Los obispos sugieren la revisi¨®n del orden econ¨®mico y una planificaci¨®n global para combatir el paro
?Revisi¨®n a fondo del orden econ¨®mico en su conjunto, planificaci¨®n global para una coordinaci¨®n justa y racional que aproveche la disponibilidad total de trabajos diferenciados y que se corresponda con una mejor distribuci¨®n de las rentas? son las sugerencias concretas sacadas de la enc¨ªclica Laboren Exercens, que formula el documento sobre el paro publicado ayer por la 35? Conferencia Episcopal.
La magnitud del paro, que ya ronda los dos millones, explica que el problema preocupe a todos: al Gobierno, a los partidos, a trabajadores y empresarios -?que a trav¨¦s de sus organizaciones han llegado en este punto a importantes acuerdos?, dice el texto- Tambi¨¦n a los obispos. Faltaba por saber c¨®mo hablar y a qui¨¦n dirigirse. Las reacciones a las ¨²ltimas declaraciones episcopales, ya sea sobre el divorcio, la ense?anza o el Pa¨ªs Vasco, aclaran la reflexi¨®n de D¨ªaz Merchan, en su discurso inaugural, que consideraba como una tarea futura la definici¨®n de ?la misi¨®n de la Iglesia en nuestra sociedad?. El paro era una piedra de toque. Por lo que se refiere al c¨®mo, estaba claro para los obispos que lo suyo no es dar soluciones t¨¦cnicas, sino mantenerse en el g¨¦nero de la exhortaci¨®n pastoral. Pero a qui¨¦n dirigirse. ?Ese problema nos lo planteamos continuamente?, dec¨ªa el obispo de C¨®rdoba, quien a?ad¨ªa: ?Las terminales se nos han estropeado, puesto que los p¨¢rrocos no secundan estas declaraciones como antes?. Expl¨ªcitamente, este tipo de documentos se dirige a los cat¨®licos y ciudadanos que quieran escucharles; pero de hecho es un di¨¢logo con todas las instituciones sociales.?Espa?a no puede permitirse por mucho tiempo un despilfarro como el que suponen tantos hombres y mujeres inactivos?. El deterioro social, sobre todo entre los j¨®venes, es evidente y amenazante: frustraci¨®n, droga, crisis familiares...
Entre las causas mencionadas figuran la crisis energ¨¦tica, la renovaci¨®n tecnol¨®gica, la automatizaci¨®n y la manipulaci¨®n de las personas por los medios de comunicaci¨®n, con vistas a crear nuevas necesidades de consumo?.
El trabajo es un derecho
Los obispos espa?oles quieren insuflar optimismo y ofrecen una serie de reflexiones y sugerencias en la l¨ªnea de la doctrina social: lo econ¨®mico no es el supremo valor; los legisladores tienen que tomar medidas estructurales; los empresarios deben mantener el ritmo de sus empresas y los trabajadores rendir al m¨¢ximo. El ciudadano, en todo caso, debe mentalizarse de que la solidaridad pasa por el ahorro y la austeridad en el af¨¢n de lucro. El trabajo es un derecho fundamental que la sociedad debe procurar. No se trata de dar trabajo a cualquier precio -y hay una velada cr¨ªtica al empleo comunitario-, aunque s¨ª hay que extender el subsidio de desempleo. Hace exactamente tres a?os, la comisi¨®n de Pastoral Social public¨® un comunicado sobre el paro, donde a las consideraciones anteriores a?ad¨ªa las cr¨ªticas al pluriempleo, a las horas extras, al cierre injustificado de empresas, a la fuga de capitales, etc¨¦tera.
La Iglesia no quiere entrar en el terreno de las soluciones, s¨®lo se permite unas sugerencias, arropadas por la autoridad de la ¨²ltima enc¨ªclica de Juan Pablo II: necesidad de una planificaci¨®n -nacional e internacional- de la econom¨ªa que salvaguarde, ?el car¨¢cter subjetivo del trabajo humano y respete la iniciativa de las personas y de los grupos libres?.
Esta declaraci¨®n sobre el paro, mejor acogida por los obispos liberales que por los conservadores, as¨ª como el resto de los trabajos de esta 35? Conferencia Episcopal, han evitado toda referencia directa a la situaci¨®n pol¨ªtica. De la paz no se hablaba para no interferir en el asunto de la OTAN; tambi¨¦n se especul¨® en ambientes pol¨ªticos en tomo a la posibilidad de una declaraci¨®n sobre la situaci¨®n general que reiterara el apoyo de la Iglesia a la democracia. Los obispos respond¨ªan remitiendo al documento del 15 de mayo de 1981 -cuyo escaso eco en la opini¨®n p¨²blica lamentaban- en el que quedaba bien patente su defensa de la Constituci¨®n y la preocupaci¨®n por las consecuencias golpistas del terrorismo.
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