Autonom¨ªas pobres y ricas
LOS NACIONALISTAS vascos y catalanes se han mostrado contrarios a los criterios que se han seguido para el reparto del Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial. La comunidad aut¨®noma de Madrid, sin embargo, no ha podido expresar su opini¨®n por la sencilla raz¨®n de que todav¨ªa no existe. Los representantes madrile?os de los dos grandes partidos acomodadores del Fondo, UCD y PSOE, o no se han enterado del asunto o han sucumbido a la disciplina de partido que impone el sistema de listas cerradas confeccionadas desde arriba.El Estado de las autonom¨ªas parti¨® con mal pie desde el momento que se decidi¨® echar agua al vino de las comunidades hist¨®ricas. Primero fueron autonom¨ªas para todos, y con ello se perdi¨® la oportunidad de una negociaci¨®n pol¨ªtica, razonable y t¨¦cnicamente correcta, con Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco. Ahora la orientaci¨®n burocr¨¢tico-pol¨ªtica invoca la solidaridad de ricos y pobres que integran este reino para introducir un nuevo rompecabezas: el Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial, que asigna los dineros en proporci¨®n inversa a la renta per capita de cada comunidad aut¨®noma.
Este criterio de reparto no repara, sin embargo, en que no existe en nuestro pa¨ªs, ni en ning¨²n otro, una evaluaci¨®n de la distribuci¨®n de la renta provincial o regional con la suficiente base estad¨ªstica como para ser aceptada como un criterio s¨®lido en un reparto de fondos de esta naturaleza. Ning¨²n pa¨ªs europeo, incluidos los que disponen de un material estad¨ªstico m¨¢s rico y depurado que el nuestro, dispone de una distribuci¨®n regional de su producto interior bruto. Las dificultades de medici¨®n son pr¨¢cticamente irresolubles (producci¨®n de una sociedad con distintas sucursales y domicilio social en la capital, transportes interiores, etc¨¦tera), y por este motivo se eligen criterios convencionales (matriculaci¨®n de autom¨®viles en las diversas demarcaciones territoriales, tel¨¦fonos, escolarizaci¨®n, espacios verdes, tasa de paro en relaci¨®n a los habitantes censados) como indicadores de los niveles de bienestar regionales.
Los expertos repartidores de este Fondo han empleado como referencia un trabajo muy meritorio del Banco de Bilbao: Renta nacional de Espa?a 1977, que, sin embargo, no ha vuelto a elaborarse ni tampoco ha sido incorporado por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica entre sus nuevos cometidos. Los organismos internacionales, en su distribuci¨®n de donaciones y cr¨¦ditos concesionarios entre los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, suelen seguir el criterio de la poblaci¨®n. De otro modo se cometer¨ªan injusticias manifiestas entre pa¨ªses de un desarrollo econ¨®mico equivalente y gran desigualdad en el n¨²mero de habitantes. Tambi¨¦n se acepta como norma elemental de sentido com¨²n econ¨®mico que las zonas urbanas, sobre todo si son receptoras de una r¨¢pida emigraci¨®n, necesitan inversiones urgentes en obras de infraestructura para cobijar con un cierto decoro a los nuevos trabajadores industriales.
Ahora bien, el criterio de distribuci¨®n del Fondo penaliza a los grandes n¨²cleos urbanos nacidos alrededor de las grandes ciudades durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. No hace mucho, los vecinos de Parla se quejaron airadamente por la falta de agua corriente. Las mil deficiencias en hospitales de las zonas este y oeste de Madrid provocar¨¢n quiz¨¢s nuevos conflictos en el futuro. Los vecinos del centro de la capital, por su parte, deben estar ya resignados a que sus hijos carezcan de escuelas o institutos a una distancia razonable. Mientras tanto, existe gran cantidad de escuelas nuevas inutilizadas por falta de alumnos en muchos pueblos de Espa?a, as¨ª como hospitales y ambulatorios cuya capacidad supera tambi¨¦n en muchas ciudades las necesidades asistenciales ordinarias. A la ruin situaci¨®n de estos suburbios de "elevada renta por habitante" tampoco les valdr¨¢ la esperanza, porque la solidaridad interterritorial, al elegir otros caprichosos derroteros, los ha condenado al estancamiento.
En cualquier caso, ni el Gobierno ni la direcci¨®n del PSOE pueden presentar como verdad revelada o como rigurosa inferencia cient¨ªfica los criterios aplicados al reparto del Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial. Que esgriman, si lo desean, su condici¨®n de mayoritarios y su voluntad de hacerla valer, pero que no arropen sus discutibles decisiones con la coartada de la objetividad cient¨ªfica y del rigor estad¨ªstico.
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