si hubiese sabido que se mantendr¨ªan el marxismo, las autonom¨ªas y la Constituci¨®n sin modificaciones no habr¨ªa estado de acuerdo. A?ade Milans que en aquellos momentos supon¨ªa que la propuesta se ajustaba a lo tratado con anterioridad con Armada. En cambio, el general Armada afirma no haber expuesto a Milans su propuesta en concreto.
- En el relato del juez instructor se recoge un di¨¢logo entre Tejero y Armada sobre el amor a Espa?a y el patriotismo, conversaci¨®n que relatan de manera diferente ambos interlocutores.
- Al abandonar el general Armada el recinto del Congreso, Tejero orden¨® a los guardias civiles que no dejaran entrar de nuevo al general sin su permiso, a lo que Armada replic¨®: ?Ya volver¨¦?. Tejero puntualiza que tuvo esta reacci¨®n como un acto de c¨®lera por verse enga?ado, pero que sigui¨® consider¨¢ndose a las ?rdenes de Armada, como lo prueba el hecho de que le llamase cuando decidi¨® capitular en su acci¨®n.
Suprimir la Constituci¨®n
- El capit¨¢n Abad, de la Guardia Civil, tambi¨¦n procesado, testimonia que, al abandonar Armada el Congreso, Tejero coment¨® a sus oficiales la oferta del general a la que se neg¨® por el sentimiento de su deber con los que estaban a sus ¨®rdenes, y por considerar que un Gobierno nombrado bajo la intimidaci¨®n de las armas no tendr¨ªa ning¨²n valor.
- Por su parte, el general Armada, ya en el Cuartel General del Ej¨¦rcito, manifest¨® que Tejero quer¨ªa suprimir la Constituci¨®n y el Parlamento.
Seg¨²n Armada, Tejero afirm¨® tambi¨¦n que hab¨ªan muerto ya muchos guardias civiles, y que ¨¦l estaba dispuesto a morir, pero que a lo mejor otros mor¨ªan antes. (Estas palabras de Armada en el Cuartel General proceden de las declaraciones formuladas por el teniente-general Gabeiras y Parde Santallana.)
Declaraciones de Milans del Bosch
El teniente general Milans del Bosch, que era capit¨¢n general de la III Regi¨®n Militar el d¨ªa 23 de febrero, tuvo parte destacada en los hechos que forman parte del sumario.
El d¨ªa 7 de marzo se encontraba en el acuartelamiento del Regimiento de Artiller¨ªa de Campana n¨²mero 13, en Getafe, y all¨ª prest¨® declaraci¨®n sobre los acontecimientos del 23 y 24 de, febrero, ante el general auditor Jos¨¦ Manuel Claver.
El contenido de esta declaraci¨®n, conocido por Europa Press es, en s¨ªntesis, el siguiente:
- 19.00 horas del d¨ªa 23: llam¨¦ al jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito. para comunicarle que hab¨ªa ordenado acuartelar las tropas, y que preparaba un comunicado para garantizar el orden en todos los aspectos de la regi¨®n; a esta decisi¨®n dio su conformidad el teniente general Gabeiras.
- Una vez publicado el comunicado(se refiere al bando militar), llam¨¦ al gobernador civil, con quien ya hab¨ªa hablado previamente al iniciarse los hechos de Madrid. En esta segunda conversaci¨®n, el gobernador civil se puso a mi disposici¨®n. Le dije que le mandaba al general Caruana a la sede del Gobierno Civil para que concretara las incidencias que pudieran producirse. Tambi¨¦n llam¨¦ al general jefe de la zona de la Guardia Civil, al almirante de Cartagena y al jefe de la Polic¨ªa Nacional, a todos los cuales les comuniqu¨¦ mi decisi¨®n.
- 19.30 horas: comenz¨® la transmisi¨®n del manifiesto por radio.
Contactos telef¨®nicos
- Anteriormente, orden¨¦ la aproximaci¨®n a Valencia de unidades que realizaban ejercicios t¨¢cticos, aunque antes ya hab¨ªa puesto en funcionamiento la operaci¨®n destinada a garantizar la seguridad de jefes, oficiales y suboficiales en su desplazamiento a los acuartelamientos. Esto fue consecuencia de las amenazas que el comandante Valles me hab¨ªa comunicado el viernes anterior en el sentido de posibles atentados.
- Sobre esa misma hora (19.30 horas), me llama el general Juste Fern¨¢ndez, para preguntarme qu¨¦ hac¨ªa con la Divisi¨®n Acorazada. Le contest¨¦ que yo mandaba la III Regi¨®n Militar. Tambi¨¦n me llama el teniente coronel Tejero, dici¨¦ndome que no hay novedad, y que espera instrucciones.
Habla con Gabeiras
- 20.00 horas: habl¨¦ con el jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, para decirle que, aprovechando que ten¨ªa unos grupos t¨¢cticos en ejercicio, les orden¨¦ aproximarse a Valencia. El jefe del Estado Mayor no puso ninguna objeci¨®n.
- 21.40: siguen llamadas de capitanes generales. Recibi¨® telex del jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito ordenando la alerta, y el acuartelamiento de las tropas, lo que se cumple.
- 22.30: las unidades que se aproximan a Valencia toman posiciones de disuasi¨®n. Los capitanes generales de la II Regi¨®n, de la V y de Baleares me piden el manifiesto.
Habla con el Rey
- 1.00 horas del d¨ªa 24 de febrero: se recibe el telex de Su Majestad. Antes hab¨ªa hablado personalmente con Su Majestad y me dijo que retirara las unidades. Me despide con un fuerte abrazo. Seguidamente, retir¨¦ las unidades.
