El Osasuna perdi¨® su condici¨®n de invicto

El Osasuna perdi¨® su condici¨®n de invicto en su campo de El Sadar ante el, Athl¨¦tic. El campo registr¨® un gran lleno y se recaudaron m¨¢s de catorce millones de pesetas. El ¨¢rbitro dio por concluido el partido dos minutos antes de cumplirse el tiempo reglamentario, ante el masivo lanzamiento de almohadillas. Despu¨¦s del encuentro, el colegiado abandon¨® el campo en un autom¨®vil de la Polic¨ªa Nacional. Los dos equipos realizaron un partido escaso de calidad. El Osasuna jug¨® bastante nervioso y con diez jugadores durante todo el segundo tiempo. Los incidentes del p¨²blico, que pueden llegar hasta el apercibimiento de cierre de El Sadar, ya que existe reincidencia, surgieron sobre todo desde que el ¨¢rbitro anul¨® un gol al Osasuna.

El triunfo del Valencia se puede considerar afortunado a todas luces. El equipo valencianista pas¨® demasiados apuros para ganar el partido. Realiz¨® un mediocre encuentro, con bastantes fallos. El Betis mer¨¦ci¨® el empate. El equipo sevillano aprovech¨® perfectamente sus r¨¢pidos contraataques, protagonizados sobre todo por Gordillo, para imponer su peligro. El Valencia gan¨® con muchas dificultades, cuando quedaban ocho minutos para finalizar el encuentro. Hubo lanzamiento masivo de almohadillas y presumiblemente Mestalla sea apercibido de cierre, al ser reincidente en esta clase de incidentes.

El H¨¦rcules ha impuesto una racha de goleadas cuando juega en su campo, y gana con suma: facilidad a todos sus adversarios con los que se ha enfrentado hasta ahora. El equip6alicantino realiz¨® un buen partido; domin¨® el encuentro en todo momento con unjuego r¨¢pido y eficaz. De todos modos, el equipo canario fue generoso en sus concesiones; cometi¨® demasiados fallos y su delantera fue f¨¦rreamente marcada, por lo que apenas cre¨® ocasiones de peligro.

El Zaragoza y el C¨¢diz realizaron un mal partido, pobre de calidad, con demasiados errores. El C¨¢diz se limit¨® a practicar una t¨¢ctica destructora. El Zaragoza no supo ni pudo imponer su juego, por lo que siempre fue superado por los gaditanos en sus acciones de destruir. Los zaragocistas cayeron en esa trampa, y a punto estuvieron de pagar caro su escaso juego.

El Valladolid no pudo romper la f¨¦rrea defensa santanderina, aunque s¨ª cre¨® ocasiones para ello. Al Valladolid le falt¨® la suerte que quiz¨¢ le sobr¨® al R¨¢cing. Su portero, Moncale¨¢n, fue la figura de partido. El R¨¢cing mont¨® todo un gran sistema defensivo en su parcela, que los vallisoletanos fueron incapaces de superar.

El Sevilla jug¨® demasiado nervioso, por lo que sus acciones fueron bastante precipitadas. El Sp¨®rting se vio favorecido por la precipitaci¨®n de los sevillistas, preocupados sobre todo, de marcar y poder asegurarse la victoria.