La ausencia de Dionisio Ridruejo, hoy
Nada m¨¢s merecido, por supuesto, pero lo que importa subrayar hoy es que nada tan oportuno como el reciente homenaje de El Burgo de Osma a Dionisio Ridruejo. ?Por qu¨¦? El juicio m¨¢s extendido y, sin duda, acertado es el de que se echa en falta en la pol¨ªtica espa?ola actual una posici¨®n realmente independiente como fue, y sin duda habr¨ªa sido hoy, la suya. Los que ahora se denominan "independientes" son personas que a todo trance quieren entrar en el Gobierno, pero por un atajo que no pasa por los partidos pol¨ªticos.Que pase o no pase por los partidos pol¨ªticos, despu¨¦s de su "concertaci¨®n", no es cosa que a los espa?oles de a pie nos quite el sue?o; mucho menos cuando, seg¨²n la confesi¨®n que se le "escap¨®" al presidente del Gobierno, su ideal parece ser el de "independizar" al mismo de su propio partido, es decir, que los partidos, empezando por UCD, que ya significa muy poco, no signifiquen nada. Eso es cuenta de los partidos y de sus dirigentes. Lo que a nosotros nos preocupa, y mucho, es que el Gobierno y los partido se vuelvan de espaldas -y ah¨ª est¨¢n para demostrarlo sus posturas con respecto a la colza y la NATO (me niego a escribir, ni en siglas, su traducci¨®n al satelitismo espa?ol)- y tapen sus o¨ªdos a la opini¨®n p¨²blica y al clamor popular. Que en el momento m¨¢s inoportuno, cuando los gobernantes norteamericanos parecen empe?ados en que se produzca la tercera guerra mundial, se nos vaya a meter de cabeza en la NATO me parece mucho m¨¢s grave que la pol¨ªtica no neutral, pero tampoco beligerante, del general Franco durante la segunda guerra mundial.
Frente a aquellas seudoindependencias y frente a esta dejaci¨®n de toda independencia, es seguro que la independencia de Dionisio Ridruejo en todo momento se habr¨ªa mantenido. Sin embargo, por lo que muchos echamos de menos a Dionisio Ridruejo es, antes que por todo eso, porque en el proscenio de la pol¨ªtica espa?ola no hay un solo personaje de su juventud. La juventud de esp¨ªritu, el entusiasrno, la plena forma (concepto que no es ajeno a la moral y, por ello, se hace sin¨®nimo de la expresi¨®n "moral alta") es lo que no se encuentra en la Espa?a de hoy. Primeramente, el pasotismo; despu¨¦s, la internalizaci¨®n del golpe han dado al traste con ellos. Los j¨®venes hace tiempo que est¨¢n ausentes de la pol¨ªtica, y los pol¨ªticos que todav¨ªa son j¨®venes no se comportan como tales. (El caso m¨¢s notable es el de Felipe Gonz¨¢lez, que ha optado por una lograda madurez pol¨ªtica, lo cual puede que est¨¦ muy bien en quien aspira a asumir las responsabilidades del Gobierno, pero ya no tiene nada que ver con el talante juvenil.) La savia, la fibra, la sangre est¨¢n totalmente ausentes de la actual pol¨ªtica espa?ola. (Lo de ahora es la sangre de horchata.) El porqu¨¦ es comprensible, pero no por eso deja de ser lamentable. Ni siquiera, y pese a las apariencias, se salva la ultraderecha de este envejecimiento. ?O es que puede compararse al machucho Blas Pi?ar y a los militares del golpe, que tratan de escurrir el bulto, con la gallard¨ªa del juvenil Jos¨¦ Antonio? Durante los primeros tiempos de la guerra, en la zona llamada nacional, a ¨¦ste, por no dar a conocer la noticia de su muerte, se le denominaba El Ausente, manteniendo as¨ª la esperanzada ilusi¨®n de su futura presencia. Quiz¨¢ no est¨¢ mal desempolvar de cuando en cuando viejos mitos: nuestro Ausente de hoy podr¨ªa ser Dionisio Ridruejo. Padecemos la ausencia de su independencia. Y la ausencia, no menos, de su permanente juventud. Y a m¨ª, que no pertenec¨ª a su partido, pero que fui su amigo, me alegra -y me entristece- reconocerlo as¨ª.
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