- 1.10 horas: orden¨¦ que las unidades quedaran en alerta 2. Hablo con Armada, que me explica lo que pretende hacer. O sea, ir al Congreso, hablar con Tejero y con Pardo Zancada, ver si puede entrar en el hemiciclo: Armada me dice que su soluci¨®n es que le nombren jefe del Gobierno. Yo le pregunto qu¨¦ va a ser de Tejero y de Pardo Zancada. Me contesta que, como ten¨ªa preparado un avi¨®n, los sacar¨ªa de Espa?a y que el resto de los implicados quedar¨¢n sin responsabilidad.
Me pregunt¨® si yo apoyaba la soluci¨®n, a lo que manifest¨¦ que s¨ª.
Regiones que apoyan
- Armada me dijo tambi¨¦n que la soluci¨®n era apoyada por la V Regi¨®n, y que era conveniente que yo llamara a los dem¨¢s capitanes generales para ver si apoyaban la soluci¨®n; a lo que yo contest¨¦ que deb¨ªan hacerlo desde el Estado Mayor del Ej¨¦rcito, pero que de todas maneras lo har¨ªa. Que yo recuerde, llam¨¦ a la II Regi¨®n, a la V, a la VII, a Baleares y a Canarias.
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Todos manifestaron que les parec¨ªa una soluci¨®n factible, excepto Canarias, que pon¨ªa ciertos reparos.
Orden de arresto - 1.30 horas. El general Caruana (gobernador militar de Valencia) se present¨® en mi despacho para decirme que Gabeiras le hab¨ªa dicho que me sustituyera y arrestara, o detuviera. Y como en ese momento llam¨® el Rey a mi despacho, y Caruana oyera mi conversaci¨®n con Su Majestad volvi¨® a llamar a Gabeiras a la vista de la cordialidad de la referida conversaci¨®n . No se m¨¢s de este momento.
- 0.30 horas. El Rey me llama y, me dice que retire el manifiesto, cosa que yo ya hab¨ªa ordenado. Por eso le le¨ªa a Sabino Fern¨¢ndez Campos, secretario de la Casa Real, el nuevo manifiesto.
Petici¨®n del Rey
- Su Majestad, en la llamada a las 4.30 horas, me dijo que llamara a Tejero para que ¨¦ste depusiera su ,actitud. Contest¨¦ al Rey que no cre¨ªa que lograra nada, pues ni Armada ni yo hab¨ªamos podido convencerle. A?ad¨ª que cre¨ªa se deb¨ªa, dar a Tejero alguna garant¨ªa. Y entonces Su Majestad me pas¨® la comunicaci¨®n con el general. Sabino Fern¨¢ndez-Campos, con quien habl¨¦ del manifiesto, como ya he dicho anteriormente.
- Sobre la misma hora llama tambi¨¦n La¨ªna (director de la Seguridad del Estado), quien me insisti¨® para que hablara con Tejero. Le digo que sobre este asunto estoy hablando con el Rey. Le explico la anterior conversaci¨®n.
Acuerdo con Tejero
- 0,30 horas del 24 de febrero: me retiro a mi pabell¨®n a descansar, no sin antes decir que, si hab¨ªa alguna llamada de Tejero. le dijeran que se pusiese en contacto con Armada.
- 10.30 horas: mientras estaba en mi pabell¨®n, llama Tejero, y habla con el segundo jefe de Estado Mayor, en ausencia m¨ªa y del primer jefe de Estado Mayor. El segundo jefe me dice que parece que Tejero se aviene a razones, seg¨²n su impresi¨®n, y que recibir¨ªa a Armada. El segundo jefe se pone en contacto con el general Armada, y creo que cuando nuevamente va Armada al Congreso se resuelve el problema, lleg¨¢ndose al acuerdo de todos conocido.
Llamado a Madrid y detenido
- Posteriormente, yo sigo charlando con el Estado Mayor, almuerzo y me acuesto un rato. En ese momento llama el general Gabeiras. No habla conmigo, porque estoy en mi, pabell¨®n. A los diez minutos llama Quintana (capit¨¢n general de la I Regi¨®n). y me dice que a las 18.30 horas tendr¨¦ un avi¨®n para que me traslade a Madrid, que a las 19.30 horas vaya al Estado Mayor del Ej¨¦rcito y que me presente al general Gabeiras. As¨ª lo hice.
- 20.30 horas: me recibe el teniente general Gabeiras. En ese momento, me comunic¨® que estaba arrestado, que me ten¨ªa que quedar en el cuarto del jefe de servicio del Estado Mayor del Ej¨¦rcito y que el arresto hab¨ªa sido impuesto por el Consejo de Ministros. Le dije si pod¨ªa ir a ver a mi padre. Tanto Gabeiras como Quintana, que estaba presente, mostraron su extra?eza, y me preguntaron cu¨¢nto tardar¨ªa. Respond¨ª que hora y media, ya que vive en La Moraleja. As¨ª lo hice. El general Gabeiras me dijo que ¨¦l explicar¨ªa que me hab¨ªa ido antes de serme impuesto el arresto en el Estado Mayor, a lo cual respond¨ª que no, porque nunca mentir¨ªa. Fue autorizado y. me traslad¨¦. Volv¨ª seguidamente.
-22. 10 horas: me constitu¨ª en arresto en el edificio del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, arresto que se convirti¨® en detenci¨®n, pues me tuvieron hasta incomunicado. Posteriormente, me autorizaron a hablar con mi familia.
Interrogatorio
A continuaci¨®n, el juez instructor y el representante del fiscal togado sometieron al teniente general Milans del Bosch a una serie de preguntas, a las que, en s¨ªntesis, contest¨® lo siguiente:
?Cu¨¢ndo fue redactado el bando? Este tipo de bandos se tiene preparado en la Capitan¨ªa ante cualquier eventualidad, y, naturalmente, se hizo auxiliado por su Estado Mayor. Admite la posibilidad de que el bando hubiera sido distribuido previamente a los hechos ocurridos en Madrid. Solamente conoc¨ªan el bando los que lo hab¨ªan redactado con ¨¦l, como cualquier trabajo de Estado Mayor.
