La novela espa?ola tiene un porvenir optimista
Narradores y cr¨ªticos discuten sobre el tema en la Universidad Internacional Men¨¦ndez y Pelayo
La novela espa?ola de 1939 a 1980 ha sido examinada esta semana por novelistas y cr¨ªticos en un seminario organizado por la Universidad Internacional Men¨¦ndez y Pelavo, de Santander, y dirigido por Rafael Conte, redactor jefe de cultura de EL PA?S. Aunque los debates no se hab¨ªan planteado para llegar a conclusi¨®n alguna, sino con una mera intenci¨®n descriptiva, los organizadores quedaron sorprendidos por la afluencia de p¨²blico y el inter¨¦s despertado por algunas intervenciones, en especial las de Gonzalo Torrente Ballester, Francisco Ayala y Manuel And¨²jar. Ese inter¨¦s por el conocimiento directo de la novel¨ªstica actual puede ser, por tanto, la principal conclusi¨®n del seminario, que ha advertido cierto optimismo sobre el porvenir de la narrativa espa?ola.
Dividido en varias etapas el per¨ªodo narrativo a estudiar, seg¨²n los manuales al uso, las sesiones del palacio de la Magdalena presentaron en cambio, la novedad de separar y distinguir por primera vez el per¨ªodo realista en una primera ¨¦poca, entre los a?os 1950 y 1957, de ?realismo inicial?, y la posterior etapa, de 1957 a 1962, claramente social y comprometida. El seminario estudi¨® tambi¨¦n la novela del exilio, el impacto del boom latinoamericano en Espa?a, los casos de la novela gallega y catalana, la creaci¨®n ¨²ltima, desde 1975 hasta nuestros d¨ªas, an¨¢lisis este ¨²ltimo tambi¨¦n raro en los estudios al uso.Sobre la resurrecci¨®n de la novela en la primera posguerra habl¨® el catedr¨¢tico de la Universidad de Oviedo Mart¨ªnez Cachero. Defini¨® la producci¨®n de aquellos a?os (entre 1940 y 1951) como de ?importancia relativa?, destacando la corriente de novela humor¨ªstica.
El archivo de los censores
El seminario sobre la novela espa?ola actual hizo hincapi¨¦ varias veces en el atentado cultural e hist¨®rico de primera magnitud que supone la desaparici¨®n de los documentos e informes que elaboraron los censores del r¨¦gimen franquista, tanto los de la etapa de censura previa obligatoria, hasta la ley de Prensa e Imprenta, de Manuel Fraga, como en las ¨¦pocas posteriores. Esos informes deben estar a disposici¨®n de los estudiosos.El caso de la novela social, a partir de 1951, fue estudiado por Juan Ignacio Ferreras, de la Universidad de Par¨ªs, para quien el t¨ªtulo de social ya es una inicial dificultad de an¨¢lisis. La primera generaci¨®n realista con los nombres de Ignacio Aldecoa, Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos, Rafael S¨¢nchez Ferlosio, Carmen Mart¨ªn Gaite, estudiados por Roberto Yahni, merecieron calificativo especial. porque ?se ha visto que tienen m¨¢s calidad art¨ªstica que los que le sucedieron?.
Francisco Ayala, exiliado durante muchos a?os, se encarg¨® del estudio de la novela del exilio, tema que ser¨ªa completado por Manuel And¨²jar. Para Ayala, la novela del exilio, en definitiva, no es un fen¨®meno literario, sino pol¨ªtico.
Sobre la novela de los sesenta habl¨® Leopoldo Azancot, que emple¨® un m¨¦todo de an¨¢lisis m¨¢s sociopol¨ªtico que literario y defendi¨® para el novelista el regreso a la realidad.
El director del seminario, Rafael Conte, describi¨® c¨®mo irrumpi¨® en Espa?a el fen¨®meno del boom latinoamericano, y el gran impacto que tuvo la aparici¨®n de los primeros libros de Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Julio Cort¨¢zar y Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, o la recuperaci¨®n de otros mayores, como JorgeLu¨ªs Borges, Miguel ?ngel Asturias, Juan Carlos Onetti, Juan Rulfo o Alejo Carpentier, adem¨¢s de la aparici¨®n de nuevos novelistas. algunos de los cuales, como Guillermo Cabrera Infante, Manuel Puig y, Jos¨¦ Donoso, tambi¨¦n han conseguido una relaci¨®n de privilegio con el pueblo espa?ol. Rafael Conte expuso las causas de ese boom, y sobre todo las consecuencias, porque su ?influencia en la novela espa?ola posterior fue muy importante?.
Esa ?nueva novela?, desde el punto de vista cronol¨®gico (1975-1980), ser¨ªa estudiada por Luis Su?¨¦n, secretario del curso y cr¨ªtico literario. En esta etapa llega a su madurez la anterior generaci¨®n y podr¨ªa afirmarse que nombres como Juan y Luis Goytisolo, Torrente Ballester o Juan Benet ?son m¨¢s nuevos que los nuevos?, en el sentido de que ?ha habido novelistas, como Gonzalo Su¨¢rez. que siempre han sido nuevos, aunque ahora sean m¨¢s conocidos?. Entre los j¨®venes. Luis Su?¨¦n destac¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Guelbenzu, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, Miguel Espinosa, Jos¨¦ Leyva, ?lvaro Pombo, Esther Tusquets, Eduardo Mendoza y Javier Mar¨ªas, a los que ve como una generaci¨®n que no asume la tradici¨®n inmediata, sino sus excepciones, es decir, no se siente heredera m¨¢s que de unos nombres concretos. Muchos de ellos adem¨¢s rechazan la realidad inmediata como materia para sus novelas, pudiendo llegarse a la conclusi¨®n de que ?el realismo no est¨¢ de moda, el intelectual no asume el compromiso que siempre tuvo con la realidad y, se pone en tela de juicio el papel del escritor como testigo de su tiempo?.
La jornada cumbre del seminario fue la intervenci¨®n del novelista gallego Gonzalo Torrente Ballester, que habl¨® sobre su trayectoria literaria, en su opini¨®n formal, ?porque part¨ª de lo fant¨¢stico y de lo intelectual, para llegar a una etapa realista y volver m¨¢s tarde a lo fant¨¢stico e intelectual, pero ya con otro criterio est¨¦tico distinto. Sal¨ª depurado del realismo? , afirma.
Para quienes quieren compararle con Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, el autor de La Saga fuga de J. B., dice que ?la ¨²nica relaci¨®n que existe entre nosotros es que los ¨¢mbitos de los que procedemos -M¨¢rquez, su Caribe; yo, mi Galicia- son ¨¢mbitos donde el elemento fant¨¢stico juega un papel muy importante. Pero los caminos que seguimos son muy distintos, absolutamente paralelos?.
La confusi¨®n o el empe?o de clasificaci¨®n que padece lo entiende Torrente Ballester, porque ?la gente piensa que no puede existir un escritor espa?ol independiente. Parece que tenemos que ser siempre deudores de alguien?, dice, no sin reconocer inmediatamente que ?todos tenemos nuestros padres literarios?. En su caso tiene ?uno muy ilustre, que es Cervantes, y una familia muy conocida, que es la literatura inglesa: la literatura cervantina por excelencia. Por lo dem¨¢s, soy un escritor independiente, no me parezco a nadie?.
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