El D¨ªa de la Constituci¨®n
HOY SE conmemora el tercer aniversario del refer¨¦ndum popular que aprob¨®, masiva y libremente, nuestra Constituci¨®n. El poder ejecutivo no se ha interesado hasta el momento por dar car¨¢cter festivo a este D¨ªa de la Constituci¨®n, tal y como se refleja en el calendario laboral para 1982 y 1983, establecido esta misma semana por decreto. En cambio, el Gobierno ha resuelto por su cuenta llenar el hueco de la fiesta nacional, vacante desde la supresi¨®n del 18 de julio, y ha asignado ese honor, no al 6 de diciembre, sino al.12 de octubre, sin consultar con la oposici¨®n parlamentaria y con las instituciones de auto gobierno vascas y catalanas cu¨¢l podr¨ªa ser la fecha m¨¢s adecuada para simbolizar el orgullo colectivo de la per tenencia a la comunidad espa?ola.En contraste con esta frialdad, la feliz iniciativa de cuatro partidos pol¨ªticos mayoritarios (UCD incluida) de invitar a los ciudadanos para que expresen esta celebraci¨®n sacando a la calle la bandera de todos los espa?oles merece el aplauso. La sectaria estrategia puesta en pr¨¢ctica por la ultraderecha y los golpistas para monopolizar la bandera nacional y el nombre de Espa?a ha tenido, lamentablemente, Un ¨¦xito parcial, toda vez que esta abominable manipulaci¨®n ha Ilegado a convencer a gentes honradas de que s¨®lo quienes usurpan la bandera rojigualda como si fuera una ense?a de partido o vitorean a Espa?a como si de una propiedad particular se tratara tienen sentimientos patri¨®ticos. Resulta l¨®gico -y ya era hora- que los dem¨®cratas, es decir, la abrumadora mayor¨ªa de la poblaci¨®n, reaccionen ante ese indigno secuestro de los s¨ªmbolos comunes y reivindiquen su derecho a enarbolar una bandera que est¨¢ reconocida y consagrada no s¨®lo por la tradici¨®n, sino tambi¨¦n por el art¨ªculo 4 de la Constituci¨®n que hoy conmemoramos.
Las eventuales ambig¨¹edades o defectos t¨¦cnicos del articulado de la Constituci¨®n provienen de las complicadas negociaciones que hicieron posible su aprobaci¨®n por consenso -desde Alianza Popular hasta el PCE-, pero no afectan a la parte esencial de su texto.
La Constituci¨®n asienta la Monarqu¨ªa parlamentaria sobre las firmes bases de la soberan¨ªa popular, asigna al Estado social y democr¨¢tico la realizaci¨®n de la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo, reconoce el derecho a la autonom¨ªa a las nacionalidades y regiones, y consagra los principios del Gobierno representativo, las elecciones libres, el sistema de partidos y el imperio de las leyes. Adem¨¢s, define el cat¨¢logo de derechos y libertades que amparan a los ciudadanos de los abusos y arrogancias del poder y protegen a la sociedad de las invasiones arbitrarias del Estado. Por esa raz¨®n, la gran mayor¨ªa de los espa?oles, al celebrar el tercer aniversario del 6 de diciembre de 1978, est¨¢n manifestando su, firme voluntad de impedir que nadie les arrebate lo que han ganado con su lucha y con sus votos: el derecho a la vida y a la integridad f¨ªsica y moral, 4a abolici¨®n de la pena de muerte y de la tortura, la libertad ideol¨®gica y religiosa, la inviolabilidad del domicilio y las comunicaciones personales, el derecho al honor y a la intimidad, la libertad de expresi¨®n, el derecho de manifestaci¨®n, el derecho de asociaci¨®n, el derecho al sufragio, la protecci¨®n jurisdiccional, el derecho a la educaci¨®n, etc¨¦tera.
El resto de la Constituci¨®n, cuya reforma no exigir¨ªa la disoluci¨®n de las Cortes Generales ni precisar¨ªa refer¨¦ndum, puede mostrar defectos o carencias a medida que el funcionamiento de las instituciones y el transcurso del tiempo vayan presentando desaf¨ªos imprevistos o nuevos problemas. Sin embargo, ese n¨²cleo fundamental al que nos hemos referido antes, y que contiene los principios organizativos de la Monarqu¨ªa parlamentaria y las libertades ciudadanas, deber¨¢ ser transmitido a las generaciones futuras como ¨²nico procedimiento para impedir que las ambiciones de unos pocos lancen de nuevo a, los espa?oles a insensatos conflictos fratricidas.
Los espa?oles, que alcanzaron el reconocimiento de su mayor¨ªa de edad pol¨ªtica el 6 de diciembre de 1978, tienen, por lo dem¨¢s, derecho a exigir del poder de las Cortes Generales y del Gobierno por ellas designado el exacto cumplimiento de los mandatos constitucionales y la defensa eficaz y en¨¦rgica de las instituciones democr¨¢ticas. Porque la alarmante sensaci¨®n de que la Constituci¨®n, esto es, la Monarqu¨ªa parlamentaria y las libertades, se encuentran en peligro no es fruto de recelos enfermizos o mala voluntad, sino del an¨¢lisis de acontecimientos recientes de signo preocupante. Por eso, que el D¨ªa de la Constituci¨®n sirva para cimentar la solidaridad de los ciudadanos y su disposici¨®n activa para defender la democracia es cuanto deseamos.
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