Comenz¨® en Portsmouth la III Regata alrededor del Mundo
A mediod¨ªa de ayer, en un aut¨¦ntico ambiente de mercado flotante, entre miles de barcos llegados al puerto de Portsmouth, en la costa sur inglesa, donde la Roya? Navy tiene una base de submarinos, se dio la salida a la treintena de barcos participantes en la 111 Regata Alrededor de? Mundo, sin duda ya el m¨¢ximo acontecimiento de la vela mundial. En cuatro etapas -la primera hasta Ciudad del Cabo, en Sur¨¢frica- los veleros, con esloras comprendidas entre los trece metros, el m¨¢s peque?o, y casi veinticinco, el m¨¢s grande, deber¨¢n recorrer unas 27.000 millas n¨¢uticas, casi 50.000 kil¨®metros, por los tres oc¨¦anos, hasta regresar al punto de partida -despu¨¦s de tocar Auckland (Nueva Zelanda) y Mar de? Plata (Argentina)- aproximadamente a primeros de abril de 1982. Por primera vez estar¨¢ un barco espa?ol, con m¨¢ximas posibilidades, sobre todo en las etapas segunda y tercera, las m¨¢s duras.
Lo que en 1973, con la primera regata, iniciada el 8 de septiembre de aquel a?o, ten¨ªa m¨¢s visos de aventura que de prueba deportiva, ha pasado a ser claramente la primera atracci¨®n de la vela competitiva mundial al no olvidar tampoco sus ribetes de haza?a de otros tiempos. En efecto, los barcos m¨¢s sofisticados de la actualidad, en aut¨¦ntica lucha ya desde su dise?o y construcci¨®n, dar¨¢n por tercera vez la vuelta al mundo siguiendo la ruta de los hist¨®ricos clippers, que hace cien a?os aseguraban la relaci¨®n comercial de Australia con Europa, pero tambi¨¦n, como ellos, con el ¨²nico impulso del viento. En la primera etapa, curiosamente, de contacto con Sur¨¢frica, lo que podr¨ªa suponer nuevos problemas de protesta internacional -y especialmente africana- contra elaparheid, los barcos m¨¢s r¨¢pidos llegar¨¢n en unos cuarenta d¨ªas hasta Ciudad del Cabo, tras recorrer, seg¨²n la ruta elegida para evitar las encalmadas ecuatoriales, unos 13.000 kil¨®metros.
Tiempo real y compensado
Ya en ese momento, a la hora de hacer la primera clasificaci¨®n, se tendr¨¢n en cuenta los distintos rating o baremos de cada velero, seg¨²n su tama?o, superficie de velas, antig¨¹edad, etc¨¦tera. La Regata Alrededor del Mundo est¨¢ reservada a los barcos de un solo casco -a diferencia de las Transat, por ejemplo, abiertas a catamaranes y trimaranes- de la categor¨ªa o clase denominada IOR; es decir, que pueden reunir caracter¨ªsicas similares para adjudicar a cada uno un h¨¢ndicap o desventaja, como sucede en las carreras de caballos con el peso. Los barcos m¨¢s peque?os, en ese sentido, tendr¨¢n el rating -cifra facilitada en pies ingleses, medida de longitud- m¨¢s bajo, por lo que se beneficiar¨¢n en el c¨®mputo de tiempos.
Esta regata, como la pasada Admiral's Cup y otras parecidas de cruceros, tendr¨¢ dos clasificaciones, una en tiempo real, s¨®lo simb¨®lica en la pr¨¢ctica, y otra en tiempo compensado, la verdadera, al aplicarse la multiplicaci¨®n del tiempo real de cada barco por su rating. S¨®lo de esta forma pueden participar barcos de distintas medidas, aunque similares en conjunto, pues la exactitud supondr¨ªa reducir el ingenio y el progreso de los dise?adores y constructores navales a simples fabricantes en serie y convertir unas regatas de altura en competiciones de vela ligera.
El barco brit¨¢nico Bubblegum -Globo o Burbuja de Chicle-, de s¨®lo 13,07 metros de eslora -el m¨¢s peque?o de los participantes-, navegar¨¢ sin tanta capacidad de velas mucho m¨¢s lentamente que el gigante FCF Challenger, tambi¨¦n representante del Reino Unido, con sus 24,53 metros; pero ¨¦ste deber¨¢ sacarle una gran ventaja para poder ganarle en el definitivo tiempo compensado, pues su rating es m¨¢s de doble: 68,5 pies, contra s¨®lo 33. Precisamente por la importancia de contar con el baremo m¨¢s bajo posible, la gran batalla, antes de enfrentarse con las dificultades propias de la navegaci¨®n, ha estado en la intenci¨®n de todos los patrones de reducir al m¨¢ximo una cifra que puede ser vital sobre el fr¨ªo papel de una clasificaci¨®n, bastante m¨¢s que unos minutos ganados en cualquier maniobra.
