Fern¨¢ndez Santos cuenta la g¨¦nesis de su novela "Cabrera"

?Mal debe andar la rep¨²blica de las letras cuando para presentar el nuevo libro de un escritor ya afianzado se acude a m¨ª, que no soy cr¨ªtico literario, sino mero acicate de los que s¨ª lo son?, dijo anoche Jos¨¦ Ortega Spottorno, presidente de PRISA, empresa editora de EL PAIS, en la presentaci¨®n de la novela Cabrera, de Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos, editada por Plaza & Jan¨¦s.

Para Ortega Spottorno, Cabrera no es s¨®lo una novela hist¨®rica, sino tambi¨¦n descriptiva de la sociedad y de las formas de vida de la ¨¦poca. Con el contrapunto de una correspondencia, el autor nos hace percibir muy claramente la tragedia del espa?ol afrancesado, desgarrada su alma entre el atractivo del aire nuevo y moderno que tra¨ªa Napole¨®n y la ineludible defensa de la patria?.El presentador de la obra rese?¨® la coincidencia entre P¨¦rez Gald¨®s y Fern¨¢ndez Santos en la batalla de Bail¨¦n, donde "el lace sufren los protagonistas de Cabrera, la cr¨®nica novelada del primer campo de concentraci¨®n de la historia. ?Gald¨®s y Fernandez Santos han coincidido en la batalla de Bail¨¦n donde "el ej¨¦rcito andaluz", nos dice el primero, "se form¨® de lo que exist¨ªa, entraron a componer aquel gran amasijo la flor y la escoria de la naci¨®n; nada qued¨® escondido porque aquella fermentaci¨®n lo sac¨® a la superficie y en uno de sus Episodios Nacionales nos cuenta Gald¨®s todos los pormenores del acontecimiento: los cuerpos del Ej¨¦rcito, las partidas, la estrategia y la t¨¢ctica y las incidencias de los combates?.

El presentador de Cabrera estima que ?Fern¨¢ndez Santos es m¨¢s sobrio, m¨¢s breve y ce?ido, y su relato recuerda el famoso relato de Stendhal de la batalla de Waterloo, en el que se oye pasar en la lejan¨ªa a Napole¨®n?. Uno de los m¨¦ritos del novelista, dijo Ortega Spottorno, ?es su buen castellano, su empe?o permanente en cuidarlo, en dar nuevo vigor a vocablos en desuso, de modo que la lectura de sus novelas, y en particular de esta de ahora, nos permite una saludable inmersi¨®n en nuestra lengua".

Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos explic¨® en su intervenci¨®n sobre el sentido de su libro que al escribirlo se plante¨® la elecci¨®n entre contarlo desde el lado franc¨¦s o desde el lado espa?ol. ?A la postre me decid¨ª por el segundo tratamiento por razones obvias. No se puede escribir sobre un pa¨ªs en un idioma que no es el suyo, sobre todo a la hora de hacer hablar a los personajes. Lo contrario vendr¨ªa a ser como el doblaje en el cine?, afirm¨® el escritor, que es tambi¨¦n cr¨ªtico y director de cine.

?Tampoco result¨® f¨¢cil?, explic¨® el novelista, ?elegir el tipo de narraci¨®n, pero siempre he cre¨ªdo, y sigo creyendo, que el fondo acaba imponiendo la forma. As¨ª es posible que haya resultado a la postre, una novela picaresca de hoy. Pues la aventura trashumante de los protagonistas no es otra cosa que un eterno deseo de abrirse a la vida, un af¨¢n de sobrevivir en un mundo hostil, entre el horror y el amor, los deseos de gloria ylas realidades que la guerra acarrea. Todo ello visto a trav¨¦s del cristal del humor y de la iron¨ªa, tal como suele suceder a¨²n en medio de las tragedias mayores?.

Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos ha procurado ser imparcial ?en lo que cabe, ver las dos caras de ambos bandos, usando de la libertad que la novela ofrece, sin subrayar alusiones al momento actual que resultar¨ªan demasiado evidentes. Las dictaduras o agresiones, y a¨²n m¨¢s las guerras civiles, corren por lo com¨²n senderos conocidos de todos. Lo que un ensayo hist¨®rico-pol¨ªtico debe explicar en un relato de ficci¨®n resultar¨ªa. El arte de narrar tiene poco que ver con la pedagog¨ªa. Yo s¨®lo procuro enriquecer en algo al lector inventando para ¨¦l aventuras ajenas que en este caso resultan?.