La viuda de Victorio Macho demanda atenci¨®n estatal para la casa-museo del escultor en Toledo

Desde hace quince a?os, la casa-museo del escultor Victorio Macho, en Toledo, que leg¨® en testamento a Espa?a junto a las casi cien obras que contiene, est¨¢ semiabandonada. Desde entonces, su viuda, Zoila Barr¨®s Conti, mantiene una lucha con la Administraci¨®n para que ¨¦sta se haga cargo del museo. La Administraci¨®n, por su parte, considera que el asunto no es de su estricta incumbencia, aunque se muestra dispuesta a prestar alg¨²n tipo de ayuda.

Cuando en 1937 el escultor palentino Victorio Macho se exili¨® voluntariamente en Latinoam¨¦rica ya era profeta en su tierra. Dejaba detr¨¢s exposiciones, medallas y una obra importante. Era amigo de los famosos -de Picasso, Valle-Incl¨¢n, Andr¨¦s Segovia, Gregorio Mara?¨®n, Benito P¨¦rez Gald¨®s-; muchos de ellos los hab¨ªa inmoralizado en la piedra y alguna de las que ser¨ªan, m¨¢s tarde, consideralas como sus mejores obras -la estatua yacente del hermano, Marcelo, por ejemplo- eran ya conocidas internacionalmente.Los pa¨ªses que le recibieron -Colombia y Per¨², especialmente- se sintieron honrados con su presencia, le ofrecieron c¨¢tedras y llenaron plazas y jardines con sus nonumentos.

Cuando, a?os m¨¢s tarde, ?loco de Espa?a y enfermo de su ausencia? -dice hoy su viuda Zoila Barr¨®s Conti-, volvi¨® a Espa?a y se instal¨® en Toledo, en la casa que desde la Roca Tarpeya domina la ciudad y el r¨ªo, los cr¨ªticos de arte celebraron su regreso y nadie le molest¨® por sus tendencias pol¨ªticas liberales y republicanas. Su casa y su taller -?el taller¨®n?, como ¨¦l lo llamaba- ?eran un lugar de encuentro para artistas e intelectuales espa?oles y extranjeros. Por all¨ª pasaron todas las gentes importantes de la ¨¦poca?, evoca Zoila.

Quiz¨¢ por eso, esta mujer todav¨ªa joven, que se cas¨® por amor con el artista 35 a?os mayor que ella, pese a la oposici¨®n de su importante familia lime?a, no puede comprender ni admitir que hoy, s¨®lo quince a?os despu¨¦s de que su marido muriese de silicosis, con los pulmones atascados por el polvo del m¨¢rmol que trabajaba, sea en cierto modo un olvidado. ?La casa-museo est¨¢ desatendida, el taller¨®n abandonado y las casi cien obras que don¨® a Espa?a no tienen realmente quien las cuide?, dice.

El dinero de las entradas

?Yo misma me tengo que ocupar de la limpieza y la conservaci¨®n, pues aunque Bellas Artes ha puesto un ordenanza para que abra el museo y cobre las entradas, no hay ni vigilantes ni conservador. El dinero de las entradas lo recibo yo, pero no me llega en absoluto para mantener el museo, entre otras cosas, porque como no est¨¢ se?alado en las gu¨ªas ni en los itinerarios tur¨ªsticos, son muy pocos los visitantes que llegan hasta ¨¦l?. Y quiere insistir especialmente en que ?si el museo est¨¢ abandonado no es en absoluto por culpa m¨ªa?.

La culpa, seg¨²n Zoila, es de la Administraci¨®n, ?que no ha cumplido los compromisos formales que contrajo conmigo Jos¨¦ Luis Villar Palas¨ª cuando era ministro d¨¦ Educaci¨®n y Ciencia. Entonces se comprometi¨® a mantener el museo, instalar el taller¨®n y dejar la casa libre para mi. Y no lo ha cumplido?.

Por su parte, la Administraci¨®n se defiende por boca del director general de Bellas Artes, Javier Tussell. ?Todo el problema procede de un testamento mal hecho. Victorio Macho leg¨® su obra a Espa?a, y debi¨® legarla al Estado. Cre¨® adem¨¢s, una fundaci¨®n ben¨¦fico-docente presidida por su viuda, y en consecuencia esa fundaci¨®n es la que tiene que ocuparse del museo, que no es un museo estatal, sino privado?.

De todas formas, en el Ministerio de Cultura aseguran que est¨¢n dispuestos a hacer todo lo posible por sacar adelante el legado del escultor.

Seg¨²n Pedro Manuel Berges, subdirector general de Museos, ?se ha encargado un estudio para instalar el taller, pero el proyecto sube a cerca de treinta millones de pesetas, demasiado para nuestras posibilidades. Se han hecho algunas obras de mantenimiento, y lo m¨¢s importante es que se ha nombrado un nuevo patronato de la fundaci¨®n, compuesto por tres concejales del Ayuntamiento de Toledo y tres acad¨¦micos de Bellas Artes. Nuestra esperanza est¨¢ en que el patronato empiece a funcionar. Entonces ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil que con su colaboraci¨®n y nuestra ayuda se pueda hacer algo?.

Pero algo no es bastante para la viuda del escultor. ?Cuando ¨¦l leg¨® su obra a Espa?a lo hizo tan generosamente que incluso perjudic¨® inadvertidamente mis intereses?, dice. ?Yo hubiera podido impugnar por esta raz¨®n el testamento, pero no quise hacerlo por respetar ¨ªntegramente su voluntad, y esta voluntad era que su obra fuese de Espa?a. Si aquel ministro se comprometi¨® a hacerse cargo del legado de Victorio, el Ministerio de Cultura tiene que cumplir el compromiso, porque me imagino que cuando un ministro se compromete no lo hace en nombre propio?.