- Vac¨ªo de poder. Para m¨ª, el vac¨ªo de poder se refer¨ªa al Gobierno, y, por otra parte, no sab¨ªa si pod¨ªa haber comunicaci¨®n con los mandos, y esto me llev¨® a tomar las medidas que adopt¨¦.
- Comunicaci¨®n del bando. Tanto al general Gabeiras como al gobernador civil de Valencia les dije que estaba preparando un manifiesto, pero el manifiesto en s¨ª no lo conoc¨ªan, aunque cuando habl¨® con ellos les habl¨® del contenido del mismo y que pretend¨ªa con su publicaci¨®n garantizar el orden y la seguridad.
-Asunci¨®n de todos los poderes en el bando. Concretamente no lo dije, pero di a entender que asum¨ªatodo lo concerniente al ejercicio de la autoridad que me permitiera garantizar el orden, la seguridad, etc¨¦tera, y no hubo objeci¨®n sobre ello ni se formul¨® ninguna pregunta concreta sobre este tema.
Manifiesto: gran serenidad en la regi¨®n
- ?El bando iba a producir alarma? El momento era tan grave que no cre¨ªa que estos hechos pu dieran producir alarma cuando en Espa?a estaban sucediendo hechos realmente graves que s¨ª que pro duc¨ªan alarma. Por el contrario, cree que el manifiesto produjo una gran serenidad dentro de la III Regi¨®n. . -
-Conversaci¨®n con Gabeiras a las 19. 10 horas del 23 de febrero. Con Gabeiras la conversaci¨®n era cordial y en ella cree que le pudo decir que hab¨ªa que pensar qu¨¦ les iba a pasar a estos jefes y oficiales (se refiere a los asaltantes) y, en efecto, pregunt¨® por Armada, que es un gran amigo, y que, naturalmente, por ello, por saber la gran lealtad, que tiene al Rey, el que Ar mada estuviera all¨ª le daba sereni dad y tranquilidad.
Supon¨ªa el conocimiento del Rey
?Se hab¨ªa visto previamente con Tejero respecto de la actuaci¨®n de ¨¦ste en Madrid? Solamente ha tenido una entrevista personal con el teniente coronel Tejero, y ¨¦sta como consecuencia de varias con versaciones anteriores que hab¨ªa mantenido con el general Armada, y la actuaci¨®n de Valencia es consecuencia de los hechos que se produc¨ªan en Madrid sin previo concierto, y siempre su actuaci¨®n era consecuencia de sus conversaciones con el general Armada y por ellas supon¨ªa que era con conocimiento de Su Majestad.
-?Conoc¨ªa el prop¨®sito del teniente coronel Tejero de asaltar el Congreso? S¨ª, y as¨ª lo comunic¨® en su d¨ªa al general Armada. La fecha de la conversaci¨®n con Tejero cree que fue el 18 de enero, y al d¨ªa si guiente se lo comunic¨® al general Armada.
- Fecha concreta. En la conversaci¨®n con Tejero no se habl¨® de que el hecho se producir¨ªa en ning¨²n momento determinado, sino que ten¨ªa preparada esa acci¨®n, y as¨ª se hizo saber a Armada.
No sabe qui¨¦n, es el contacto
- ?C¨®mo tuvo conocimiento de la fecha concreta del asalto al Congreso? Por un contacto que realmente no s¨¦ qui¨¦n es y que lleg¨® a Valencia o llam¨®, ya que no habl¨® directamente con ¨¦l.
- ?Dio ¨®rdenes concretas para la ocupaci¨®n del Congreso? En absoluto, ni di la orden ni conoc¨ªa la forma en que se iba a realizar, por el contrario, influ¨ª para que, no se realizara y todos estos extremos se los comuniqu¨¦ al general Armada.
- ?C¨®mo influy¨® para que no se realizara? No era el momento oportuno yAlfonso Armada ten¨ªa otras soluciones menos violentas, y cre¨ªa que, por lo tanto, era conveniente suspenderla o, al menos, aplazarla.
- ?Qu¨¦ contest¨® Armada? Creo que se puso al habla con el teniente coronel Tejero, con el mismo fin que yo o la misma intenci¨®n.
- ?Trat¨® con Tejero de la -ocupaci¨®n de RTVE? No.
- ?A qu¨¦ instrucciones se refer¨ªa Tejero cuando se despidi¨® por tel¨¦fono desde el Congreso? No sabe a qu¨¦ instrucciones se refer¨ªa y no le dio ninguna. S¨®lo le dijo que hablar¨ªa con Armada para que se, pusiera en contacto con ¨¦l.
Inform¨® aPardo Zancada
- ?Inform¨® a Pardo Zancada de lo que iba a ocurrir en el Congreso? S¨ª, ya que lo conoce mucho por haber estado a sus ¨®rdenes en el Estado Mayor de la Divisi¨®n Acorazada, y le puso en antecedentes de lo que iba a ocurrir.
- ?Orden¨® a Pardo Zancada que se entrevistase con ¨¦l en Valencia el d¨ªa 22? Habl¨® con ¨¦l precisamente el d¨ªa 22 en Valencia. El objeto de la entrevista era darle cuenta de lo que iba a ocurrir.
