La clave del problema polaco
EL EXITO al 100% de la huelga general en Polonia deja constancia del arraigo popular del sindicato Solidaridad y de sus reivindicaciones econ¨®micas y pol¨ªticas. El tono conciliatorio del general Wojciech Jaruzelski, primer ministro y l¨ªder del partido comunista, en su intervenci¨®n ante el 52 pleno del Y Comit¨¦ Central del POUP, evidencia que el arreglo pac¨ªfico de la crisis pasa necesariamente por el di¨¢logo entre las dos ¨²nicas fuerzas nacionales con estructura y respaldo: Solidaridad y el Ej¨¦rcito.Jaruzelski solicita hoy orden y di¨¢logo nacionales, aun a sabiendas de que la negociaci¨®n con Solidaridad implica ya una serie de concesiones pol¨ªticas en momentos en que la propia organizaci¨®n de Lech Walesa se debate entre no menos de seis corrientes, entre las cuales tres est¨¢n organizando las bases de futuros partidos pol¨ªticos: Partido de los Trabajadores Polacos (autogestionario), Independencia y Democracia (socialcristiano) y la Joven Polonia (nacionalista democristiano, afin a Walesa), sin contar el arraigo del grupo, Confederaci¨®n de Polonia Independiente, tiene en sectores universitarios.
Ante el momento crucial de la crisis polaca, Jaruzelski opta por ampliar las bases de cooperaci¨®n nacional y algunos de los hombres de marcado cariz pol¨ªtico dentro de Solidaridad podr¨ªan integrarse en breve en la gesti¨®n gubernamental, como los socialcristianos, Mazowiecki, Gemerek y Cywinski, los dos primeros encabezan el grupo de asesores del sindicato y mantienen estrechos contactos con la jerarqu¨ªa cat¨®lica, que parece recuperar en las ¨²ltimas semanas el papel que ven¨ªa perdiendo. Por la evidente falta de entendimiento entre Solidaridad y un partido comunista enfrentado a s¨ª mismo y dispuesto a llegar al enfrentamiento al sentirse arrinconado socialmente, el Ej¨¦rcito, a trav¨¦s de Jaruzelski, se impone como la fuerza aglutinadora , con el afecto, tradicional que le profesa la naci¨®n y garante frente a Mosc¨² de mantener la corriente de reivindicaciones sociales dentro de cauces manejables.
Jaruzelski fue nombrado, al parecer, sucesor de Stanislaw Kania mediante una fuerte "presi¨®n subterr¨¢nea" de los 19 militares que ocupan plaza en el Comit¨¦ Central del POUP y del prepotente ministro del Interior, el general Czeslaw Kiszczyk. Fue el primer paso hac¨ªa el predominio de las Fuerzas Armadas sobre el partido comunista que tuvo una inmediata plasmaci¨®n con la entrada en funcionamiento de los 2.000 "grupos operacionales", que resulta de hecho una desautorizaci¨®n de las autoridades comunistas regionales y cuya formaci¨®n, mediante j¨®venes soldados que participaron el a?o pasado en la formaci¨®n de Solidaridad, vuelve a poner de relieve la negativa del Ej¨¦rcito al enfrentamiento.
Frente a las continuas disquisiciones ideol¨®gicas entre "liberales" y "duros" en el seno del POUP, Walesa puede llegar a buen entendimiento con Jaruzelski en el futuro. El militar ha dejado constancia de ser partidario de una l¨ªnea pol¨ªtica recta y se parte de la base de un casi desconocido acuerdo de gran importancia, logrado la primavera pasada, mediante el cual Solidaridad se absten¨ªa de formar comit¨¦s de adhesi¨®n en los cuarteles y el Ej¨¦rcito garantizaba que la l¨ªnea de entendimiento no ser¨ªa dominada por la de la represi¨®n.
Pero con un partido comunista de d¨ªa en d¨ªa m¨¢s aislado de la poblaci¨®n y sometido a una interminable discusi¨®n interna que le desintegra por momentos, Jaruzelski es, adem¨¢s, la ¨²ltima oportunidad de salvar una idea comunista en Polonia y su plasmaci¨®n en un partido medianamente cohesionado.
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