La "cruzada econ¨®mica" propuesta por Reagan no disipa la creciente desconfianza hacia su pol¨ªtica
El nuevo intento del presidente Reagan para ampliar en 13.000 millones de d¨®lares adicionales sus reducciones al presupuesto fiscal de 1982 recibi¨® ayer una incierta respuesta de los mercados financieros y una clara oposici¨®n del Congreso, que esta vez incluso se extendi¨® a los senadores y congresistas de su propio partido. Aunque la Casa Blanca calific¨® de satisfactoriapara el presidente la respuesta a su nuevo plan de recortes fiscales en los presupuestos del a?o fiscal que comienza el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, lo cierto es que la Bolsa neoyorquina descendi¨® ayer al punto m¨¢s bajo del a?o, en el momento de la apertura, confirmando que Wall Street tiene muy escasa confianza en que las propuestas presidenciales, aunque insuficientes para potenciar el mercado, sean aprobadas en su totalidad por el legislativo.
ENVIADO ESPECIALUno de los s¨ªntomas m¨¢s alarmantes en la reacci¨®n al discurso televisado de Reagan de la madrugada del viernes (hora espa?ola) fue el escepticismo con el que muchos miembros del Partido Republicano recibieron las nuevas recetas reaganistas. El propio l¨ªder del partido en el Senado, Howard Baker, manifest¨® que ?esta vez el presidente lo va a tener muy dif¨ªcil?.Con los dem¨®cratas en contra y los republicanos exigiendo un reparto m¨¢s ponderado de las reducciones presupuestarias, especialmente en el cap¨ªtulo de la Defensa, el mensaje de Reagan por televisi¨®n pareci¨® m¨¢s una apelaci¨®n directa al electorado que un esfuerzo coherente de persuasi¨®n de los que realmente est¨¢n retirando la confianza a sus intentos para sanear la econom¨ªa norteamericana: Wall Street y los centros neur¨¢lgicos del poder econ¨®mico.
En su mensaje a la naci¨®n, Reagan fue muy poco expl¨ªcito sobre las partidas exactas donde quiere recortar, en 13.000 millones de d¨®lares adicionales, el d¨¦ficit presupuestario para 1982, que si el programa es aprobado en su conjunto quedar¨¢ reducido a 43.100 millones de d¨®lares. No obstante, se?al¨® que estos recortes afectar¨¢n en un 12% a todo el gasto federal discrecionario, es decir, al que no est¨¢ sujeto a la legislaci¨®n, pero sin afectar a los programas de Defensa.
En este cap¨ªtulo, Reagan piensa reducir en 2.000 millones de d¨®lares el gasto en el a?o fiscal de 1982, 5.000 millones en 1983 y 6.000 millones en 1984, pero s¨®lo mediante la v¨ªa del ahorro en los costes salariales del personal militar y administrativo. Reagan pretende que los retiros y las bajas laborales no sean cubiertos en los pr¨®ximos tres a?os.
Ahorros simb¨®licos
Otros ahorros buscados por Reagan, m¨¢s simb¨®licos que efectivos, saldr¨¢n del desmantelamiento de dos departamentos ministeriales (Energ¨ªa y Educaci¨®n), cuya creaci¨®n se remonta a s¨®lo unos cinco y dos a?os, respectivamente. Asimismo, Reagan pretende cerrar varias oficinas federales y pasar parte de sus responsabilidades a otras agencias. El presidente espera as¨ª reducir los costes de su funcionamiento y piensa que su labor puede ser desempe?ada por otros funcionarios en oficinas con responsabilidades paralelas.
Uno de los aspectos m¨¢s sorprendentes de su discurso televisivo, que contrasta con la imagen que Reagan est¨¢ ofreciendo fuera de Estados Unidos, es su propuesta para incrementar en 3.000 millones de d¨®lares los ingresos fiscales del Gobierno federal. Esta propuesta, evidentemente, persigue reducir el d¨¦ficit por la v¨ªa contraria al recorte en el gasto, pero es curiosa porque est¨¢ en contra de la filosof¨ªa de los llamados reagaeconomics, que, basada en la estrategia del economista Arthur Laffer, persigue estimular la econom¨ªa por la v¨ªa de los recortes impositivos.
El presidente, sin embargo, matiz¨® que los nuevos ingresos resultar¨¢n de una modificaci¨®n de las leyes fiscales y que en este sentido no supondr¨¢n nueva presi¨®n fiscal. De los 3.000 millones de 1982, Reagan quiere pasar a los 6.000 millones en 1983 y a los 11.000 millones en 1984. As¨ª, dijo se ayudar¨¢ a reducir el d¨¦ficit presupuestario.
La filosofia delnuevo programa
Otro de los ahorros propuestos por Reagan es la eliminaci¨®n del programa de garant¨ªas federales crediticias, all¨ª donde sea posible. Este programa consiste en cr¨¦ditos subsidiados por el Gobierno para las nuevas y peque?as empresas, y, de aprobarse en el legislativo, contribuir¨ªa a estimular las cr¨ªticas a toda la filosof¨ªa econ¨®mica presidencial, que est¨¢ provocando el ahogo financiero de los peque?os y medianos empresarios.
El presidente norteamericano, sin embargo, intent¨® ayer llegar al coraz¨®n de sus cr¨ªticos se?alando que, consciente de estas quejas, hay que tener paciencia, ya que ?los males de la econom¨ªa norteamericana no se resolver¨¢n en una semana, un mes y ni siquiera un a?o?. Seg¨²n el presidente, hasta que no se reduzca la inflaci¨®n y se equilibre el presupuesto, no habr¨¢ soluci¨®n.El problema de los altos tipos de inter¨¦s (el prime rate est¨¢ estabilizado en el 19-20% desde hace meses), lo englob¨® Reagan dentro de este contexto. Si el dinero est¨¢ caro, dijo, es porque el Gobierno tiene que pedir prestado ingentes cantidades de dinero para financiar sus d¨¦ficit. Por eso, a?adi¨®, hasta que no se equilibre el presupuesto no habr¨¢ dinero para ?la joven pareja que quiere comprarse su primera casa o para el granjero que necesita reponer su tractor?.
Quiz¨¢ haya sido esta referencia a su intenci¨®n de mantener firme la pol¨ªtica monetaria lo que hizo bajar ayer la Bolsa neoyorquina y provocar una ola de p¨¢nico en los mercados. Curiosamente, el discurso de Reagan coincidi¨® con un rosario de buenas noticias en el frente econ¨®mico, evidentemente ignoradas por la comunidad financiera. As¨ª, los precios al consumo subieron s¨®lo un 0,8% en agosto, frente al 1,2% de julio, con lo que parece que la inflaci¨®n no superar¨¢ el 10% a finales de a?o, frente al 13,5% del a?o anterior. Asimismo, el d¨¦ficit federal se redujo en agosto a 5.120 millones frente a los 10.340 millones de julio o a 6.960 millones del mismo mes de 1980.
Baj¨®n en la Bolsa de Londres
El enorme baj¨®n registrado en la Bolsa londinense en los ¨²ltimos dos d¨ªas, el peor en siete a?os, refleja el pesimismo en la econom¨ªa a la vista de que la recuperaci¨®n, anunciada por el Gobierno para este oto?o, no se produce, seg¨²n informa Efe
.?La pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno ya no tiene la confianza de la Bolsa, ya que los indicadores econ¨®micos se?alan direcciones opuestas a los pron¨®sticos y previsiones hechas a principio de a?o por el ministro de Hacienda?, se?alan las mismas fuentes.
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