Una larga y dif¨ªcil negociaci¨®n entre los partidos vencedores en las elecciones belgas preceder¨¢ a la formaci¨®n de Gobierno
La democracia cristiana belga sufri¨® el pasado domingo la derrota electoral m¨¢s grave de su historia y no a manos de la izquierda, que se ha limitado a conservar sus resultados anteriores, sino de los liberales y del Partido Nacionalista de Flandes (Volkunie). Los dos partidos democristianos (flamenco y val¨®n) han perdido entre los dos veinti¨²n esca?os en la C¨¢mara de los Diputados y cerca de medio mill¨®n de votantes. Las elecciones belgas han deparado otras sorpresas: contra todo lo previsto, el voto en blanco o nulo (la Constituci¨®n obliga a votar) ha sido menor, incluso, que en 1978. Adem¨¢s, B¨¦lgica ser¨¢ el primer pa¨ªs europeo en el que los ecologistas consiguen esca?os en el Parlamento nacional: cuatro.
, Los resultados de las elecciones del pasado domingo permiten predecir una larga y penosa negociaci¨®n entre los partidos antes de que logren ponerse de acuerdo para formar una coalici¨®n gubernamental. En las elecciones de 1978 fueron necesarios m¨¢s de tres meses, con un resultado electoral m¨¢s claro que el de el domingo.La derrota, aplastante, de la democracia cristiana, que lleva ininterrumpidamente veintitr¨¦s a?os en el poder (siempre en coalici¨®n con otras fuerzas, pero como "factor dominante") permitir¨¢ que, por primera vez despu¨¦s de la segunda guerra mundial, la DC no sea la primera corriente pol¨ªtica en la C¨¢mara de los Diputados. Contando los dos partidos, han obtenido 61 esca?os sobre 212, exactamente igual que los dos partidos socialistas, que han logrado a?adir tres esca?os a los 58 que pose¨ªan en la legislatura anterior. La tercera fuerza pol¨ªtica ser¨¢n los liberales, con 52 esca?os, quince m¨¢s que en 1978. Un resultado espectacular, tanto en Flandes como en la Valonia. La cuarta fuerza pol¨ªtica en el Congreso ser¨¢ la Volkunie (VU), con veinte diputados, seis m¨¢s que antes. La VU es un partido nacionalista muy radical, en el que se encuentran tanto extremistas de izquierda como de derecha.
Los democristianos franc¨®fonos fueron los primeros en aceptar su derrota, con un extraordinario "juego limpio". Su presidente reconoci¨® paladinamente a media tarde del domingo que la culpa de su fracaso electoral no hab¨ªa que buscarla fuera de su partido: somos dem¨®cratas y cuando nuestros electores nos retiran su confianza quiere decirse, simplemente, que lo hemos hecho mal, afirm¨®. M¨¢s a¨²n, reconoci¨® que la gesti¨®n gubernamental en el ¨²ltimo a?o (los democristianos eran la "fuerza dominante") fue desastrosa.
El fracaso de los DC de Valonia es, sin embargo, menos apabullante que el de sus compa?eros de Flandes. El CVP, primer partido del pa¨ªs, ha perdido nada menos que catorce esca?os sobre los 57 que pose¨ªa.
El principal problema que se plantea ahora es c¨®mo formar Gobierno. Una coalici¨®n entre socialistas (las dos ramas) y liberales (franc¨®fonos y flamencos) parece imposible, porque los liberales belgas son extremadamente conservadores, derecha pura en un plano econ¨®mico, y el entendimiento en un programa com¨²n parece imposible.
Vencedores morales
Los democristianos, que seg¨²n algunos observadores podr¨ªan tener la tentaci¨®n de pasar a la oposici¨®n, podr¨ªan formar Gobierno con los socialistas, pero lo liberales afirman que son los vencedores morales de estas elecciones y que no tienen la menor intenci¨®n de quedar fuera del gabinete. La coalici¨®n tripartita (de seis partidos, mejor dicho, ya que en todos los casos existen formaciones distintas para Flandes y para la Valonia) resultar¨ªa muy dif¨ªcil si, como parece, los liberales no quieren ceder un ¨¢pice en su programa econ¨®mico. En definitiva, un "encaje de bolillos" que tendr¨¢n que realizar en los pr¨®ximos d¨ªas -o meses- los presidentes de los principales partidos. El ¨²nico que casi ha desaparecido de la escena es el Frente Democr¨¢tico Franc¨®fono-Uni¨®n Valona, que, dirigido por la se?ora Antonieta Spaak, defiende los intereses franc¨®fonos en Bruselas, la capital del Estado, biling¨¹e, y que ha sufrido un aut¨¦ntico desastre: de quince esca?os ha pasado s¨®lo a ocho.
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