Los corresponsales extranjeros rechazan la "ley Fraga" como requisito para su acreditaci¨®n

La Secretar¨ªa de Estado para la Informaci¨®n ha roto la pr¨¢ctica habitual para la renovaci¨®n del carn¨¦ acreditativo que conced¨ªa autom¨¢ticamente, previo t¨¦lex de la publicaci¨®n de origen, garantizando la relaci¨®n laboral del solicitante la renovaci¨®n. La Secretaria de Estado ha desempolvado un decreto firmado por Fraga y Franco en 1966, que complica considerablemente las circunstancias de renovaci¨®n.La directiva de la Asociaci¨®n de Corresponsales de Prensa (ACPE) ha recomendado a sus miembros que no soliciten de momento la renovaci¨®n del carn¨¦ acreditativo, pese a que el plazo expira el 15 de noviembre. Los argumentos aducidos por la ACPE para esta negativa son varios: que el decreto invocado, fundamentado en la ley Fraga de 1966, ha sido reciente mente dado por caduco por el Ministerio de Cultura, y que es la primera vez, desde 1976, que se invoca para las acreditaciones un decreto como ¨¦se, que nunca fue aplicado totalmente.

Los corresponsales extranjeros no ocultan su malestar por la comunicaci¨®n de la Secretar¨ªa de Estado para la Informaci¨®n, cuya lista de exigencias no podr¨¢ ser cumplimentada por m¨¢s de un aut¨¦ntico corresponsal, lo que consecuentemente pondr¨ªa en peligro su permiso de residencia en Espa?a. Entre los requisitos exigidos se enumeran algunos, como una carta de la direcci¨®n en la publicaci¨®n en que se trabaja, donde conste que la persona trabaja para ese medio, pruebas del trabajo efectuado en los tres ¨²ltimos meses; un certificado de la empresa donde conste que el corresponsal gana lo mismo que un redactor jefe o un m¨ªnimo de mil d¨®lares (unas 100.000 pesetas) mensuales.

Miembros de la directiva de la ACPE est¨¢n convencidos de que la intenci¨®n de la Administraci¨®n espa?ola no es la de imposibilitar la acreditaci¨®n de aut¨¦nticos corresponsales, pero esas medias s¨ª tendr¨ªan ese efecto en algunos casos.

Estas reflexiones se las han hecho llegar a Ignacio Aguirre, en una reuni¨®n informal, donde la Secretar¨ªa de Estado les hizo saber su firme prop¨®sito de poner en vigor la susodicha ley.

La ACPE espera la presencia en Madrid de su presidente, Tito Drago, para convocar una asamblea que fije la postura definitiva. Por el momento, los corresponsales extranjeros est¨¢n divididos entre quienes se niegan a someterse a una ley que consideran ?regresiva para la pol¨ªtica informativa espa?ola? y los que reconocen a la Administraci¨®n el derecho a precisar las condiciones de acreditaci¨®n para regularizar algunas situaciones que se puedan dar. Lo que, sin embargo, estiman improcedente es el procedimiento y la determinaci¨®n de algunos requisitos exigidos.

Un portavoz de la Secretar¨ªa de Estado para la Informaci¨®n no ha ocultado el enfado producido por la reacci¨®n de la ACPE, al tiempo que declaraba: ?No se trata de pensar que bajo el t¨ªtulo de corresponsales nos meten a personas de la KGB o de la CIA, sino que hay aut¨¦nticos golfos, que ni escriben ni hacen periodismo?. Un portavoz de la ACPE manifestaba la esperanza de que la Administraci¨®n fuera flexible en el uso del decreto, pero no descartaba que se diera una confrontaci¨®n, con el consiguiente riesgo de expulsi¨®n de periodistas, si la Administraci¨®n decid¨ªa aplicar al pie de la letra el decreto fraguista.