Nuevo ciclo cultural destinado a los presos j¨®venes de Carabanchel
Luis Larroque, vicepresidente primero de la Diputaci¨®n Provincial, recogi¨® un fuerte aplauso, tal vez te?ido de una dosis de jocosidad cuando anunci¨® a m¨¢s de trescientas personas, todas ellas presos del Centro de Prevenci¨®n de J¨®venes de Carabanchel, que la Diputaci¨®n hab¨ªa aprobado un programa de actividades culturales para ellos. El primer acto se celebr¨® precisamente ayer, con las actuaciones de Miguel R¨ªos y Topo, y continuar¨¢ en las pr¨®ximas semanas con m¨¢s espect¨¢culos musicales, charlas, conferencias y teatro, entre otras. EL PAIS pudo detectar, por una parte, que todos los protagonistas de la iniciativa est¨¢n esperanzados en que salga bien y, por otra, que existen a¨²n muchas reticencias, acumuladas por unos y otros, que la ponen en peligro.
Todo comenz¨® hace aproximadamente tres semanas, cuando los profesores del Centro de Prevenci¨®n se entrevistaron con Jos¨¦ Antonio Mu?oz, director de los servicios culturales de la Diputaci¨®n, y le pidieron ayuda para desarrollar una idea que les parec¨ªa interesante y necesaria. El objetivo era muy claro y tambi¨¦n muy complejo de realizar, seg¨²n declar¨® ayer a este peri¨®dico Jos¨¦ Ferrero, uno de los profesores: "Se trata de llenar la enorme cantidad de tiempo libre que los muchachos tienen en la c¨¢rcel, procurando elevar su nivel cultural Y, al mismo tiempo, poni¨¦ndolos en relaci¨®n con las preocupaciones y las cosas que hace com¨²nmente la gente de la calle". Previamente, los profesores ten¨ªan el visto bueno del director del centro y de la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias, que ya hab¨ªa realizado las obras para transformar la sala de cine en teatro.Los miembros de los servicios culturales de la Diputaci¨®n celebraron varias entrevistas con los presos, y pudieron convencerse de que, si no todos, un n¨²mero importante de ellos acoger¨ªa bien la iniciativa. Para no pecar de paternalismo (aunque es inevitable cuando se trata con personas cuya principal caracter¨ªstica, en el fondo, es que est¨¢n privada de libertad), se pidi¨® que realizaran una encuesta entre los preso para conocer sus gustos.
Los resultados fueron sorprendentes en parte. En cuanto al tema musical, el rock y el flamenco-pop, por este orden, cosecharon el mayor n¨²mero de votos, y los conjuntos m¨¢s solicitados fueron precisamente los que actuaron ayer. En el cap¨ªtulo de conferencias, casi todos los presos demostraron conocer, y se supone que apreciar, la figura de Joaqu¨ªn Ruiz Gim¨¦nez, quien ya ha confirmado que el pr¨®ximo jueves pronunciar¨¢ una conferencia en la c¨¢rcel sobre una cuesti¨®n que les interesa y ata?e profundamente, los derechos humanos. Los temas m¨¢s solicitados para futuras charlas fueron los referidos a la droga, violencia, sexo, rearme nuclear, OTAN, reforma del C¨®digo Civil, etc¨¦tera, por citar unos cuantos. Adem¨¢s, la Diputaci¨®n ya tiene prevista la actuaci¨®n de grupos teatrales de toda ¨ªndole, con un cierto predominio de las obras relajadas y divertidas.
Jos¨¦ Ferrero, el maestro, cuenta c¨®mo ¨¦l y sus compa?eros, a su llegada a la c¨¢rcel, hace unos tres a?os, se preocuparon por crear una biblioteca, despu¨¦s por organizar cursos de alfabetizaci¨®n y de estudios superiores. Actualmente, cuatro de los reclusos est¨¢n matriculados en la Universidad a Distancia, seis en bachillerato y veinte en EGB. El paso siguiente ha sido la programaci¨®n de estas actividades, y, si todo sale bien, se continuar¨¢ con otras similares en el aspecto deportivo. Tampoco est¨¢ descartada la organizaci¨®n de iniciativa en las que los propios presos sean los protagonistas, desde clases de guitarra hasta cursillos de expresi¨®n corporal, procurando adem¨¢s conectarles con grupos dedicados a lo mismo para que, cuando sean puestos en libertad, puedan optar por una continuidad que les facilite esa reinserci¨®n social de la que todo el mundo habla.
Una cierta dosis de desconfianza en los resultados es visible, tanto por parte de los funcionarios como de los presos. Los roces y enfrentamientos entre ambos grupos han sido demasiado frecuentes como para que se puedan ver las cosas desde un punto de vista inocente, pero, como dec¨ªa Luis Larroque, "de alguna forma hay que empezar".
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