Entierro del pintor vallisoletano Eduardo Garc¨ªa Benito
Los restos mortales del pintor e ilustrador vallisoletano Eduardo Garc¨ªa Benito, fallecido en el Hospital Cl¨ªnico de la capital castellana el pasado martes, recibieron sepultura ayer en el cementerio municipal de Valladolid.Al sepelio acudi¨® uno de sus hijos, Jean-Paul, que vive en Par¨ªs, mientras que sus dos hijas, Isabel y Carmen, no pudieron desplazarse desde Washington, su lugar habitual de residencia. Ambas hac¨ªa diez d¨ªas que le hab¨ªan visitado e intentaron, una vez m¨¢s, llevarse con ellas a su padre. Pero Garc¨ªa Benito les repiti¨® lo que ya le hab¨ªan o¨ªdo decir miles de veces: ?Quiero morir entre mis paisanos? y ??Qu¨¦ voy a hacer yo en Washington, si lo que me gusta es comer cocido y jugar al domin¨® con mis amigos??.
Poco despu¨¦s de la partida de sus hijas, el artista vallisoletano enferm¨® gravemente en su piso del barrio Cuatro de Marzo, donde le atend¨ªa desinteresadamente un matrimonio de trabajadores: Vicente Moreda y Carmen Llanos. Su gran amigo Miguel Delibes y el doctor Olegario Ortiz decidieron el pasado domingo, a la vista de su estado, el traslado al citado centro sanitario, donde le sobrevino el ¨®bito, por infecci¨®n hep¨¢tica, en la madrugada del martes (v¨¦ase la segunda edici¨®n de EL PAIS de ayer).
En el entierro, celebrado casi en la intimidad, se dieron cita personalidades de la vida cultural vallisoletana, todas ellas amigas del pintor: Miguel Delibes, Francisco Javier Mart¨ªn Abril, Elena Santiago, Francisco Alvaro, Corral Casta?edo, Carlos Barrasa, etc¨¦tera.
Asistieron tambi¨¦n la diputada centrista Mar¨ªa Teresa Revilla, el presidente de la Diputaci¨®n y el alcalde en funciones.
Cultura e independencia
Eduardo Garc¨ªa Benito hab¨ªa nacido en Valladolid, en el mismo barrio que Vicente Escudero, el 18 de marzo de 1891. Iba, por tanto, a cumplir 91 a?os. En la d¨¦cada de los veinte particip¨® en todos los movimientos pict¨®ricos que nacieron o se desarrollaron en la vida art¨ªstica de Par¨ªs. En la capital francesa, tanto en esta ¨¦poca como en los a?os cuarenta, cultiv¨® la amistad de hombres como Manet, Gauguin, Modigliani o Picasso, y logr¨® gran fama y prestigio. Una parte de esto se debi¨® tambi¨¦n a su paso, en la d¨¦cada de los treinta, por Estados Unidos, donde realiz¨® numerosas exposiciones y fue el ilustrador y autor de casi todas las portadas de la revista Vogue. Las guerras mundiales, su visceral independencia y el no atarse a ning¨²n marchante ni dejarse manejar por nadie impidieron que su fama se tradujera a pesetas. En los ¨²ltimos a?os de su vida, ya en Valladolid, pas¨® algunos apuros econ¨®micos, pero, pese a ello, no quiso abandonar su ciudad natal para irse a vivir con sus hijos. Realiz¨® varias exposiciones retrospectivas y vendi¨® gran parte de su obra a la Diputaci¨®n provincial, que le hab¨ªa nombrado hijo predilecto de la provincia y ofrecido una plaza en la residencia Cardenal Marcelo.Estos cuadros adquiridos por la corporaci¨®n provincial integrar¨¢n una gran exposici¨®n-homenaje a Garc¨ªa Benito, que tendr¨¢ por escenario el castillo de Fuensalda?a.
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