Jos¨¦ Luis Palomar consolida su recuperaci¨®n
josPlaza de El Espinar. 12 de septiembre. Corrida de feria. Toros de Francisco Galache, desiguales de presencia, mansurrones, con genio. dos sospechosos de afeitado y el resto astifinos. Angel Teruel: media (silencio). Dos pinchazos, estocada trasera y descabello (oreja, con protestas). Jos¨¦ Luis Palomar: buea estocada y descabello (dos orejas). Pinchazo, estocada y dos descabellos; la presidencia le perdon¨® un aviso (oreja). Yiyo: pinchazo y estocada (silencio). Pinchazo, estocada atravesada y descabello (bronca). Muy buena entrada.
Vivimos en tauromaquia el a?o de la recuperaci¨®n de numerosos toreros. Uno de ellos es Jos¨¦ Luis Palomar, resucitado en Las Ventas este verano y que ayer consolid¨® en El Espinar su recuperaci¨®n con detalles muy toreros y momentos de gran categor¨ªa.Ir a El Espinar a hacer el toreo bueno no parece, en principio. proeza de mayor cuant¨ªa, pues no es plaza que d¨¦ y quite. Los fastos taurinos de El Espinar, salvo noticia relevante, se quedan en El Espinar.
Pero all¨ª vimos el toreo que por lo com¨²n no se ve en otras plazas, y, lo vimos con una corrida relativamente decorosa, como tampoco se ve en otras plazas. Los toros eran terciados, pero de variado comportamiento; algunos muy mansos, otros muy encastados, la mayor¨ªa serios, astifinos y con edad.
Por eso la redonda y bonita faena de Palomar tuvo importancia. Igual que si estuviera ante la c¨¢tedra de Madrid o ante la reserva espiritual taurina de Sevilla, lance¨® echando la pata l'ante, quit¨® por navarras, prendi¨® dos valerosos pares de banderillas, mulete¨® con entrega y mando, se volc¨® sobre el morrillo para conseguir una soberbia estocada.
No hizo Palomar, por supuesto, una faena de pegapases al uso (cada vez en menos uso, afortunadamente), de esas donde la clave es sumar derechazos, sin hilaci¨®n, sin norma, sin sentido como por ejemplo Teruel, que estaba all¨ª presente. La del diestro soriano fue una faena en todo momento acoplada a las condiciones del toro, ejecutada con autenticidad, desgranada con ritmo. Cargaba la suerte en el redondo, en el natural y en los ayudados por alto, y se creci¨® en el valor y en la inspiraci¨®n cuando dibujaba los adornos, entre los que destacaron dos molinetes con la izquierda, ce?id¨ªsimos.
Su otro enemigo, un toraco de cuajo y romana, con trazas de afeitado, result¨® noble y lo aprovech¨® tore¨¢ndole muy bien al natural, con algunos pases dle magn¨ªfica factura. Destac¨®, sobre todo, la ligaz¨®n y la estructura de toda la faena.
Al Yiyo, que no se acopl¨® con su primero -una especie de novillote romo, sin importancia-, le correspondi¨® en segundo lugar un cinque?o de genio y, abrigo, con el que perdi¨® los papeles.
El cique?o estuvo dando sustos desde que apareci¨® por el toril. Desarm¨® al matador. Persigui¨® a un pe¨®n, y cuando ¨¦ste ya hab¨ªa tomado el olivo, le peg¨® un pitonazo en la pierna por el procedimiento de brincar y meter la cabeza por encima de la barrera. Volte¨® al Millonario en la brega, y pareci¨® que la ten¨ªa tomada con este pe¨®n, pues en cuanto le ve¨ªa sal¨ªa corriendo detr¨¢s de ¨¦l pegando tornillazos. En el segundo tercio oblig¨® a los banderilleros a emplearse a fondo, y a toda la infanter¨ªa a permanecer alerta para el quite. Cervantes coloc¨® un par merit¨ªsimo,en el que se jug¨® el f¨ªsico.
El toro, mal lidiado, aumentaba as¨ª sus resabios, y Yiyo no se lo pas¨® por delante ni una vez, a pesar de lo cual sufri¨® tres desarmes, dos carreras y un varetazo. Yiyo a¨²n es muy nuevo para v¨¦rselas con estos cinque?os, que saben lat¨ªn.
Por su parte, ?ngel Teruel hizo tambi¨¦n en El Espinar lo que en Madrid y todas las plazas del mundo que pisa. Ha profesionalizado una faena tipo, especie de falsilla, que aplica si el toro se deja, y si no se deja, les pueden ir dando, al toro, al toreo y al p¨²blico, pues no aporta m¨¢s repertorio. Su primer toro se dej¨® m¨¢s bien poco, su segundo se dej¨® m¨¢s bien mucho, y Teruel hizo lo que cab¨ªa en la falsilla.
Dos toros sospechosos de afeitado hubo en El Espinar, s¨ª, pero tambi¨¦n tres tremendamente astifinos, tres con hechuras, uno con cuajo, otro cinque?o: genio, problemas, emoci¨®n. M¨¢s encopetadas plazas no tienen la seriedad que se vio en la de ese pueblo serrano, bonito y alegre. Quiz¨¢ porque era el Ayuntamiento el que se responsabilizaba del buen fin de la corrida. Fue una grata sorpresa.
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