- ?S¨®lo le inform¨® de la ocupaci¨®n del Congreso o tambi¨¦n de la actuaci¨®n de la Divisi¨®n Acorazada o de las eventuales consecuencias pol¨ªticas de tales operaciones, como la disoluci¨®n del Parlamento por Su Majestad y el nombramiento de un nuevo Gobierno? Cuando se habla con.un comandante de Estado Mayor de una divisi¨®n es para conocimiento de la misma, pero en cuanto a las implicaciones pol¨ªticas no se acuerda exactamente si las coment¨® con ¨¦l, pero el bomandante Pardo oy¨® la conversaci¨®n que sostuvo con el general Armada en esta tarde del d¨ªa 22, por lo que cree que Pardo, igual que todos, pens¨® que dicha operaci¨®n era conocida o, al menos, se iba a reconducir por su Majestad.
- Contenido de la conversaci¨®n con Armada. Mantuvo una con versaci¨®n larga y, en resumen, Armada le dijo que hab¨ªa tenido una conversaci¨®n con Tejero, pero que, no pod¨ªa pararlo, y por tanto la operaci¨®n se hac¨ªa. Le pregunt¨® a Armada si hab¨ªa hablado con el Rey, y le contest¨® que en las ¨²lti mas horas no.
- Esta conversaci¨®n telef¨®nica fue o¨ªda tambi¨¦n por el coronel Ib¨¢?ez, jefe de Estado Mayor de la Regi¨®n.
- En esta conversaci¨®n, Armada dijo que convendr¨ªa avisar a Torres Rojas, y Milans le contest¨® que para ¨¦l ser¨ªa muy dificil, y que lo que deb¨ªa intentar el propio Armada.
Aviso a Torres Rojas
- ?En las conversaciones con Armada se produjo un previo acuerd¨®o proyecto entre la situaci¨®n que se iba a originar y la propuesta de que el general Armada ocupara la jefatura del Gobierno? En algunas de las conversaciones con el general Armada se hizo referencia a esta posibilidad, pero no que se llegara a la formaci¨®n de este Gobierno por el procedimiento referido.
- ?Se previ¨® la posibilidad de un Gobierno militar presidido por Milans? No.
- ?Adem¨¢s de Armada, Tejero y Pardo, entabl¨® contacto con otro, personal militar o con elementos civiles? No.
da, que coincide con el telex de Su Majestad, en el que le ordena que retire las unidades. Nuevamente le vuelve a llamar hacia la 1.30 horas, y le pregunta si est¨¢ retirando las unidades, a lo que contesta que s¨ª, y la tercera, alrededor de las 4.30 horas, en la que el Rey le dice que retire el manifiesto, a lo que contesta que ya lo ha hecho.
- Es totalmente falso que impidiera al general Caruana hablar con el Rey para aclarar la contradicci¨®n entre las ¨®rdenes recibidas del jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito y las del capit¨¢n general de la Regi¨®n.
Conversaci¨®n con La¨ªna-
- No sabe exactamente las veces que habl¨® con La¨ªna. La primera estaba muy nervioso, le hablaba de usted y le dec¨ªa que iba a entrar violentamente en el Congreso y que entonces la responsabilidad ser¨ªa de Milans. Le contest¨® que le parec¨ªa una barbaridad porque se podr¨ªa producir una matanza y que entend¨ªa que la soluci¨®n era que entrara Armada y les convenciera. Despu¨¦s hubo una o dos conversaciones, en las que cambi¨® el tono, incluso utilizaba otro francamente cordial, habl¨¢ndole de t¨², y dada la sensaci¨®n de que exist¨ªa cierta comprensi¨®n entre los pareceres de los dos...
-?Qu¨¦ intervenci¨®n tuvo el general Le¨®n Pizarro? Ninguna, Cumpl¨ªa, como todos, las ¨®rdenes que emanaban de su autoridad. No tuvo conocimiento de los proyectos tratados entre Milans y Armada.
- Reparos del capit¨¢n -general de Canarias a la soluci¨®n propuesta por Armada. Ve¨ªa que no era una soluci¨®n factible porque ser¨ªa bajo la presi¨®n sobre el Congreso. Milans le contest¨® que era una soluci¨®n para salir de un impasse y que si ¨¦l conoc¨ªa otra que se lo comunicara.
Finalmente, Milans del Bosch manifest¨®: ?Creo que, tanto yo como los dem¨¢s intervinientes en este asunto, actuamos siempre, por las conversaciones que se hab¨ªan celebrado, con la seguridad de que, en todo o en parte, era conocido por Su Majestad, sin que tenga m¨¢s que a?adir?.
Declaraci¨®n del general Armada
Asimismo, Europa Press ha tenido conocimiento de que el general de divisi¨®n Alfonso Armada declar¨®, el 10 de marzo, ante el juez instructor del sumario, entre otras cosas, lo siguiente:
- El d¨ªa 23 del pasado mes (febrero), a las 17.30 horas, me llam¨® el teniente general Gabeiras para despachar con ¨¦l y, cuando nos encontr¨¢bamos despachando asuntos de tr¨¢mite, a las 18.20 horas, aproximadamente, entr¨® un ayudante del teniente general, que avis¨® que hab¨ªa tiros en el Congreso. Puso el transistor y empezamos a enterarnos de lo que suced¨ªa.
- Desde las 18.30 horas hasta las siete de la tarde, el teniente general Gabeiras, en mi presencia, llam¨® al teniente general Alfaro y habl¨® con la Zarzuela y creo que tambi¨¦n con el teniente general Quintana.
- A las siete de la tarde llaman de la Zarzuela al teniente general Gabeiras y le preguntan si estoy con ¨¦l. Dice que estoy en su presencia. Tomo el tel¨¦fono y me preguntan si me he movido del cuartel general, a lo que afirmo rotundamente que no, y tambi¨¦n me dicen que si he autorizado a dar mi nombre para algo, lo que desautorizo tambi¨¦n rotundamente. Pregunto que si quieren algo de m¨ª, a lo que contestan que siga con el teniente general, que va a tener trabajo, y as¨ª lo hago.
