Huelga de presos y objetivos Pol¨ªticos

( ... ) El problema planteado por los reclusos en huelga sit¨²a ante un doble campo de reflexi¨®n. El primero es obvio, plenamente objetivo: las c¨¢rceles espa?olas, en general, est¨¢n sobresaturadas de detenidos (estamos en las cifras m¨¢s altas de la historia penitenciaria), un 56% de los cuales se encuentra en detenci¨®n preventiva (la media europea de preventivos es de un 20%); la poblaci¨®n reclusa se ha doblado en poco tiempo, la justicia es lenta y las condiciones de hacinamiento no son las m¨¢s adecuadas para la rehabilitaci¨®n del preso. Las fugas est¨¢n a la orden del d¨ªa y son frecuentes los casos de suicidio.Urgen, pues, unas mejoras programadas, la construcci¨®n de nuevos edificios, la reforma del C¨®digo Penal (tanto tiempo detenida por razones poco atendibles, como es el exceso de trabajo de la comisi¨®n parlamentaria correspondiente) y, por supuesto, la aplicaci¨®n del nuevo reglamento, por muy costosa que sea. Hasta aqu¨ª, todo correcto. Las autoridades penitenciarias ya han respondido afirmativamente y han hecho p¨²blica su intenci¨®n de acelerar el proceso de mejoras.

Pero el segundo campo de reflexi¨®n nos pone ante la sospecha de que puede haber algo m¨¢s que peticiones objetivas en las demandas del comit¨¦. Nadie -y el comit¨¦ de presos lo sabe- puede comprometerse a resolver los tres puntos de la petici¨®n en tres meses.

, 30 de septiembre