La pareja dif¨ªcil
La mujer del aviador. Tras su pasada serie, Cuentos morales, Eric Rohmer inicia esta segunda titulada: Comedias y proverbios, no en torno a la pareja, sino a la dificultad de seguir un camino entre el amor y la verdad. No es preciso vivir juntos para quererse, viene a decirnos Ana, pero en su b¨²squeda perpetua se encontrar¨¢ a la postre encerrada en su propia soledad.El teatro se halla presente, como siempre, en esta entrega inicial de Rohmer, en la que di¨¢logos y actores tienen valor fundamental. No un teatro imaginado a la manera tradicional, dentro de unos l¨ªmites precisos, recurso de tantas adaptaciones malogradas, sino cercano a la realidad, tal como corresponde a un seguidor de Bazin.
Direcci¨®n y gui¨®n: Eric Rohmer
Fotograf¨ªa: Bernard Lutic y Romain Winding. Int¨¦rpretes: Philippe Marland, Marie Rivi¨¦re, Anne Laure Meury, Mathieu Carri¨¦re. Francia.Comedia. 1980. En el cine Alphaville.
Cierto aire espont¨¢neo corre a lo largo de la historia, en la elecci¨®n frustrada de su protagonista, entre un hombre y otro hombre enfrentados no s¨®lo por el amor, sino en la misma edad.
A pesar de su tono excelente en ocasiones, como en toda la secuencia del parque, el cuento en s¨ª resulta un tanto triste, en un Par¨ªs que apenas se nos muestra en la buhardilla de Ana, decorada con pretensiones de estudio prisi¨®n m¨¢s que refugio, ante un mundo que no llegamos a saber si desprecia o rechaza, tal como a su rival.
Realizada con modesto presupuesto, esta pel¨ªcula nos recuerda, de modo inevitable, los comienzos de aquella joven ola que, iniciada c¨¢mara en mano, acab¨® en los caminos del cine comercial. Rohmer, en cambio, salvo su excelente versi¨®n de Madame d'O, parece seguir siendo fiel a aquellos postulados que hoy d¨ªa contin¨²an vigentes como posible salvaci¨®n del cine ante el envite de las multinacionales.
En torno a la protagonista, los sentimientos van y vienen entre l¨¢grimas y reproches, entre el amante que se aleja y el que la sigue y cerca. Todo se halla contado tan sincera y directamente, a pesar de los inevitables convencionalismos, que se convierte poco a poco en espejo de una relaci¨®n compleja en un Par¨ªs omnipresente, tal como dice la canci¨®n final, letra y m¨²sica, que de surgir al principio hubiera mentido prometiendo una comedia de rancio bulevar.
Las ideas y di¨¢logos que el guionista y realizador maneja chocan a veces con la mentalidad de aquellos que los dicen, gentes que s¨®lo piden a la vida pasar por ella suavemente, viviendo o interpretando sus papeles no a la sombra del drama, sino en los cauces de la tradicional comedia sentimental.
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