Invocan a Armada en la Brunete
- Hacia las 19.30 horas, llama el general Juste, de la Divisi¨®n Acorazada, pregunta si estoy all¨ª y, al hablar con ¨¦l, me dice que invocan mi nombre, lo que yo desautorizo terminantemente y le encargo que as¨ª se lo haga saber a sus subordinados. Todo esto, como dije, en presencia del teniente general Gabeiras.
- Sobre las 19.45 horas, llama el general Aramburu, director general de la Guardia Civil, y me pide que vaya al Congreso, pues a ¨¦l no le hacen caso, y me dice que se va a liar el ?cisco padre?. Pido permiso a Gabeiras para ir y me dice que espere.
- Sobre las nueve de la noche se marcha el teniente general Gabeiras a la Junta de Jefes de Estado Mayor, y me quedo en el despacho de Gabeiras; entre otros, que recuerde, con el teniente general Mend¨ªvil, los generales de divisi¨®n Castro, Esquivias, Alvarez-Arenas (Jos¨¦) y S¨¢ez Larumbe, y los de brigada P¨¦rez I?igo, Arazola, Bonal y Rodr¨ªguez Ventosa.
- Hablo varias veces con el teniente general Gabeiras, que sigue en Vitrubio (sede de la JUJEM), y con el teniente general presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, Ignacio Alfaro. Tambi¨¦n llaman algunas regiones y les digo que Gabeiras est¨¢ en la JUJEM. Les aclaro algunos detalles sobre la alerta 2 (fase de la operaci¨®n Diana).
Resolver la situaci¨®n
- Sobre las once de la noche regresa el general Gabeiras y nos dice que piensa ir al Congreso, y que yo le acompa?e. Habla con el hotel Palace, donde est¨¢ el puesto de mando de los generales Aramburu y Santamar¨ªa. All¨ª le dicen que no le dejar¨¢n pasar al Congreso.
- Durante la ausencia de Gabeiras ha estado en todo momento con los rese?ados generales. No he estado en ning¨²n momento solo.
- Vuelve a llamar el general Aramburu, diciendo que es conveniente que yo vaya al Congreso, y que no se emplee la fuerza para tratar de entrar en el mismo. Vista la situaci¨®n, planteo la posibilidad de ir al Congreso para tratar de resolver la situaci¨®n del Gobierno y los diputados que est¨¢n como rehenes, aunque sea haciendo al teniente coronel Tejero alguna propuesta arriesgada, pero siempre constitucional.
A t¨ªtulo personal
- Alas 23. 10 horas, Gabeiras consulta al presidente de la JUJEM y luego a la Zarzuela. A las 23.15 horas me dicen que hable con la Zarzuela y as¨ª lo hago, siempre en presencia de Gabeiras y de algunos generales. Me dicen que haga la propuesta a t¨ªtulo personal, nunca como propuesta de la superioridad, pero que trate de resolver la situaci¨®n de los rehenes; que puedo ofrecerles un avi¨®n para el teniente coronel Tejero y sus oficiales, que estar¨¢ preparado, a las dos de la madrugada, en la base a¨¦rea de Getafe.
- A las 23.50 horas, entro en el Congreso. Hablo con el teniente coronel Tejero, dici¨¦ndole que tiene que resolverse la situaci¨®n y liberar a los rehenes. Le hago una propuesta para que se logre una soluci¨®n constitucional, y que ¨¦l y sus oficiales pueden marcharse al extranjero, y que a la tropa no le pasar¨¢ nada.
Hablamos por tel¨¦fono con el teniente general Milans, que me parece que trata de convencer a Tejero. No consigo mis prop¨®sitos, pero s¨ª tengo casi la certeza de que no habr¨¢ v¨ªctimas. Rechaza el avi¨®n y me pide con energ¨ªa que no traten de asaltar el Congreso por la fuerza. Me salgo del Congreso despu¨¦s de fracasar, al menos parcialmente, en mi intento de liberar a los rehenes.
Que no intervengan los "geo"
- A la 1.25 horas regreso al Palace y hablo con Aramburu y Santamar¨ªa. Este ¨²ltimo me pide que convenza a La¨ªna (director de la Seguridad del Estado y m¨¢ximo responsable del Gobierno provisional), para que no d¨¦ orden de meter a los geo. Los tres generales hablamos brevemente de la posible forma de entrar en el Congreso, llegando a la conclusi¨®n un¨¢nime de que no se puede intentar la operaci¨®n sin grave riesgo. - El gobernador civil de Madrid y el general Aramburu me dicen que vaya al Ministerio del Interior a ver a La¨ªna. Hablo con Gabeiras para pedirle permiso, le doy cuenta de mi conversaci¨®n con Tejero; me autoriza para ir. El general Aramburu me insiste en que le quite de la cabeza a La¨ªna el intento de asalto al Congreso e incluso quiere acompa?arme, pero el gobernador civil, Mariano Nicol¨¢s, le dice que es mejor que siga en su puesto de mando y que ¨¦l me acompa?ar¨¢.
- Llegamos al Ministerio del Interior hacia la 1.45 horas. Entr¨® en el despacho de La¨ªna, donde hay mucha gente. Nos dejan solos a La¨ªna, Mariano Nicol¨¢s, S¨¢nchez Harguindey y Robles Piquer, que entr¨® m¨¢s tarde. La conversaci¨®n es distendida, aunque con la natural preocupaci¨®n del momento.
Conversaci¨®n con La¨ªna
- Mi idea fundamental es convencerles de que ser¨ªa peligroso meter a los geo. Les digo que de monarquismo y de cari?o al Rey no admito lecciones de nadie. Desde el mismo despacho de La¨ªna hablo con el general Sabino Fern¨¢ndez Campo (secretario del Rey). Le cuento muy brevemente la conversaci¨®n con Tejero, as¨ª como mi idea de que no habr¨¢ v¨ªctimas, que hay que dejar que se pudra el asunto.
