Rectificando errores
En las p¨¢ginas 9 y 10 de este diario del s¨¢bado 8 del corriente figura un interesante y ameno art¨ªculo de Manuel Vicent relativo al famoso escultor Cristino Mallo, permiti¨¦ndome respetuosamente rectificar tres datos de los que en el mismo figuran.Referente a la famosa epidemia de gripe que dice sufrimos en Espa?a en 1917, no fue en ese a?o, fue el a?o 1918, al final de la famosa guerra europea, precisamente cuando el maestro Serrano estren¨® su celeb¨¦rrima zarzuela La canci¨®n del olvido, por lo que el pueblo madrile?o denomin¨® a la gripe El soldado de N¨¢poles, continuando a?os despu¨¦s denominando a las gripes sucesivas con t¨ªtulos de canciones famosas.
En lo relativo al tristemente c¨¢lebre capit¨¢n S¨¢nchez, no le mataron ni descuartizaron. Fue el capit¨¢n, que era conserje de la Escuela Superior de Guerra, el que mat¨® y descuartiz¨® al se?or Jal¨®n, diciendo el vulgo que hab¨ªa dado parte de su carne a comer a los soldados con el ranch¨®. El capit¨¢n S¨¢nchez, convicto y confeso de su crimen ante el oportuno consejo de guerra, fue fusilado en la pradera del Corregidor (San Isidro). Como ese terreno era propiedad de una marquesa, ¨¦sta se querell¨® contra el Gobierno, alegando que ese campo lo ten¨ªa ella para solaz y divertimiento del pueblo, pero no para fusilar a nadie. La hija del capit¨¢n, Mar¨ªa Luisa, c¨®mplice de tan horrendo crimen, creo que termin¨® sus d¨ªas en el penal de mujeres de Alcal¨¢ de Henares.
Sobre el famoso y popular¨ªsimo don Tancredo, no mataba en zancos ni rejoneaba en bicicleta; su misi¨®n en las plazas de toros era esperar a los mismos en el centro del ruedo, subido en un peque?o pedestal y completamente vestido de blanco, sin hacer el m¨¢s m¨ªnimo movimiento; aunque sali¨® indemne en muchas ocasiones, en otras sufri¨® achuchones y revolcones. Tuvo muchos imitadores, sobre todo en las populares y famosas becerradas gremiales que se daban los domingos por la ma?ana./
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