Cuidado, UCD cuidado
UCD est¨¢ en crisis profunda de identidad. Es l¨®gico e incluso tiene su propia racionalidad. UCD se crea con una parte del pasado que se atreve a modernizarse porque quiere ser futuro: Adolfo Su¨¢rez es el modelo. Pero cada d¨ªa que pasa se constata m¨¢s que aquello llevaba indefectiblemente en su seno la semilla de su propia inmolaci¨®n. Y UCD, l¨®gicamente, se nos va. Digo l¨®gicamente porque los que desde altos despachos construyeron o planificaron la operaci¨®n Gato pardo/Su¨¢rez dudaban desde 1977 que las cosas pudieran ser permanentes. Ahora, al llegar las horas finales, hay quien habla de volver a las fuentes de UCD. A m¨ª me cuesta entender qu¨¦ quiere decir eso: UCD no puede volver a sus fuentes, ya que los manantiales ucedeos est¨¢n en la chapuza patri¨®tica de la transici¨®n, y eso ya no son manan tiales para una pol¨ªtica que aspira a la normalidad.Entonces, ?qu¨¦ debate subyace en la crisis de UCD? Lo que est¨¢ en cuesti¨®n es cu¨¢l debe ser la formulaci¨®n pol¨ªtica de la derecha espa?ola. Med¨ªtese lo serio del tema, porque el abanico de posibilidades va desde el golpismo m¨¢s o rrienos, descarado hasta el centro izquierda ensayado por la Europa fr¨ªa. A cala, y a prueba, la derecha econ¨®mica puede elegir. Y lo sabe. ?Qu¨¦ tremendo ver a un Ferrer Salat dudando, cuando hace no muchos a?os decidida y, generosamente no ten¨ªa ni un celaje en su pensamiento democr¨¢tico! ?Qu¨¦ desierlo de tentaciones doradas debe estar cruzando la CEOE cuando sin ¨¦mbargo sabe en racionalidad de balance econ¨®mico que ni la vuelta a las rejas ni el amordazar voces va a mejorar las cuentas de rtsultadosde sus asociados. Espa?a otra vez -?desde cu¨¢ndo?- mira asombrada a la derecha para ver si puede confirmar su libertad.
La izquierda
La izquierda ha pactado, ha llevado la prudencia y el realismo hasta los l¨ªmites de la n¨¢useaporque sabe que la alternativa puede ser dejar viudas y hu¨¦rfanos. (La historia es m¨¢s demag¨®gica que yo.) Ha hecho todo para ver si lograba -?qui¨¦n lo dir¨ªa!- que hubiera una. derecha inteligente y amante de la libertad. Pero ahora, al ver c¨®mo se desmonta UCD, le asaltan los temores y las dudas. No hay contradicci¨®n en el razonamiento: UCD -la que hizo la transici¨®n- est¨¢ sin sangre social en las venas.
El pro.blema es c¨®mo se hace desaparecer aquella UCD. La torpeza de los dirigentes de UCD es creer que el partido que se cre¨® para cruzar el r¨ªo que separaba el franquismo de la democracia tiene capacidad de atraer a los que ya se sienten en esta orilla del r¨ªo. Ahora las gentes -?muchas gracias, se?or barquero?- piden saber qu¨¦ se les ofrece para construir la convivencia y a qui¨¦n representa cada uno.
Hay dirigentes ucedeos.que siguen con la emoci¨®n del cruce del r¨ªo y siguen queriendo ser ellos los que remen en la barca... que ya est¨¢ en seco: Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n ser¨ªa un ejemplo. Otros se han dado cuenta del cambio y se aprestan a crear la UCD minoritaria que busca la representaci¨®n de una ciudadan¨ªa que podr¨ªa ser de un gen¨¦rico y misterioso centro Adolfo Su¨¢rez es el tipo. M¨¢s all¨¢ est¨¢n los que han decidido que el centro no existe y que hay que con figurar una derecha seria que re presente unos intereses claros pero democr¨¢ticos: Oscar Alzaga podr¨ªa ser el modelo. (Por cierto, se?or Alzaga, usted que tiene mano, ?por qu¨¦ no le dice al diario Ya que no cruce la l¨ªnea negra a la que se est¨¢ acercando peligrosamente, con temor por parte de todos los dem¨®cratas?) Est¨¢n tambi¨¦n los que creen que la derecha en Espa?a debe jugar al corro de la patata con el franquismo: Ricardo de la Cierva ser¨ªa un personaje tentativo. Y por ¨²ltimo se encuentran los radicales socializantes siempre inc¨®modos, pero con capacidad de producir ecos en los valles desha bitados: Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez es el escaparate. Perd¨®n, se me olvidaba un grupo, el de los que estiman que UCD (la de siempre) tiene otra misi¨®n hist¨®rica: cruzar el riachuelo revuelto de los juicios militares del 23-F para desaparecer despu¨¦s: , su hombre s¨ªmbolo es Leopoldo Calvo Sotelo. Ya s¨¦ que hay luego personajillos pequenos y ego¨ªstas cuya visi¨®n de Espa?a termina en una hoja parcial delmapade carreteras, pero esos no interesan: el ejemplo ser¨ªa Modesto Fraile. Silencio porque todos tenemos alguna desgracia gen¨¦tica en la familia.
Modelos existentes
?Qu¨¦ se puede hacer con todo esto que fue y ya no es? Yo no puedo ni debo dar consejos concretos, porque eso es problema de la libertad de ellos; pero s¨ª puedo analizar y suponer. ?Qu¨¦ alternativas se ofrecen? Ni una palabra sobre la gran alternativa externa que representa el PSOE porque esto no es una meditaci¨®n a favor de nadie. Repasemos lo que se ofrece sin inventar nada que no est¨¦ ah¨ª. Primera posibilidad, Francia; segunda, Grecia. En la primera, un Chirac-Fraga y un Giscard-Calvo Sotelo. En Grecia, una UCD que cede todo su electorado a una derecha aliancista. ?Hacia cu¨¢l quiere ir UCD? No lo s¨¦, pero s¨ª me importa. Vienen meses dif¨ªciles para la libertad de todos. UCD tiene obligaci¨®n de ¨¢clararse pronto. Hemos vivido con UCD la negra noche del 23-F. No voy a recordar los detalles ni los or¨ªgenes, pero quiero terminar estas l¨ªneas despertando una memoria triste que parece que se est¨¢ difuminando de las mentes. Yo -se lo recuerdo- vi c¨®mo se nos iba con un grito y un disparo toda la libertad que hab¨ªamos acumulado, grano a grano, durante a?os. Ni una palabra m¨¢s. Es su turno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.