El preferido de las damas

No cabe duda que las ye-uas en trenadas en Francia muestran una particular aptitud para triunfar en el Premio Arco de Triunfo, la m¨¢s importante de las pruebas euro peas, donde se enfrentan caballos de edad con los productos de la ge neraci¨®n cl¨¢sica. Los ¨¦xitos en los ¨²ltimos a?os de Allez France, Sam Sam, Detroit, etc¨¦tera, as¨ª lo demuestran, y es dif¨ªcil atribuir esta circunstancia ¨²nicamente a una sorprendente repercusi¨®n h¨ªpica de la galanter¨ªa parisiense.

M¨¢s bien ser¨ªa cosa de pensar que la campa?a anual de las yeguas francesas est¨¢ orientada de un mo do m¨¢s suave y progresivo que la de sus hermanas brit¨¢nicas, por no hablar de la de los machos, hasta el punto de que las permite llegar a finales de temporada menos casta das y en el ¨¢pice de su forma. ?No viene siendo ¨²ltim¨¢mente el Prix Vermeille, la primera prueba para yeguas de la temporada de oto?o, el mejor certificado de garant¨ªa para el Arco?

Sea como fuere, este a?o ha vuelto a confirmarse la regla, y una yegua ha ganado el Arco de Triunfo, mientras otra quedaba tercera, la corta cabeza del segundo puesto. Por supuesto, que no se trataba de una desconocida: Gold River era ganadora de pruebas importantes, aunque siempre en distancias superiores a la del Arco: el Prix Royal Oak, el Prix Jean Prat, el Prix Cabran... De que su cotizaci¨®n era baja da idea, mejor que ese 42 a uno con que figuraban las apuestas. el hecho de que Freddy Head rechazase su monta, pese a ser jinete habitual de la cuadra y estar la yegua entrenada por su padre, y prefiriese la opci¨®n de Detroit, ganadora en la edici¨®n anterior con el tiempo r¨¦cord de la prueba, pero que este a?o corri¨® oscuramente. El beneficiado por este rechazo fue un joven y extravertido jinete australiano, Gary Moore, que la tarde del s¨¢bado mont¨® seis carreras en el hip¨®dromo'de Hong Kong, para el d¨ªa siguiente subirse casi por sorpresa en Gold River y triunfar con ella. ?Que hablen ahora de Jet-Lag!

Quiz¨¢ lo m¨¢s notable del Arco de Triunfo de 1981, con todo, haya sido el fracaso de los concurrentes brit¨¢nicos. M¨¢s de 10.000 ingleses se trasladaron a Longchamp para animar a Ardross (ganador,de la Copa de Oro de Ascot), Cut A bove (triunfador del Saint-Leger), Blue Wind (las de Epsom), Belsdale Flutter (Benson and Hedees) y hasta seis campeones m¨¢s. No hubo suerte: este hip¨®dromo ultracivilizado se revel¨® de nuevo que demasiado sint¨¦tico para caballos acostumbrados a competir en terrenos m¨¢s dif¨ªciles y, por decirlo as¨ª, m¨¢s naturales. Queda abierta por supuesto, la inc¨®gnita de Shergar. ?Hubiera logrado el deinoledor amo del derby, de Epsom y del King George revalidar en Longchamp su alt¨ªsima val¨ªa? Unos accionistas m¨¢s celosos de sus futuros beneficios que de la mitolog¨ªa h¨ªpica no han querido arriesgarse a averiguarlo. Pero la sombra poderosa y rauda de Shergar pesa ha el domingo sobre Longchamp y empa?aba un poco el brillante triunfo de la ganadora. Shergar se retira: h¨¦roe absolutamente rnoderno, vencido por intereses que ignora, tuvo, como Aqueles, los pies ligeros y el tal¨®n fr¨¢gil. Si no pudo confirmarse como caballo del siglo, tampoco basta proclamarle caballo del a?o; por la virtud conjunta de la genealog¨ªa y la leyenda, Shergar es ya un caballo para siempre.