Aparecen las primeras fisuras en el Gobierno franc¨¦s sobre el ritmo de las reformas econ¨®micas
Las primeras fisuras serias, y p¨²blicas, aparecen en el Gobierno mitterrandista presidido por el primer ministro, Pierre Mauroy. El ministro de Econom¨ªa, Jacques Delors, considerado como un socialdem¨®crata discreto hasta la fecha, manifiesta p¨²blicamente su desacuerdo con los m¨¦todos de trabajo del Gobierno, con la incompetencia de algunos sectores de la Administraci¨®n y con la naturaleza o el ritmo de las reformas que pone en pr¨¢ctica el nuevo poder desde el pasado d¨ªa 10 de mayo.Todo empez¨® anteayer con una declaraci¨®n de Jacques Delors: "Deseo una pausa en el anuncio de las reformas". El primer ministro, Pierre Mauroy, respondi¨® inmediatamente: "Conduciremos las reformas de manera permanente y continua".
Estas dos frases centran el pro blema de fondo de la gesti¨®n mitterrandista desde que, hace seis meses, accedi¨® al poder. De un lado se encuentran los que lo quieren todo y de la manera m¨¢s r¨¢pida posible, "los que tienen la costumbre de hablar y teorizar a tres kil¨®metros de distancia de las realidades inmediata", seg¨²n formula Delors.
Del otro lado, el ministro de Econom¨ªa y algunos m¨¢s, como el del Plan, Michel Rocard, que consideraron inoportuno el impuesto sobre la fortuna tal como se plante¨® en un principio y que eran contrarios a la nacionalizaci¨®n de la banca y del cr¨¦dito. Y, de una manera m¨¢s general, que por su conocimiento de las realidades econ¨®micas del pa¨ªs creen m¨¢s en las virtudes transformadoras del pragmatismo en pol¨ªtica que en las algaradas ilusionistas del desahogo ideol¨®gico.
Divergencias p¨²blicas
Todas las divergencias, hasta la fecha, se rumoreaban, pero no hab¨ªan superado el trasfondo del mundo pol¨ªtico. Desde ahora son p¨²blicas, lo que indicar¨ªa que se han radicalizado. Delors ha pedido p¨²blicamente una "pausa" reformista, y Mauroy, apoyado por la joven hornada de diputados socialistas y por los comunistas, ha respondido anunciando que desde primeros del a?o pr¨®ximo se llevar¨¢n a la pr¨¢ctica tanto la gran reforma fiscal, como la que afecta al "derecho de los trabajadores en la empresa" y la de la Seguridad Social.Todo esto, a juicio de Delors y de otros miembros pragm¨¢ticos del Gobierno, no puede m¨¢s que enconar el ¨²nico problema grave con el que se enfrenta, seis meses despu¨¦s de su llegada al poder, el mitterrandismo. Ni la grande, ni la mediana, ni la peque?a empresa "juegan el juego" del Gobierno socialista franc¨¦s, porque estiman que las reformas en curso y las que van a venir transformar¨¢n de manera irreversible la sociedad y, en consecuencia, la econom¨ªa de mercado.
"Guerra civil" en el Gobierno
"La responsabilidad del Gobierno socialista consiste en crear un clima m¨¢s estimulante para las empresas", concluy¨® ayer Delors para resumir, en definitiva, la sustancia de "la guerra civil" que ha estallado en el seno del Gobierno. Dentro de unos d¨ªas, el presidente Fran?ois Mitterrand se dirigir¨¢ al pa¨ªs a trav¨¦s de la televisi¨®n y se espera que encuentre una soluci¨®n salom¨®nica.Conviene anotar que si Delors, que en alg¨²n momento ya hab¨ªa amenazado con su dimisi¨®n, se ha decidido ahora a levantar la voz, no es por una nimiedad, sino que tiene sus poderosas razones.
El ministro de Econom¨ªa, en efecto, a lo largo de los seis meses de gesti¨®n socialista no se ha ganado la confianza de los extremistas del partido socialista, ni la de los comunistas, ni tampoco la de los sindicatos revolucionarios, pero es el hombre que le garantiza una imagen competente y responsable al mitterrandismo en el extranjero y ante la patronal francesa.
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