-A las 2.30 horas llego al Cuartel General del Ej¨¦rcito. Me presento a Gabeiras, que sigue con los generales antes citados. Me paso la noche cumpliendo las ¨®rdenes que me dan y hablando con distintas autoridades.
- A las 9.15 horas me pide permiso el teniente coronel Fuentes para ir al Congreso. Pido autorizaci¨®n a Gabeiras para ello, y lo autoriza. A las diez de la ma?ana me avisan para que vaya al Congreso, que el teniente coronel Tejero y el comandante Pardo quieren hablar conmigo. Pido autorizaci¨®n al teniente general Gabeiras, que me la concede.
Armada, en el Congreso - A las 10. 15 horas voy al Congreso, pasando antes por el hotel Palace. Regreso al Palace con las condiciones que piden Tejero y Pardo para deponer su actitud.
- Hablo con el teniente general Gabeiras, quien me remite al presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, teniente general Alfaro Arregui, para que me autorice a aceptarlas. A los diez minutos me contesta que conforme.
- Concedida la autorizaci¨®n y aceptadas las condiciones, comienza la evacuaci¨®n del Congreso en la forma estipulada. Estoy con el general Aramburu para la organizaci¨®n de esta operaci¨®n. Hasta aqu¨ª el relato casi ¨ªntegro que el general Armada hizo ante el juez instructor sobre sus actuaciones de los d¨ªas 23 y 24 de febrero.
Interrogatorio
La declaraci¨®n, filtrada por la agencia Europa Press, contin¨²a con las respuestas que Armada da a las preguntas que le formulan el
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juez y el-fiscal. Algunas d¨¦ las contestaciones m¨¢s importantes son:
- Preguntado sobre cu¨¢l era la ?propuesta arriesgada, pero constitucional ?, dice: ?Yo me propon¨ªa hablar a los diputados, y que ¨¦stos ofreciesen alguna f¨®rmula para que Tejero se marchara y los dejara en libertad; a eso le llamaba yo constitucional, pero que fuesen los diputados quienes la ofrecieran.
Tejero se negaba
- Acerca de por qu¨¦ no llev¨® a cabo esto, responde: ?Tejero se negaba en redondo a este tipo de soluciones. Me parece que no aceptaba m¨¢s que una f¨®rmula de un Gobierno consistente en una junta t¨¦cnica, prescindiendo del Parlamento?.
Preguntado sobre si la soluci¨®n por ¨¦l propuesta no consist¨ªa m¨¢s bien en un Gobierno que ¨¦l mismo presidir¨ªa, contesta: ?No; tendr¨ªa que ser la voluntad de los diputados la que decidiera la f¨®rmula?.
- Acerca de si considera que puede calificarse de constitucional una f¨®rmula elaborada bajo la presi¨®n de la fuerza armada que ocupa el Congreso, dice: ?Cre¨ªa necesario resolver la situaci¨®n de emergencia que se habla producido, porque en aquella situaci¨®n la Constituci¨®n estaba vulnerada por Tejero y habr¨ªa que restablece la normalidad?.
- Preguntado sobre si, por consiguiente, se trataba simplemente de una a?agaza, para conseguir la liberaci¨®n del Gobierno y diputados, responde: ?Considero que era una f¨®rmula imprescindible en aquellos momentos de emergencia, pero no la llamar¨ªa a?agaza, sino, m¨¢s bien una f¨®rmula h¨¢bil para convencer a Tejero. No le ment¨ª y fruto de ello es que Tejero no la acept¨®?.
Los partidos tendr¨¢n que continuar
M¨¢s adelante -seg¨²n la Inf`ormaci¨®n difund¨ªda por Europa Press- indica que Tejero le pregunt¨® si los partidos marxistas iban a ser disueltos o continuar¨ªan realizados si el Parlamento iba a continuar su actitud qu¨¦ orientaciones iba a d¨¢rsele a las autonom¨ªas y si el problema del terrorismo iba a ser objeto de un nuevo planteamiento.
- ?Le dije que era el Parlamento el que ten¨ªa la decisi¨®n, pero, en todo caso, que personalmente consideraba que los partidos tendr¨ªan que continuar, las Cortes no se disolver¨ªan. se orientar¨ªan de forma m¨¢s racional las autonom¨ªas y se le dar¨ªa mayor importancia y severidad al tema del terrorismo, pero que las Cortes ten¨ªan que decir la ¨²ltima palabra?.
- ?Tejero no me recrimin¨® nada, ni se lo hubiera consentido. No me dijo que lo que yo quer¨ªa era ser presidente a toda costa. Lo que si me dijo es que la forma que yo propon¨ªa era dejar todo igual, pero no me llam¨® chapucero, en absoluto ?.
Siempre con los generales
- Preguntado si durante el tiempo que permaneci¨® con los ge nerales, en ausencia de Gabeiras, inform¨® a ¨¦stos o alguno de ellos que la situaci¨®n era muy grave, ya que las regiones II, IV, V y VII apoyaban a Milans, que el Ej¨¦rcito estaba dividido y que, por eso, no ve¨ªa m¨¢s soluci¨®n que un Gobierno presidido por ¨¦l, responde: ?Estu ve hablando toda la noche con los generales, que estuvieron presentes y oyeron todas mis conversaciones. No dije que estas u otras regiones apoyasen a la III; mi preocupaci¨®n era la divisi¨®n del Ej¨¦rcito, que todav¨ªa no se hab¨ªa producido?.
- A la pregunta ?no es m¨¢s cierto que el teniente general Gabeiras tuvo que desmentirle y asegurar que la situaci¨®n en todas las regiones, salvo la III, era normal?, Armada Tespondi¨®: ?El general Gabeiras no desminti¨® ninguna declaraci¨®n m¨ªa, y me autoriz¨® a t¨ªtulo personal para ir al Congreso y salvar a los rehenes?.