Por ello se ha conocido que varios de los m¨¢ximos favoritos, como el FIyer alem¨¢n, barco del mismo nombre que el ganador de la segunda regata -que ahora participa con el de Alaska Eagle- y con el mismo patr¨®n triunfador entonces, Cornelius von Rietschoten, carg¨® su quilla con seiscientos kilos m¨¢s de plomo para mejorar su rating 0,2 pies. El citado FCF Challenger, patrocinado por la FC Finance, dependiente de la British Co-op-Bank, baj¨® 0,3 -de los 68,8 a 68,5-, y el Gouloises III, tercer modelo promovido por esta marca de tabaco galo, estir¨® su popa en
obras realizadas estos ¨²ltimos d¨ªas, para conseguir longitud din¨¢mica, y pas¨® de los 19 metros de eslora a los 20. De todas formas, esta eslora, sobre los 19 metros, es la media -y quiz¨¢ ideal- de los participantes, pues cuenta cQn el mayor n¨²mero de barcos sobre ella, seguida por los de 17 y 20. Justamente el ¨²ltimo vencedor, ahora A laska Eagle, tiene 19,87. De 15 metros salieron cuatro m¨¢s, pero tanto en las esloras peque?as -desde el Bubblegum hacia adelante- como en las grandes -entre los 21 y el FCF- se reparten s¨®lo uno o dos barcos por cada metro de medida.
"Amateur", esfuerzo espa?ol
Curiosamente, eso ocurre tambi¨¦n en los de 18, donde s¨®lo han salido dos: el Swedish Entry, sueco, cuya madr¨ªna es la mism¨ªsima reina Silvia, y que quiere ser todo un ejemplo marinero del pa¨ªs, patrocinado por las muchas compa?¨ªas relacionadas con la mar, y el espa?ol Licor 43, que adem¨¢s de la firma publicitaria, como norma habitual e imprescindible en una competici¨®n de este tipo, ha recibido el apoyo federativo de la Asociaci¨®n para el Fomento del Deporte N¨¢utico de Altura, de la Empresa Nacional Baz¨¢n, donde se construy¨®, y de otras empresas y particulares. El esfuerzo econ¨®mico, valorado en un principio en cuarenta millones de pesetas subir¨¢, a buen seguro, ante los l¨®gicos problemas que en una prueba tan dura puede plantear, pero no llegar¨¢, con todo, a las grandes cantidades movilizadas por los barcos de otros pa¨ªses. Por ejemplo, en varios de ellos las tr¨ªpulacio.nes cobran -en el FIyer, con total seguridad-, mientras para la espa?ola, de nueve hombres fijos y uno rotativo en cada etapa, ha supuesto un galard¨®n completamente aficionado el ser escogida entre casi doscientos aspirantes.
As¨ª pues, doce elegidos acompa?ar¨¢n a Joaqu¨ªn Coello, ingeniero naval, inspirador del proyecto, dise?ador y patr¨®n, excedente de su trabajo en la Baz¨¢n, mejor deportista n¨¢utico de 1978 tras ser duod¨¦cimo en la Ruta del Ron -4.000 millas, de Saint Malo, en Francia, hasta Point-de-Pitre, en la isla de Guadalupe-, casado, con dos hijas de nueve y seis a?os, y que cumplir¨¢ los 36 casi al t¨¦rmino de la primera etapa. Coello, como los otros ocho hombres fijos y el resto de los participantes que cubrir¨¢n todas las etapas, ha optado por dar siete meses de su vida a la aventura en s¨ª, aunque su dedicaci¨®n particular empez¨® mucho antes de comenzarse la construcci¨®n del barco, el 15 de febrero de 1980. Tom¨¢s Gallart, soltero, 33 a?os, ser¨¢ el segundo patr¨®n y navegante, sin duda el m¨¢s experimentado especialista en este tipo de pruebas. Fernando Mu?oz, m¨¦dico, veinticinco a?os, y Francisco Fern¨¢ndez, estudiante de sexto de Medicina, veinticuatro a?os, se encargar¨¢n de la salud, en contacto para emergencias con el Centro Radio-M¨¦dico del Instituto Social de la Marina. Joaqu¨ªn Quero, de veintisiete, y Jacinto CTiado, de veinticuatro, monitores, tambi¨¦n solteros; Rafael Tibau, de veintiocho, farmac¨¦utico, de gran experiencia como Gallart, pues incluso ha participado como ¨¦l en la tradicional Parmelia Race, regata entre Plymouth y Perth, y Sotero Gut¨ª¨¦rrez, veintiocho a?os, marino mercante, son los otros cuatro tripulantes. El ¨²nico casado, junto a Coeflo, es Ignacio Ramos, de treinta a?os, delineante naval de la Baz¨¢n, con dos hijos de diez y nueve a?os, y el tripulante rotativo que completar¨¢ la primera etapa ser¨¢ Jorge Brufau, estudiante de ingenier¨ªa industrial.
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