Descubierta una falla de 2.800 kil¨®metros que atraviesa EE UU
Raymond Arvidson, investigador de la agencia espacial norteamericana NASA, inform¨® ayer en San Luis, Misuri, que se ha descubierto la existencia de una gigantesca falla que atraviesa casi todo Estados Unidos. La falla, que ha sido descubierta gracias a la utilizaci¨®n de tecnolog¨ªa espacial, se extiende sobre una distancia de 2.800 kil¨®metros, desde el Estado de Washington, al noroeste del pa¨ªs, hasta el sur de los Apalaches, pasando por el Estado de Misuri. La anchura de esta falla alcanza en ocasiones 140 kil¨®metros.El doctor Arvidson, que dirige el centro, de imagen planetaria de la NASA en San Luis, declar¨® que la primera reacci¨®n de los cient¨ªficos fue la de no dar cr¨¦dito a lo que estaban viendo: ?Era imposible, demasiado enorme?. Sin embargo, las evidencias fotogr¨¢ficas sucesivas demostraron la existencia de la falla, que, por otra parte, podr¨ªa contribuir a explicar c¨®mo se formaron los continentes y la forma en que ¨¦stos responden a los movimientos tect¨®nicos. El descubrimiento se ha realizado gracias a la utilizaci¨®n de una tecnolog¨ªa puesta a punto durante la misi¨®n Viking de investigaci¨®n del planeta Marte.
La falta de San Andreas
California est¨¢ amenazada hist¨®ricamente por una profec¨ªa compartida por adivinos, magos, cient¨ªficos, catastrofistas, redentoristas y oportunistas varios; la falla de San Andreas se pondr¨¢ alg¨²n d¨ªa, antes de lo que muchos piensan, en movimiento. El terremoto que arras¨® San Francisco en 1906 s¨®lo ser¨ªa, en este caso, un aperitivo. La relativa psicosis s¨ªsmica que afecta a Estados Unidos, y especialmente a California, fue considerada en un art¨ªculo publicado el pasado 17 de octubre en el Nouvel Observateur.Cada d¨ªa, Los Angeles se aproxima un poco m¨¢s a San Francisco, lentamente, pero de forma ininterrumpida, a un ritmo de algunos cent¨ªmetros anuales. Los Angeles es una ciudad anclada sobre la placa del Pac¨ªfico norte, que flota inexorablemente hacia el Norte. San Francisco, por el contrario, est¨¢ fijada a la placa continental americana, que se desplaza, tambi¨¦n inexorablemente, hacia el sur. Entre ambas ciudades, sobre m¨¢s de trescientos kil¨®metros, se extiende una herida inmensa, jam¨¢s cicatrizada: la falla de San Andreas, que divide California en dos por su eje Norte-Sur. El choque de ambas placas o, m¨¢s habitualmente, las fricciones, son el origen de los frecuentes movimientos tel¨²ricos. El ¨²ltimo de estos movimientos se produjo el 4 de septiembre de 1981. Un se¨ªsmo de intensidad moderada (5,5 grados en la escala de Richter), cuyo epicentro se encontraba situado a 65 kil¨®metros de Los Angeles.
No hay nada m¨¢s modesto y m¨¢s frecuente en California que un temblor de grado 5; la zona ha conocido una veintena de ellos desde 1979. Los efectos son d¨¦biles: algunos platos rotos, grietas en los muros -m¨¢s miedo que destrozos-. M¨¢s raros, pero m¨¢s destructivos, son los temblores de grado 6 ¨® 7; por ejemplo, el terremoto de San Fernando en 1971, de grado 6,5 en la escala de Richter, que en el barrio norte de Los Angeles caus¨® 65 muertos, destruy¨® tres puentes de carretera y dej¨® fuera de servicio 675 viviendas. Pero este tipo de sucesos tampoco tienen nada de particular, ocurren por t¨¦rmino medio cada diez a?os, y el ¨²ltimo, octubre de 1979, destruy¨® una buena parte de las villas de El Centro y Calexico.
Los temblores de tierra gigantes, de ocho o m¨¢s grados, comparables al que destruy¨® San Francisco en 1906, son capaces de romper el suelo sobre una distancia de 170 kil¨®metros y dejar un rastro de cicatrices de cinco metros de largo Por todas partes. James Dieterich, director del programa de predicciones s¨ªsmicas del Centro de Cartograf¨ªa Geol¨®gica de Menlo Park, est¨¢ harto de hacer predicciones y de que otros las hagan con una seguridad tan desconcertante.
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