- ?En su conversaci¨®n con Aramburu, Santamar¨ªa y el gobernador civil de Madrid, les dijo que la situaci¨®n en cuatro capitanias era muy dudosa o grave??. ?No lo recuerdo?.
- ?En la misma conversaci¨®n, no dijo que solicitar¨ªa del Congreso reunido su nombramiento como presidente de un Gobierno de transici¨®n? ?No recuerdo haber les dicho esto?.
El santo y se?a -
Preguntado sobre c¨®mo le fue. facilitada al Congreso, dice: ?Es tando en el despacho del general Gabeiras, ¨¦ste me dijo que me iban a dar por tel¨¦fono el santo y se?a para entrar en el Congreso. Me dijeron que la contrase?a era duque de Ahumada?. ?Cu¨¢l fue el contenido de la conversaci¨®n que mantuvo con Milans mientras estaba en el Congreso, tratando con Tejero? Me insisti¨® en que tratara de convencer a Tejero.
- Sobre si hab¨ªa dicho a Fran cisco La¨ªna que el Rey se hab¨ªa equivocado y no debi¨® dirigir¨ªse al pa¨ªs por televisi¨®n, responde: ?Niego rotundamente haber podido pronunciar estas palabras ni nada que pudiera interpretarse en este sentido. Lo que s¨ª puedo decir es que me preocupaba la divisi¨®n del Ej¨¦rcito y que, en aquel momento, no pensaba ni quer¨ªa volver al Congreso de los Diputados, porque hab¨ªa dejado zanjada la cuesti¨®n con Tejero?.
Una cuesti¨®n de prestigio
Preguntado por los motivos por los que hab¨ªa invocado su nombre Tejero, Milans y algunos mandos de la Acorazada, contesta: ?El que quisieran hablar conmigo, y no con otro, creo que es por una cuesti¨®n de prestigio, porque se flan de m¨ª. En cuanto a por qu¨¦ toman mi nombre, lo ignoro; porque yo no he autorizado a que se hable en mi nombre a nale. Adem¨¢s, en este momento aclaro que ignoro las causas por las que estar¨ªan dispuestos a acatar las supuestas ¨®rdenes que yo pudiese dar, y adem¨¢s a?ado que tampoco las acataron, ni tan siquiera las sugerencias del abandono del Congreso?. -
-?Tuvo conocimiento previo del proyecto de ocupaci¨®n del Congreso? ?Rotundamente, no. Pero durante los ¨²ltimos cinco a?os llevo oyendo inquietudes y noticias de insatisfacci¨®n en las Fuerzas Armadas, lo que he manifestado repetidas veces a la superioridad?.
No se reuni¨®
Posteriormente, el general Armada niega haber tenido noticias del proyecto por el general Milans, el 19 de enero, y haberse reunido con Tejero el 21 o 22 de febrero.
- ?No se entrevist¨® con Tejero el 22 de febrero y le orden¨® la toma del Congreso? ?No vi a Tejero. Yo era contrario a este tipo de acciones y no le orden¨¦ nada, ni verbal ni por escrito, ni de ninguna manera?.
- Preguntado sobre si conoc¨ªa el bando que public¨® Milans con anterioridad a su publicaci¨®n, contesta que no. Asimismo, niega saber qui¨¦n pudiera ser la personalidad cuya llegada al Congreso anunci¨® un oficial a los diputados. Por ¨²ltimo, al interrog¨¢rsele acerca de si hab¨ªa tenido co ntactos con personalidades de distintos partidos pol¨ªticos para constituir un Gobierno de concretraci¨®n presidido por una autoridad militar, el ,general Armada responde: ?He hablado en distintas ocasiones con personalidades pol¨ªticas, pero nunca he comentado nada de formar un Gobierno. En una ocasi¨®n, siendo gobernador militar de L¨¦rida, fui invitadopor el alcalde de aquella capital a comer en su casa, y a aquella comida asistieron, co-mo invitados, los se?ores M¨²gica y Revent¨®s. En aquella ocasi¨®n se habl¨® de la situaci¨®n general de Espa?a, de las autonom¨ªas, de la UMD, de la reforma militar. En su d¨ªa se dio cuenta de esta comida al teniente general de la IV Regi¨®n Militar, Pascual Galmes. Nunca he asistido a ninguna reuni¨®n clandestina, ni de otro g¨¦nero no autorizado, con militares o pol¨ªticos?.
Declaraci¨®n deTejero ,.
Siempre seg¨²n el resumen de Europa Press, el 10 de junio, el teniente coronel Antonio Tejero Molina. prest¨® declaraci¨®n ante el juez instructor del sumario. e? el castillo de La Palma, en El Ferrol. En dicha declaraci¨®n, entre otras, hizo las siguientes manifestaciones:
- El comandante Cortina le proporcion¨® veh¨ªculos y radiotel¨¦fonos, y el capit¨¢n G¨®mez Iglesias estaba encargado de coordinar por radiotel¨¦fono la llegada al Congreso de las distintas unidades.
- De nombre no conoce a otros miembros del CESID que estuviesen implicados en la operaci¨®n adem¨¢s del comandante Cortina y del capit¨¢n G¨®mez Iglesias, pero s¨ª sabe que hab¨ªa m¨¢s del CESID en la operaci¨®n. - Con el jefe de la Guardia Civil coronel Manchado y con el oficial capit¨¢n Abad habl¨® en la misma ma?ana del 23 de sus proyectos.
- A los guardias civiles que dispararon contra el techo del hemiciclo no los eligi¨® con ning¨²n criterio. Eligi¨® a los primeros que encontr¨® entre los que llegaron con ¨¦l al Congreso.
