Los integristas musulmanes afirman, que proseguir¨¢n las "acciones armadas" contra el r¨¦gimen egipcio
La tensa situaci¨®n que vive Egipto puede desencadenar una ola de violencia, a ra¨ªz de la determinaci¨®n de algunos grupos extremistas isl¨¢micos de iniciar hostigamientos contra las fuerzas de polic¨ªa y del Ej¨¦rcito, en respuesta a los llamamientos hechos por el ex jefe de Estado-Mayor del Ej¨¦rcito egipcio general Sadedin Chazly.
Asyut, una localidad habitada, pr¨¢cticamente a partes iguales, por la comunidad copta y musulmana, es considerada como la ciudad egipcia donde se iniciaron los enfrentamientos de car¨¢cter confesional, el pasado junio, que dieron origen a la decisi¨®n del fallecido rais de ordenar la detenci¨®n de m¨¢s de 1.500 personalidades de la oposici¨®n religiosa y laica.El r¨¦gimen egipcio, desamparado en su direcci¨®n, pero relativamente reconfortado por la reacci¨®n de sorpresa e indiferencia de la poblaci¨®n cairota, se enfrenta en provincias a un resurgimiento violento de la oposici¨®n religiosa, interesada en desbordar el estado actual de crisis para suscitar una contienda civil, partiendo de la conmoci¨®n creada por la represi¨®n contra los elementos religiosos.
"Todo no puede ser como antes", admiten, sin embargo, los medios de la oposici¨®n pol¨ªtica egipcia, aunque al propio tiempo el descontento que manifiestan esos c¨ªrculos reafirma la tesis esgrimida por el ministro de Defensa, general Abu Ghazala, en el sentido de considerar que los cuatro hombres del comando suicida que asesin¨® a Sadat s¨®lo estar¨ªan relacionados con una franja activa del integrismo isl¨¢mico y un sector muy limitado de la oficialidad egipcia (fuerzas del Ej¨¦rcito de Tierra), en contacto con la direcci¨®n
libia.
En las sedes de la oposici¨®n legalizada (izquierda no comunista, de Jaled Mohiedin, y sociolaboristas, de Ismail Chucri) el silencio es pr¨¢cticamente de. rigor, en una reacci¨®n com¨²n de espera, que hace presagiar futuros instantes de gran actividad pol¨ªtica. El futuro presidente de Egipto, Hosni Mubarak, es considerado por esa oposici¨®n como un personaje menos carism¨¢tico que el fallecido rais, menos convencido de la necesidad de seguir negociando con Israel, una vez haya sido recuperado todo el Sina¨ª, como un hombre que desear¨ªa hacer reintegrar a Egipto a las filas del mundo ¨¢rabe.
Ello explicar¨ªa el que esa oposici¨®n legal, a cuyo nacimiento contribuy¨® decisivamente Sadat, se haya unido en la pr¨¢ctica a los movimientos clandestinos (marxistas y partidarios del Frente Nacional del general Chazly) en lo que ata?e a solicitar las tres condiciones b¨¢sicas para autorizar a Mubarak a seguir adelante con las riendas del pa¨ªs: liberaci¨®n inmediata de los prisioneros pol¨ªticos, suspensi¨®n de la ley marcial y fin de las medidas de excepci¨®n.
A pesar de la tranquilidad aparente de la capital egipcia, los medios integristas entienden que ello ser¨ªa la calma que anticipa una tempestad general, en la que el elemento determinante ser¨ªa la participaci¨®n de una parte de las fuerzas armadas en favor de los elementos religiosos que exigen un cambio radical de orientaci¨®n pol¨ªtica del r¨¦gimen y entienden que no debe concederse reposo a los dirigentes actuales.
El candidato presidencial, Mubarak, declar¨® ayer que la situaci¨®n de normalidad que vive el pa¨ªs justifica el que no se hayan puesto en pr¨¢ctica las medidas de excepci¨®n, y en otro gesto significativo, solicit¨® al vecino pa¨ªs de Libia que "no se aproveche de la dificil situaci¨®n que vive Egipto". Esa moderaci¨®n de Mubarak contrasta con los deseos expresados por la franja m¨¢s combativa del integrismo isl¨¢mico de seguir acelerando la desestabilizaci¨®n del pa¨ªs. En ese sentido, la Prensa gubernamental califica a los integristas de elementos "manipulados por la extrema derecha", silenciando toda referencia a la subversi¨®n exterior.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.