Cr¨ªticas marroqu¨ªes al Gobierno espa?ol por solicitar el ingreso en la OTAN
La Prensa marroqu¨ª criticaba ayer, una vez m¨¢s, la decisi¨®n del Gobierno espa?ol de solicitar el ingreso de Espa?a en la OTAN y, despu¨¦s de reclamar Ceuta y Melilla, se quejaba de la escasa reacci¨®n del Gobierno marroqu¨ª ante esos acontecimientos en Madrid.Dos peri¨®dicos, el comunista 41 Bavame y el istiqlal¨ª L'Opinion, publicaban ayer sendos editoriales titulados ?Rechacemos el hecho consumado atlantista y colonialista? y ?Ceuta y Melilla, un contencioso colonial por liquidar, respectivamente. Estos dos editoriales forman parte de una importante campa?a de Prensa iniciada en Marruecos desde que el Gobierno espa?ol hiciera saber su intenci¨®n de solicitar al Parlamento autorizaci¨®n para presentar una demanda de adhesi¨®n al Pacto Atl¨¢ntico.
Hay que reconocer, sin embargo, que esta movilizaci¨®n de la oposici¨®n marroqu¨ª, e incluso del Istiqlal, por lograr una doctrina reivindicativa de urgencia con respecto a Ceuta y Melilla y propiciar un di¨¢logo interno en torno a la supuesta amenaza que representar¨ªa para Marruecos una Espa?a atlantista no se ha extendido a¨²n p¨²blicamente a los medios oficiales del Estado y pr¨®ximos al Gobierno marroqu¨ª.
Esta moderaci¨®n de los estamentos dirigentes marroqu¨ªes parece deberse a varias razones. La primera de ellas, a que se ha extendido la opini¨®n entre ellos de que las recientes y perentorias reafirmaciones de la espa?olidad de Ceuta y Melilla por miembros del Gobierno espa?ol, entre ellos su presidente, Leopoldo Calvo Sotelo, est¨¢n motivadas m¨¢s bien por razones partidistas, electorales, e incluso van dirigidas fundamentalmente a la opini¨®n interior.
A ese equ¨ªvoco han contribuido, indudablemente, los propios organismos del Estado espa?ol, despachando a Rabat nada menos que a un subsecretario de Estado, Joaqu¨ªn Ortega, para hacer valer ante las autoridades marroqu¨ªes el hecho de que el proyecto de ingreso en la OTAN no mencionase expresamente a las ciudades de Ceuta y Melilla. Esta especie de doctrina sentada por Ortega ha sido posteriormente repetida y enfatizada por funcionarios espa?oles en sus conversaciones con marroqu¨ªes, al punto de hacer pensar a estos ¨²ltimos que por lo menos existe una cierta ambig¨¹edad en el seno del Gobierno en torno al asunto.
La otra raz¨®n que puede motivar este relativo silencio oficial es que, al fin y al cabo y en contra de la opini¨®n de su oposici¨®n, el Gobierno marroqu¨ª, que ha sostenido desde el inicio de la guerra del Sahara que existe un proyecto de car¨¢cter hegem¨®nico e imperialista-comunista en la regi¨®n del Magreb, no ve en verdad con malos ojos la integraci¨®n de Espa?a en la OTAN.
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