Solidez
El precio es una obra de Arthur Miller fechada en 1968, pero incluida en el ciclo de teatro que su autor comenz¨® muchos a?os antes con Todos eran mis hijos o La muerte de un viajante: la introducci¨®n del drama, incluso de la tragedia, en el n¨²cleo de la vida cotidiana, la angustia por el ¨¦xito o el fracaso en la vida, las relaciones dentro de la familia, las ra¨ªces profundas de cada uno; el sacrificio, sus recompensas, sus desencantos...Un retrato del hombre de mediados de siglo, circunscrito, aparentemente, dentro de una an¨¦cdota: la famosa lucha por la vida en la sociedad concurrente de Estados Unidos; la carga afectiva, hist¨®rica, de las familias jud¨ªas... Va m¨¢s all¨¢ de esas l¨ªneas trazadas. Llega hasta hoy y viene -como la tragedia- de antes. En El precio, el problema surge entre dos hermanos ante los restos de lo que fue el hogar de su infancia, y participa en el tr¨ªo la mujer de uno de ellos. El contrapunto lo da un tasador que llega a comprar los restos de ese naufragio de una familia: un tasador repleto de humor jud¨ªo, es decir, de observaciones c¨¢usticas, del sentido del dinero, del riesgo de introducir ese factor material -dinero, ¨¦xito- en el fondo sentimental y afectivo.
El precio, de Arthur Miller, versi¨®n de Narciso Ib¨¢?ez Menta
Int¨¦rpretes: Oscar Ferrigno, Fabiana Gabel, Fernando Vegal, Enrique Silva. Direcci¨®n de Oscar Ferrigno. Todos ellos de la compa?¨ªa Teatro de los Buenos Ayres. Estreno: teatro Benavente, 25 de noviembre de 1981.
Era una ¨¦poca de teatro de autor -Miller es a¨²n uno de los ¨²ltimos grandes monstruos sagrados-, y la obra est¨¢ construida con solidez y teatralidad: escenas bien preparadas, situaciones de estallido, contrapuntos... Un di¨¢logo econ¨®mico, donde cada palabra est¨¢ por algo y para algo... La acci¨®n se dispara, como una flecha, desde el principio al final.
La obra fue estrenada hace a?os en Espa?a. La trae ahora otra vez la compa?¨ªa del Teatro de los Buenos Ayres, dirigida por Oscar Ferrigno -tambi¨¦n primer actor-, y de la representaci¨®n podr¨ªa decirse lo mismo que de la obra: es s¨®lida, estudiada, bien ensayada; de la ¨¦poca del teatro de artesan¨ªa. La compa?¨ªa y el texto se inclinan al melodrama: lo plantean con todo su vigor, y no ahorran nada para transmitir ese esfuerzo al espectador. Llevan a?os represent¨¢ndola y la conducen como un mecanismo de relojer¨ªa: con fuerza y precisi¨®n. Se ve ahora en pocas ocasiones este tipo de teatro a la manera antigua: nuestros visitantes argentinos dan una excelente ocasi¨®n para conocerlo, la cual permite ver d¨®nde est¨¢n las ra¨ªces del teatro actual y tratar de investigar d¨®nde se halla el eslab¨®n perdido del teatro en su evoluci¨®n.
El p¨²blico se conmovi¨® con la representaci¨®n y ovacion¨® a los cuatro actores. Es innecesario resaltar uno sobre otro: es una misma escuela, una misma manera de hacer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.