La espiral del fraude contin¨²a
Venimos de un Bilbao donde los toros sal¨ªan sospechosos de pitones y flojos, y en Madrid nos encontramos con una corrida blandengue, que no pod¨ªa con el rabo. Madrid siempre fue Madrid, plaza para ver toros ¨ªntegros, serios, fuertes. Pero la espiral del fraude contin¨²a, incluso en Madrid. Si ya ni aqu¨ª, en este coso de la m¨¢xima solera, primera plaza del mundo, se pueden ver los toros que exigen lidia, habr¨¢ que cortarse la coleta.Algo ha pasado en Las Ventas, donde, en la primera parte de la temporada, toros y novillos derribaban a los caballos, peleaban con entereza, llenaban de emoci¨®n todos los tercios, y en la segunda son incapaces de conmover la verticalidad de los jamelgos, desfallecen, viven sin vivir en ellos y mueren porque no mueren. El fantasma del fraude se ense?oreaba del coso. Felipe El Lupas gritaba cuerdas consejas: ?Se?or presidente, que se haga una investigaci¨®n sobre estos toros?. A un aficionado del tendido ocho le daban alferec¨ªas, se pon¨ªa fuera de s¨ª, quer¨ªa echar a Chopera y culpaba de extra?as connivencias a cierta Prensa.
Plaza de Las Ventas
23 de agosto. Toros de Luis y Nicol¨¢s Fraile, bien presentados, flojos. Quinto, devuelto por cojo, sustituido por otro de la misma ganader¨ªa y ¨¦ste, tambi¨¦n cojo, por uno de Moreno de la Cova, con trap¨ªo, manso e incierto. El Calatrave?o: estocada corta atravesada, descabello, media atravesada, tres descabellos, aviso y dos descabellos m¨¢s (protestas) dos pinchazos, estocada tendida y aviso con retraso (ovaci¨®n y salida del tercio). Ra¨²l S¨¢nchez: pinchazo y estocada atravesada que asoma (vuelta protestada): estocada (aplausos y saludos). Gallito de Zafra, que confirm¨® la alternativa: estocada y dos descabellos (aplausos y salida al tercio): estocada (vuelta con algunas protestas).
La plaza de Las Ventas es mucha plaza y su afici¨®n mucha afici¨®n para consentir ganado de saldo, y ni calla ni callar¨¢. El secretario de Estado para la Informaci¨®n, Ignacio Aguirre, ha dicho en Bilbao que con el nuevo reglamento que se prepara -lo preparar¨¢ UCD, suponemos- se va a acabar con el afeitado. S¨¦anos permitida una sonrisa entre esc¨¦ptica e ir¨®nica. El vigente reglamento prev¨¦ medidas adecuadas para acabar con el afeitado, y el Gobierno -UCD, por cierto- no las aplica. ?Por qu¨¦ va a aplicar otras? Tambi¨¦n el nuevo reglamento -ha declarado Aguirre en Bilbao- va a eliminar la obligaci¨®n de que se consumen en el primer tercio los tres puyazos. Lo que faltaba para coronar la chapuza. El nuevo reglamento no hace falta para nada. Lo que hace falta es que se cumpla el actual.
No estaban (o no parec¨ªan) afeitados los toros de Fraile del domingo en Las Ventas. Presencia, adem¨¢s, la ten¨ªan toda. Lo que les faltaba era resuello. Y por a?adidura, en su mayor¨ªa llegaban al ¨²ltimo tercio con la l¨®gica media arrancada, o sin arrancada alguna, y pegando derrotes. Lo que ocurri¨® fue, sin embargo, que se les pusieron delante dos gigantes del valor y de la honradez, El Calatrave?o y Ra¨²l S¨¢nchez, que son pasto, llevan a?os con esto, de la m¨¢s descarada e incivil injusticia que el taurinismo haya cometido en todos los tiempos. Decir El Calatrave?o o Ra¨²l S¨¢nchez es, para el taurinismo, decir tosquedad, torero de tercera, nombre despreciable. Como si los dem¨¢s diestros. figuras incluidas -que para colmo son incapaces de ponerse delante de lo que ¨¦stos lidian- fueran muy finos o hubieran nacido en mejores pa?ales.
El Calatrave?o estuvo torp¨®n con su primero, pero al otro le consinti¨® hasta los terribles ga?afones, que pon¨ªan la carne de gallina. Se jug¨® el f¨ªsico como un jabato. Lo mismo Ra¨²l S¨¢nchez, que a?adi¨® al valor una loter¨ªa fuera de lo com¨²n. Era impresionante la serenidad del talaverano al cruzarse; el aplomo con que buscaba la distancia adecuada para el cite; el aguante para dejar llegar la incierta cabezada sin rectificar ni un mil metro: el mando conque embarcaba las contadas y nada boyantes embestidas. Y, a la hora de la verdad, se iba detr¨¢s de la espada.
Precisamente al cruzar, en el quinto, sufri¨® un varetazo en un ojo que le produjo herida. Los peones le aconsejaban que se fuera a la enfermer¨ªa, pero rechazaba consejos y ayudas y, acerc¨¢ndose a tablas, pidi¨® que le tiraran agua. ?Zas!, agua va, se la tiraron al ojo, ¨¦l se peg¨® un manotazo en el cuajar¨®n de sangre que nos record¨® al famoso aquel a quien un toro le vaci¨® un ojo de una cornada, y el pingajo que a¨²n le colgaba se lo arranc¨®, al hist¨®rico arito de ? iFuera desperdicios! ?.
El toro noble, para muletear con arteje correspondi¨® a Gallito de Zafra en primer lugar, y ¨¦se tambi¨¦n fue desperdicio. pues el alternativado matador correspondi¨® con una larga faena, aseada, pero de escasas calidades. En el sexto, que se ca¨ªa y no embest¨ªa, porfi¨® voluntarioso. Banderille¨® muy mal. En cambio, mat¨® muy bien, de sendos estoconazos a ley, el segundo de los cuales le permiti¨® dar una vuelta al ruedo, que algunos protestaron. No mucho. La protesta gorda se hab¨ªa consumido con la invalidez de los toros, que sigue la espiral del fraude, tan escandalosa en esta parte de la temporada.
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