El Madrid perdi¨® con dignidad en el Camp Nou
El Madrid no se amilan¨® cuando recibi¨® el primer tanto de la tarde. El Barcelona se asust¨® por la pronta ventaja y recul¨®. El Barcelona, sin Schuster, fue menos Barcelona que en otros encuentros. El Madrid, por contra, fue mucho m¨¢s Madrid que el que habitualmente vemos en Chamart¨ªn. El Madrid perdi¨® con dignidad en Barcelona. Pudo incluso resultar vapuleado si Simonsen hubiera acertado la ¨²ltima de sus grandes jugadas con el remate final. Pero incluso con ese cuarto gol la opini¨®n serena no hubiera podido variar. El Barcelona gan¨® sin trampa ni cart¨®n al Madrid, pero no pudo humillarle.Con los partidos del a?o suele pasar como con las corridas de expectaci¨®n: que siempre se dice que son de decepci¨®n. El Barcelona Madrid siempre es un encuentro caliente. Y lo era m¨¢s esta vez, porque los del Camp Nou, aspiraban a poner a su adversario contra las cuerdas, al tiempo que los madridistas quer¨ªan demostrar que no son tan mediocres como habitualmente se les ve. El encuentro no cay¨® nunca en el sopor, pero t¨¦cnicamente dej¨® mucho que desear durante muchas fases. Si hubo decepci¨®n, fue en lo que a calidad se refiere. No obstante, ning¨²n espectador pudo salir absolutamente decepcionado, porque siempre hubo emociones que comentar.
El encuentro no tuvo estrellas. Y no por las ausencias obligadas sino por el hecho de que entre los actuantes hubo, en general, un tono similar. Los dos conjuntos rivalizaron en las misiones de sacrificio y entrega. Los dos equipos jugaron a ganar, pero sin buscar especiales lucimientos. El miedo predetermin¨® el juego. Ambos entrenadores explicaron a sus pupilos que hab¨ªa misiones que cumplir por encima de cualquier otra circunstancia. V¨ªctor renunci¨® a toda labor que no fuera perseguir a Stielike por todas partes. Manolo no pens¨® jam¨¢s en otra cosa que en anular a Juanito. S¨¢nchez se olvid¨® de sus buenas condiciones para llegar al ¨¢rea contraria porque se dedic¨® de lleno a Garc¨ªa Hern¨¢ndez. Todos fueron marcadores. Pocos jugadores gozaron de libertad de movimientos. Entre quienes la tuvieron se produjeron fallos notables, como el de Mor¨¢n, que pas¨® inadvertido mientras jug¨®.
Hasta el primer cuarto de hora hubo sensaci¨®n de superioridad azulgrana. Contragolpes r¨¢pidos, con cambios de juego y balones al hueco, produjeron la sensaci¨®n de El Madrid perdi¨®
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