Juego sucio

( ... ) La Semana Grande donostiarra ha recobrado ya no s¨®lo el esplendor e inter¨¦s de las mejores ¨¦pocas, sino que adem¨¢s se ha popularizado. La Semana Grande de San Sebasti¨¢n es ya la fiesta de todos los donostiarras y de sus miles de visitantes. La afluencia de las gentes a la capital guipuzcoana es comentario generalizado, y la ocupaci¨®n de plazas hoteleras, de pensi¨®n... y de amigos donostiarras ha alcanzado l¨ªmites insospechados. San Sebasti¨¢n, hoy m¨¢s que nunca, est¨¢ en fiestas.Y no lo pueden soportar. Los profesionales del catastrofismo no pueden aceptar este aut¨¦ntico refer¨¦ndum popular, que contradice todas y cada una de las im¨¢genes apocal¨ªpticas con las que intentan manipular la realidad de este pa¨ªs. Y as¨ª observamos un intento de minimizar la participaci¨®n popular, contener los deseos de los donostiarras y ridiculizar manifestaciones que ya el a?o pasado demostraron su amplio arraigo, como de la belle ¨¦poque, a la que se califica de fiesta burguesa. (...)

Pero s¨ª, en cambio, la convocatoria de la manifestaci¨®n en la hora punta y en el lugar m¨¢s concurrido de San Sebasti¨¢n. Esta no pretende otra cosa que interrumpir la fiesta, provocar incidentes y tratar de enga?ar posteriormente con las cifras de asistentes a la manifestaci¨®n.

Afirmar, como se ha hecho en la propaganda de la convocatoria, que Ios ¨ªndices de la represi¨®n en general han alcanzado cotas jam¨¢s conocidas por el pueblo trabajador vasco", demuestra, en primer lugar, el desprecio m¨¢s absoluto y la negaci¨®n m¨¢s descarada de los sufrimientos por los que ha atravesado la resistencia en este pa¨ªs, y en segundo lugar, la utilizaci¨®n de t¨¢cticas hitlerianas: cuanto mayor sea la mentira, menos probabilidad existe de que la gente considere que se pueda atentar de semejante forma contra la verdad.