La ministra de Cultura

No es necesario recurrir a la descalificaci¨®n a priori de todo un colectivo, en este caso el nuevo Gabinete de Leopoldo Calvo Sotelo, como se est¨¢ haciendo desde "tantas tribunas p¨²blicas instaladas precisamente para esto", para atisbar, por lo menos, lo que pueden dar de s¨ª algunos de sus componentes, por ejemplo, la se?ora ministra de Cultura, que no parece llegar a un Ministerio tan importante como el de Cultura, (a no ser que se le considere como una agencia para recuperar obras de arte de muy dudoso valor art¨ªstico, que no de gran contenido pol¨ªtico) con excesivo bagaje, que no es lo mismo que buena voluntad, bonita figura y simpat¨ªa.Leyendo sus presuntas declaraciones-afirmaciones aparecidas en EL PAIS (viernes 4 de diciembre) con alg¨²n sentido cr¨ªtico -tampoco hace falta mucho-, no se encuentran sino ambig¨¹edades, generalizaciones y hasta contradicciones, no muchas. As¨ª, por ejemplo, cuando considera la postura de la sociedad espa?ola frente a la ley de Divorcio, uno no sabe a qu¨¦ atenerse; o bien la sociedad espa?ola ha demostrado su madurez haciendo, pr¨¢cticamente, caso omiso de la citada ley, o bien, es profundamente inmadura, ya que apenas si hace caso omiso de ley tan progresista, etc¨¦tera./