- La finalidad de sacar del hemiciclo al presidente Su¨¢rez y a varios diputados, que mantuvo en una habitaci¨®n separada, fue la de intentar cumplir las ¨®rdenes que se le dieron de que aislara en las hab¨ªtaciones a los diputados, en grupos de cinco, encontr¨¢ndose con que no hab¨ªa habitaciones suficientes para ello, y pens¨® que aislando a los portavoces el resto no plantear¨ªa problemas, como as¨ª fue.
- La consigna duque de Ahumada se la hab¨ªa dado el mando de la operaci¨®n, para identificar a la persona que ten¨ªa que dirigirse a losparlamentarios. Adem¨¢s la co noc¨ªan el teniente general Milans, el general Armada y el comandan te Cortina.
-El comandante Cortina, en la reuni¨®n del d¨ªa 19 o 20, le manifest¨® que la operaci¨®n estaba respaldada y ordenada por Su Majestad, y mandada por el general Armada. El comandante Cortina le indic¨® que formaban parte del staff de Armada el hermano del Comandante Cortina y Pardo de Santallana. El comandante Cortina le indic¨® que hab¨ªa bastantes decretos hechos y algunos de ellos firmados por el Rey.
- Las palabras del general Armada, en la reuni¨®n del 19 o 20 de febrero, en relaci¨®n a la orden que hab¨ªa recibido de Su Majestad el Rey para llevar a cabo la operaci¨®n en la que el general Armada era el jefe o la persona visible fueron, seg¨²n Tejero: ?La Monarqu¨ªa necesita robustecerse, -por eso Su Majestad me ha encargado u ordenado- esta operacion, y por ello, a partir de las seis o siete de la tarde -sin que pueda precisarlo-, mi puesto de mando estar¨¢ en la Zarzuela, junto al Rey?.
-En esta reuni¨®n se dijo a Tejero, al Igual que en la que mantuvo con Cortina y Milans del Bosch, que el Gobierno ser¨ªa s¨®lo de militares. En ning¨²n momento le insinuaron ning¨²n cargo en el Gobierno.
- La operaci¨®n estaba a las ¨®rdenes del general Armada, y para las cuestiones t¨¢cticas se deb¨ªa comunicar con el teniente general Milans.
- El declarante entr¨® en el Parlamento con la orden de retener a los diputados hasta que llegase una autoridad militar que pronunciase la consigna duque de Ahumada; que se dirigir¨ªa a los diputados y dar¨ªa m¨¢s ¨®rdenes para el resto de la operaci¨®n. La contrase?a era ¨²nicaminte para identificar a esa autoridad militar.
- El capit¨¢n P¨¦rez de la Lastra le comunic¨® en el Congreso que el general Armada le hab¨ªa ordenado que dijese a Tejero: Duque de A humada. Di novedades, y Armada me ordena: ?Tejero, quita la fuerza del hemiciclo, reintegra a sus puestos a los diputados que est¨¦n fuera de ¨¦l, que les voy a proponer la formaci¨®n de un Gobierno presidido por m¨ª?.
Gobierno con marxistas presidido por Armada
En aquel momento pregunt¨® a Armada si el general Milans del Bosch formar¨¢ parte del Gobierno. Armada contest¨® que ni ¨¦l ni ning¨²n militar, solamente ¨¦l como presidente. Le digo si podemos hablar aparte. Los capitanes Mu?ecas y Acera, al o¨ªr lo anterior, manifestaron su deseo de estar presentes.
- La conversaci¨®n se desarroll¨® en un despacho totalmente de cristal, a la entrada del nuevo edificio, y se dej¨® la puerta abierta. Estuvieron presentes los capitanes Mu?ecas, P¨¦rez de la Lastra y Acera, as¨ª como dos o tres tenientes. Me dijo que en el Gobierno habr¨ªa marxistas, como Felipe Gonz¨¢lez, M¨²gica Herzog, Sol¨¦ Tura y otros de UCD. Tejero contest¨® que en ning¨²n momento se le hab¨ªa comunicado eso ni por Cortina ni por Milans del Bosch.
-Tejero orden¨® a dos guardias que condujeran al general Armada a la salida y que no entrara sin su permiso. Armada contest¨®: ?Ya volver¨¦?. Tejero declara que continu¨® a las ¨®rdenes de Armada, porque no le relev¨® del mando. -
-Fue un acto de c¨®lera por verse enga?ado, pero segu¨ªa a las ¨®rdenes de Armada. Por eso soficit¨® su presencia para negociar la salida del Congreso.
- Ante las noticias err¨®neas que difund¨ªan los medios de comunicaci¨®n con respecto a los fines de la operaci¨®n, decidi¨® dar un comunicado en el que se explicara claramente que no exist¨ªa rebeli¨®n ni contra Espa?a, ni contra la Corona, ni contra la Constituci¨®n, ni contra la democracia.
- En ning¨²n momento se erigi¨® en jefe de la operaci¨®n. Lo ¨²ltimo que efectu¨® antes de redactar las condiciones para salir del Congreso fue telefonear desde el coche del presidente del Gobierno al teniente general Milans del Bosch para pedirle instrucciones, dici¨¦ndole ¨¦ste que consiguiera lo m¨¢s posible para la fuerza a sus ¨®rdenes y se retirara del Congreso.
- En ning¨²n momento consider¨® a Guti¨¦rrez Mellado co mo militar, sino como miembro del Gobierno. En ning¨²n momento amenaz¨® a los diputados o a los miembros del Gobierno con pegarles tiros o cualquier humillaci¨®n o vejaci¨®n.
- No hubiera intervenido de no haber estado convencido de la autorizaci¨®n y de la orden de Su Majestad el Rey, a trav¨¦s de Milans del Bosch y del general Armada, para la operaci¨®n.
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