La comunidad europea o la decadencia
Me pregunto qu¨¦ har¨ªan los actuales adversarios de la Comunidad Econ¨®mica Europea si de repente se viniera abajo la Comunidad. Es una pregunta similar a otra, ya hecha en el pasado, pero. que se sigue haciendo actualmente: ?Qu¨¦ har¨ªan los adversarios de la OTAN en Europa occidental si ¨¦sta se desintegrara?La t¨¢cita presunci¨®n de quienes en diversos pa¨ªses europeos y en ¨¦pocas diferentes se han opuesto a la plena participaci¨®n de su pa¨ªs en la OTAN y en la Comunidad Econ¨®mica Europea ha sido siempre el tran ullizador pensamiento de que, incluso si lograran sus prop¨®sitos, seguir¨ªan existiendo las dos grandes organizaciones pol¨ªticas de la alianza occidental, ya que siempre habr¨ªa alguien que seguir¨ªa desarrollando su excelente tarea. Ha existido siempre la sospecha de que lo que buscaban estos cr¨ªticos de la OTAN y del Mercado Com¨²n era una participaci¨®n gratuita en los mismos, benefici¨¢ndose de las ventajas sin tener que participar en los gastos que supone mantener estas organizaciones activas.Esto se refiere incluso a la nobleza neutral europea, a Suiza y Suecia. Y hasta servir¨ªa para calificar la retirada de Francia en tiempos del presidente De Gaulle del Tratado del Atl¨¢ntico Norte. El orgulloso general sab¨ªa perfectamente que seguir¨ªa existiendo la OTAN. Pero si todos los pa¨ªses hubieran aceptado sus argumentos y hubieran intentado seguir una pol¨ªtica de seguridad nacionalista, el resultado habr¨ªa sido un desastroso debilitamiento de la seguridad en toda Europa, Francia incluida.
Se hubiera llegado finalmente a un eje germano-norteamericano que hubiera resucitado el fantasma del militarismo alem¨¢n, o a un acuerdo germano-sovi¨¦tico que hubiera expulsado a los norteamericanos de Europa, dejando a las democracias europeas a merced del hegemonismo sovi¨¦tico.
Gracias, sin embargo, al resto de los pa¨ªses componentes la Organizaci¨®n sobrevivi¨® y la separaci¨®n oficial de Francia no impidi¨® la continuaci¨®n de un alto grado de cooperaci¨®n entre las fuerzas armadas francesas y la OTAN en Europa. En s¨ªntesis, la retirada de Francia debilit¨® a la OTAN, al tiempo que, Francia no resultaba fortalecida.
Supongamos que el Reino Unido se retirara ahora de la Comunidad Europea. Si ¨¦l resto de los pa¨ªses componentes aceptaran esta medida como l¨®gica, desaparecer¨ªa la Comunidad. No resulta dif¨ªcil imaginar qu¨¦ es lo que suceder¨ªa entonces, en un per¨ªodo de grandes dificultades econ¨®micas internacionales. Se impondr¨ªan en todos los pa¨ªses las pol¨ªticas proteccionistas, se volver¨ªan a levantar todo tipo de barreras al comercio, y la conclusi¨®n ser¨ªa un general y dram¨¢tico descenso de la producci¨®n y el empleo. Para poner fin a esa situaci¨®n y a las graves alteraciones pol¨ªticas subsiguientes, ?qu¨¦ se podr¨ªa hacer sino reinvental y resucitar el Mercado Com¨²n?
S¨®lo se puede pensar en una pol¨ªtica de retirada sobre la base de que el resto de los pa¨ªses no la consideren l¨®gica y no hagan otro tanto. Los defensores de la retirada del Reino Unido afirman que, una vez consumada, su Gobierno podr¨ªa conseguir un acuerdo comercial bueno y favorable. ?'Con qui¨¦n?. Con la Comunidad Europea, por supuesto; esperan que los otros sean lo suficientemente inteligentes o lo suficientemente tontos como para mantener viva en Europa una amplia ¨¢rea de cooperaci¨®n econ¨®mica y libre comercio.
En esta suposici¨®n, la achacosa econom¨ªa brit¨¢nica se recuperar¨ªa existiendo este enorme y floreciente huerto. Y, sin embargo, la retirada del Reino Unido debilitar¨ªa a la Comunidad Europea, y aumentar¨ªan los peligros de un desorden pol¨ªtico, adem¨¢s de econ¨®mico. Esto aparte de que una comunidad m¨¢s debil no podr¨ªa mostrarse generosa con los forasteros.
A pesar de que la Comunidad por s¨ª sola no da, ni puede dar, plena respuesta a los problemas de nuestra ¨¦poca -bajo crecimiento econ¨®mico, desempleo, renovaci¨®n de estructuras-, nadie, ni el Partido Laborista, podr¨ªa empezar a pensar en una nueva pol¨ªtica econ¨®mica eficaz sin partir de la premisa de la existencia de una comunidad.
No puede mantenerse el equilibrio mundial de poder sin la existencia de una Europa pol¨ªticamente unida. Pero la cooperaci¨®n pol¨ªtica europea, es decir, la uni¨®n de Europa, no sobrevir¨ªa si se desintegrase la Comunidad Econ¨®mica.
La Comunidad no puede convertirse en chivo expiatorio de los males de la econom¨ªa brit¨¢nica, cuyo relativo descenso comenz¨® y continu¨®, a?o tras a?o, mucho antes del ingreso del Reino Unido en la CEE.
Se podr¨ªan atacar con una mayor confianza los actuales problemas econ¨®micos de Europa si la Comunidad se mejorara y fortaleciera en diversos aspectos. Hay que intentarlo, y ya hay varios Gobiernos pensando en c¨®mo se puede conseguir. Pero sin. la Comunidad descender¨ªamos todos por caminos separados hacia una decadencia com¨²n, en un clima de contienda general que s¨®lo har¨ªa felices a los enemigos de la democracia.
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