Soledad Becerril juzga "madura" la reacci¨®n de la sociedad espa?ola ante el divorcio
Soledad Becerril, madrile?a, de 37 a?os, casada y madre de dos hijos, que el pasado mi¨¦rcoles jur¨® ante el Rey el cargo de ministra de Cultura, considera que uno de los s¨ªntomas de madurez de la sociedad espa?ola es la reacci¨®n que ¨¦sta ha tenido ante hechos tra¨ªdos por la democracia, como la ley de Divorcio, ?cuya promulgaci¨®n y cuyo cumplimiento no ha producido entre nosotros ninguna convulsi¨®n?. Con respecto a la cuesti¨®n el aborto se mostr¨® cauta.
La nueva ministra, la primera mujer espa?ola que accede a un Gabinete desde que Federica Montseny se sent¨® en el Consejo de Ministros de uno de los Gobiernos de la Segunda Rep¨²blica, estima que ese y otros hechos ?evidencian que estamos ante una sociedad madura que no se deja impresionar f¨¢cilmente. Los espa?oles somos ya gente que conjuga sus ideas sobre el matrimonio y sobre la felicidad conyugal con la aceptaci¨®n de lo que es una sociedad moderna y libre en un Estado no confesional, en el que, en efecto, debe existir una ley de Divorcio ?.Soledad Becerril se?al¨®, adem¨¢s, que ?aquellas personas que por su condici¨®n religiosa no aceptan el divorcio, no pueden elevar a regla general lo que para ellas es un compromiso con sus propias creencias?.
En una entrevista que ayer sostuvo con este peri¨®dico, Soledad Becerril habl¨® tambi¨¦n de las actitudes de la sociedad espa?ola y de su propia actitud con respecto al tema del aborto, que afecta al ¨¢mbito de la familia, una de las competencias con las que la nueva ministra se enfrenta.
?Yo no conozco a gente que se declare pro abortista?, dijo la ministra. ?Para m¨ª, el saber que existen personas que acuden al aborto lo ¨²nico que me hace es reflexionar sobre un drama humano. Y me hace pensar en la situaci¨®n social, econ¨®mica o ps¨ªquica de las mujeres que no se sienten capaces de hacerse responsables de tener el hijo que aguardan. Esto me hace meditar sobre todos los medios que hab¨ªa que poner para impedir que se llegue a estas situaciones.
Soledad Becerril habla pausada, meditadamente, arrellanada en un sill¨®n del despacho que ha estrenado, y que piensa redecorar ?usando quiz¨¢ la cal de Andaluc¨ªa, para poder poner posters, para poder clavar papeles con chinchetas, para quitar este ambiente tan solemne?. En ese marco de solemnidad, preocupada por los timbrazos de los ocho tel¨¦fonos de su despacho (?que a¨²n no s¨¦ cu¨¢l de ellos suena?), la nueva ministra de Cultura puso especial cuidado en la elaboraci¨®n de aquella respuesta y en la precisi¨®n que le pedimos: ??Ha firmado alguna vez, en alguna etapa anterior de su vida, cualquier documento favorable a reivindicaciones femeninas, entre las que pudiera estar el tema del aborto??.
Igualdad de derechos
La nueva ministra se limit¨® a responder: ? En l¨ªneas generales ?, y explic¨® que nunca hab¨ªa estampado su firma en documentos relacionados con el mencionado m¨¦todo de interrupci¨®n voluntaria del embarazo. ?S¨ª, me he solidarizado?, a?adi¨®, ?con muchas de las demandas en pro de derechos cuyo cumplimiento es una condici¨®n para lograr la igualdad entre todos los seres. Tambi¨¦n he suscrito campa?as en favor de poner todos los medios que sean posibles para hacer factible la verdadera equiparaci¨®n de oportunidades entre la mujer y el hombre en la sociedad ?.
Soledad Becerril, que ayer se declaraba dispuesta ?a no renunciar a la dosis de utop¨ªa que ahora tengo?, se manifest¨® en la entrevista optimista con respecto al presente y al futuro de la familia espa?ola. ?Creo?, explic¨® la ministra, ?que hoy d¨ªa las relaciones entre los miembros de la familia son menos autoritarias; se da un mayor reparto de responsabilidades, que no s¨®lo alcanza al hombre y a la mujer, sino que tambi¨¦n es asumido por los hijos. El cambio es lento y paulatino, pero yo lo veo con satisfacci¨®n ?.
La nueva ministra de Cultura dice que ha llegado a su despacho ?ligera de equipaje?, y despu¨¦s de la cita de Machado, su paisano adoptivo (ella es madrile?a que ha vivido en Sevilla hasta ahora), recuerda otra frase que le atribuye a Bernard Shaw (sobre los que creen saber y no saben nada, y que por ello parecen predestinados a ser importantes pol¨ªticos), para explicar que ella quiere desmentir esa sentencia. ?Por eso prefiero entrar con una dosis de humildad, para ser consciente de mis responsabilidades y de mis limitaciones?.
Las reacciones ante su nombramiento (entre otros, el l¨ªder socialista Felipe Gonz¨¢lez ha declarado que es el ¨²nico nuevo titular del Gabinete Calvo Sotelo que le parece bien) las considera ?m¨¢s bien favorables?, aunque acept¨® aquellas que estiman que su nombramiento puede obedecer a la evidencia de que la cartera de Cultura no es precisamente una de las claves del Gobierno.
El sexo de los ministros
El inter¨¦s que su nombramiento ha despertado ?por el hecho de ser mujer? lo juzga natural. ?Cuando sea normal que una mujer acceda a responsabilidades de este car¨¢cter, ya nadie se fijar¨¢ tanto en el sexo de los ministros?.
Soledad Becerril, entre cuyas competencias est¨¢ el deporte, recibi¨® ayer, minutos antes de sostener la presente entrevista, a Jes¨²s Hermida, secretario de Estado para el Deporte. Entre los temas abordados estuvo el del Mundial de F¨²tbol, del que Espa?a ser¨¢ anfitriona el pr¨®ximo a?o. La ministra recibir¨¢ hoy a Raimundo Saporta, el presidente del Comit¨¦ que prepara ese acontecimiento futbol¨ªstico. Ante el Mundial, ella se enfrenta en estos t¨¦rminos: ?Con este campeonato, Espa?a ha contra¨ªdo una responsabilidad muy grande. Creo que la gesti¨®n del Mundial est¨¢ en buenas manos. No voy a enmendarle la plana a nadie?.
Antes de despedirse para atender dos llamadas, hechas al un¨ªsono por Rafael Calvo Ortega, ex secretario general de UCD, y por Antonio Garrigues Walker, dirigente de los Clubes Liberales, Soledad Becerril volvi¨® a declararse ut¨®pica y reiter¨® su deseo de pintar de cal blanca su despacho solemne ?para celebrar as¨ª las sucesivas llegadas de la primavera. Aunque a lo mejor no estamos aqu¨ª muchas primaveras?.
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