Las bolsas continuaron sin manifestar una tendencia definida
En las sesiones de ayer se reprodujeron las caracter¨ªsticas de falta de una orientaci¨®n definida entre los inversores que configuraron las reuniones de apertura semanal. Ni compra¨¢ores ni vendedores se decid¨ªan a actuar a fondo, conform¨¢ndose con establecer peque?as escaramuzas locales, en las que ¨²nicamente quedaba claro el equilibrio de fuerzas existente.Los bancos observaron un comportamiento negativo a nivel general. Los saldos vendedores no revest¨ªan excesiva consideraci¨®n, pero en cualquier caso superaban a las poqu¨ªsimas ordenes compradoras llegadas. En el mercado madrile?o s¨®lo mejor¨® posiciones el Santander de entre los "siete grandes". Y ello gracias a que cont¨® con un flujo comprador que le permiti¨® presentar un saldo comprador de 28.763 t¨ªtulos al mismo cambio del d¨ªa anterior.
El resto de los componentes del sector presentaban mayor¨ªa de ordenes vendedoras, que oscilaban desde los 31.625 t¨ªtulos que arrojaba el saldo particular del Hispano hasta los poco m¨¢s de 8.000 que presentaba el Bilbao.
La cobertura de estos saldos tampoco resultaba uniforme, oscilando entre el 35% y el 63%. Los cierres aparec¨ªan ligeramente orientados a la baja, aunque trat¨¢ndose de las entidades de este grupo este dato resulta escasamente significativo, pues, por una parte, la propia movilidad de su tendencia, y en segundo, las pr¨¢cticas caritativas de apoyo a sus propios precios que estas entidades, a base de repetir, han elevado a la categor¨ªa de costumbre, dificultan especialmente el poder avanzar con una coherencia m¨ªnima, cual ser¨¢ su trayectoria, aun la referida al futuro m¨¢s inmediato.
Los valores el¨¦ctricos continuaron capeando con bastante soltura la presencia de ¨®rdenes vendedoras a sus corros. Estos valores son con diferencia, de entre los que se negocian en corro-libre, los de mayor volumen diario de contrataci¨®n en cualquiera de las cuatro bolsas. Esta circunstancia les hace especialmente d¨¦biles en las ¨¦pocas de ventas masivas, pues la afluencia de papel acostumbra a afectarles con fuerza, hasta que las bajas en sus cambios les colocan en rentabilidades competitivas con las que se practican en ese momento en los mercados interbancarios. La consideraci¨®n gen¨¦rica de estos valores como alternativa a los activos de mayor rentabilidad a plazo relativamente corto ha sido aceptada por casi todos los intermediarios cualificados, y acostumbran a ser precisamente las oscilaciones en los precios del dinero interbancario a plazo quienes inciden en su trayectoria.
As¨ª, y con una situaci¨®n de liquidez desahogada en el sistema, lo que a su vez provoca que el mantenimiento artifical de los precios del dinero no se vea forzada al alza, las el¨¦ctricas se encuentran en uno de sus mejores momentos del presente a?o, y, a pesar de que no resulta excesivamente previsible que se generen unas plusval¨ªas generalizadas de consideraci¨®n, lo cierto es que la respuesta que dan estos valores a la oferta resulta cuando menos aceptable.
Lo contrario les ocurre a los valores industriales, quienes han experimentado las mayores revalorizaciones en el presente a?o, revalorizacionel que en muchos casos se correspond¨ªan escasamente con la realidad de las empresas y sus perspectivas para un futuro inmediato. La vieja costumbre de que los movimientos en los precios segeneralicen a los valores m¨¢s importantes de cada sector. As¨ª se entremezclan realidades concretas con proyectos que a duras penas pasan de la especulaci¨®n, y cuando se producen las bajas, es muy dificil que los inversores distingan entre la reafidad y la ficci¨®n.
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