AG/W
Las se?oras bien de Madrid se lo dijeron en cuanto se sac¨® los clubs liberales:-Antonio, vamos a hacer una verbena ben¨¦fica para tus liberales, que al fin y al cabo ser¨¢n rojos, o sea pobres. Una cosa tipo Cruz Roja.
A Antonio Garrigues-Walker le cabreaban mucho estas bromas y se iba peg¨¢ndose una puerta. Era cuando los maridos se lo explicaban a las se?oras bien:
-Dejaos de rifas ni rastrillos ni t¨®mbolas, que estos Garrigues ya se sabe c¨®mo son. Antonio est¨¢ fabricando un invento para vend¨¦rselo al Gobierno a cambio de algo.
-?Va a ser presidente? -preguntaban todas las madres y las hijas que le aman en silencio, que trabajan en sus funciones de teatro, que asisten a sus conferencias y celebran que se haya,distanciado de aquel clan de la Massielona y todo eso.
-No, presidente, no. Pero ministro, pudiera.
Eran conversaciones de un vago est¨ªo, que m¨¢s o menos hubiese dicho el maestro Ortega. AG/W se ha inventado una v¨ªa de acceso al poder hasta ahora in¨¦dita en Espa?a. Pujol quiere venderle a Calvo Sotelo una autonom¨ªa, Felipe quiere venderle un socialismo, Su¨¢rez propiamente dicho quiere venderle a Calvo Sotelo un tranv¨ªa. Un tranv¨ªa, si, lleno de seu¨ªstas, aqu¨¦l que paraba en la glorieta de Quevedo, sede del SEU, al grito barroco y culterano del cobrador:
-?S¨®lo Quevedo!
El cobrador quer¨ªa decir que aquel tranv¨ªa no segu¨ªa trayecto hasta Moncloa. Y mire usted por donde, qu¨¦ vacile, a la Moncloa es adonde quieren ir/volver todos los seu¨ªstas.
Antonio Garrigues, sin una regi¨®n ni una clase social ni una clase pol¨ªtica que venderle al Gobierno (que necesita comprar cosas, porque est¨¢ desamueblado ideol¨®gicamente, con tanta mudanza en UCD), va a venderle una abstracci¨®n, o sea un club, o una cadena de clubs, una palabra que ya no dice nada o dice poco o dice otra cosa: liberalismo. Es como si le vendiese a don Leopoldo la cadena de clubs juveniles Imperator, pero vac¨ªos.
Claro que todo es un largo rodeo hacia la nada, porque lo que Garrigues vende es el nombre, la firma, el apellido, la cosa personal, la cosa familiar, la cosa hist¨®rica, la cosa. Y lo que Calvo Sotelo compra a cambio de una cartera (si le dejan los legitimistas de uced¨¦) es la alternativa que est¨¢ en la calle, la derecha que no viene del SEU ni del franquismo ni de aquel tranv¨ªa llamado deseo, ni de Mateo lnurria (nacionalcat¨®lico), ni del milagro alem¨¢n (socialdem¨®cratas), ni del de Lourdes (democristianos).
En la guerra de guerrillas que hoy es UCD, Calvo Sotelo parece haber optado (no sin sutileza galaica) por crearse su propia familia, por fundar una familia, que ya tiene edad, a base de hombres sin coloraci¨®n hist¨®rica, a base de parientes ricos de la democracia. Garrigues llegar¨¢ o no llegar¨¢ a ministro (a lo mejor ya lo es cuando salga esta columna), pero, en todo caso, habr¨¢ inaugurado, en el rico museo de la inventiva pol¨ªt¨ªca espa?ola, una nueva v¨ªa de acceso al poder en plena democracia: el acceso o intentona en solitario, pas¨¢ndose por el forro de la chaqueta Paco Rabanne los partidos pol¨ªticos, los debates parlamentarios, los consejos de ministros y la crisis de Gobierno. Con un par.
A m¨ª, esto, por parte de Antonio, me parece muy bien y responde a su personalidad de James Bond ideol¨®gico con marcha. Por parte del Gobierno y de UCD me parece debilidad y, por parte del presidente, me parece -ay- presidencialismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.