?Por qu¨¦ la OTAN?
"Es necesario impresionar a los enemigos de la libertad en el mundo". Con estas palabras, Ronald Reagan intentaba justificar la reciente actuaci¨®n norteamericana en el incidente a¨¦reo con Libia. Resulta obvio que esa filosofia no ha sido aplicada al caso espa?ol. ?Es compatible arrogarse el honor de ser padres de la libertad y de los derechos humanos con considerar un intento de golpe contra la democracia como "asunto interno"? ?Qu¨¦ ocurrir¨ªa si a nuestro pa¨ªs llegara al poder la honestidad de Felipe Gonz¨¢lez? Eso ya tendr¨ªa m¨¢s importancia para la Administraci¨®n Reagan. Tendr¨ªamos bien pronto al belicoso Haig cogiendo un avi¨®n rumbo a ese lejano volc¨¢n mediterr¨¢neo llamado Spain, intentando amordazar los peligrosos idealismos del psoecialismo y habl¨¢ndonos de la amenaza sovi¨¦tica, de la seguridad occidental y de la conveniencia de mantener las hamburguescr¨ªas (burgers, dir¨ªa ¨¦l)... No, que la izquierda. gobierne Espa?a no ser¨¢ un asunto interno. Y es que los padres del libertinaje internacional pretenden usar nuestra naci¨®n como base de operaciones de para a previstas cruzadas imperialistas. No hay nada que temer: podr¨¢n desaparecer los sevillanos, los madrile?os o los compostelanos, pero ni la Giralda, ni el Prado, ni la eatedral de Santiago perder¨¢n una piedra... Con la bomba de neutrones, claro. De ah¨ª que vayamos a entrar, casi a empujones, en la OTAN. Ciudadanos de UCD: ?qu¨¦ ganan ustedes de esta aut¨¦ntica traici¨®n contra los sentimientos de todo un pueblo? ?No sean necios! ?C¨®mo van a hacer que un vallisoletano o un malague?o luchen contra rusos y b¨²lgaros en Austria o en Berl¨ªn Occidental? Piensen un poco. ?Quieren que Canarias se convierta en un inmenso portaviones? Los entorchados de la democracia codician nuestros puertos deI Sur, y no por su sol, su vinillo o sus tablaos. Son necesarios para su guerra que viene. Y a cambio, vagas promesas de seguridad y de estabilidad democr¨¢tica.Los espa?oles debemos disirutar la paz y la libertad que nos hemos ganado. Dejemos a las hienas de uno y otro signo que hagan jirones su propia dignidad. Nosotros tenemos que levantar a¨²n nuestra estatua de la Libertad, m¨¢s d¨ªscreta y m¨¢s humilde, pero nuestra. No debenlos cerrarnos a la civilizaci¨®n, al pensamiento, a la m¨²sica y al comercio; pero s¨ª a la muerte.
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