Un documento ¨²nico
Funci¨®n de nocheEs poco frecuente que un director olvide sus propios afanes de expresi¨®n personal para facilitar las necesidades de un tercero. Al menos de la forma en que Josefina Molina lo ha hecho en su pel¨ªcula Funci¨®n de noche, colocando las c¨¢maras s¨®lo al servicio de Lola Herrera, para que sea ella quien abiertamente explique sus problemas personales, sus afanes y fracasos. As¨ª, Josefina Molina ha reintegrado al cine una de sus m¨¢s ricas posibilidades: la de servir de testimonio mudo de la realidad.Dif¨ªcil es alcanzar ese grado de seguridad, de modestia, de imaginaci¨®n. Josefina Molina ha vuelto del rev¨¦s el concepto del cine de autor al situarse en un lugar donde no caben la vanidad ni el mensajismo. No obstante, la directora ha realizado en Funci¨®n de noche una de las m¨¢s personales y obvias pel¨ªculas de autor.
Direcci¨®n: Josefina Molina
Gui¨®n: Jos¨¦ S¨¢mano y Josefina Molina. Fotograf¨ªa: Teo Escamilla. Decorado: Rafael Palmero. Int¨¦rpretes: Lola Herrera y Daniel Dicenta. Espa?ola, 1981. Drama. Local de estreno: Pompeya.
El planteamiento es aparentemente sencillo. Ocultar ocho c¨¢maras en un decorado, de tal forma que los actores no perciban su existencia, y provocar con ello una situaci¨®n dram¨¢tica que no parte de gui¨®n previo ni quiere llegar a una meta fijada de antemano: los dos seres encerrados as¨ª en esas cuatro paredes no cuentan m¨¢s que consigo mismos. Tienen que recurrir a sus emociones, recuerdos y derrotas para crear la pel¨ªcula.
Son el matrimonio compuesto por Lola Herrera y Daniel Dicenta, separados hace a?os, actores los dos, padres de dos hijos, insatisfechos como cualquier otro ciudadano, v¨ªctimas de sus propios papeles. Se encuentran (?se enfrentan?) como quiz¨¢ no lo han hecho nunca hasta ahora: revisan su vida en com¨²n, ajustando lejanas y perdidas cuentas, pero construyendo a la vez uno de los m¨¢s turbadores actos de amor que haya dado el cine. Hermosos y mediocres, cobardes y fuertes, tiernos y crueles, los dos seres que sensiblemente desnudan las c¨¢maras de Josefina Molina nos obligan a orientar el objetivo hacia nosotros mismos. Deja pronto Funci¨®n de noche de ser un espect¨¢culo de voyeurs para alcanzar dimensiones m¨¢s complejas. La cantidad de posibles lecturas que la pel¨ªcula ofrece no se agotan en una sola visi¨®n. Quien quiera limitarse al cotilleo reducir¨¢ la pel¨ªcula a un amarillismo que no existe en ella.
Lo que para los protagonistas sirve de est¨ªmulo vital, de balance, de limpieza, a los dem¨¢s nos vale de encuentro no ya con pasiones ¨ªntimas, sino con la consideraci¨®n de la estructura social que permite lo que la pel¨ªcula muestra. Reflexi¨®n sobre la pareja, Funci¨®n de noche logra convertirse en un documento que el talento de Josefina Molina y la honestidad de los protagonistas no reducen a la coyuntura. Cierto es que s¨®lo en un momento de sus vidas, estos personajes han podido ser capaces de tama?a aventura. Lo que en ella late, sin embargo, perdura m¨¢s all¨¢ de sus biografias.
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