En defensa del doctor AIguacil

La Asociaci¨®n para la Defensa de la Sanidad P¨²blica (ADSP), con su junta rectora al frente, quiere con estas l¨ªneas manifestarse contra la campa?a de desprestigio orquestada contra el doctor Antonio Alguacil Garc¨ªa, jefe del servicio de Anatom¨ªa Patol¨®gica de Las Palmas, destacado defensor del hospital p¨²blico y persona de incuestionable ejecutoria y gran calidad profesional.La asociaci¨®n cree que defender al doctor Alguacil es la mejor manera de cumplir con sus fines de defensa de una sanidad p¨²blica eficiente, porque lo que ha hecho el doctor Alguacil, y los restantes sanitarios sancionados en Canarias, ha sido oponerse a que altos cargos de la sanidad p¨²blica de Las Palmas sean ocupados por personas en relaci¨®n con los intereses sanitarios privados de las islas; y esa conducta est¨¢ llena de coherencia y recta intenci¨®n, por lo cual debi¨® ser asumida por el Insalud, de entrada, por pura ¨¦tica, a la hora de nombrar los aludidos cargos.

A la vez, en la l¨ªnea de defensa de un Insalud sin corrupci¨®n estructural, nuestra asociaci¨®n desea sugerir a la Secretar¨ªa de Estado para la Sanidad, ¨®rgano sancionador del personal m¨¦dico de la Seguridad Social, que est¨¦ vigilante para no dejarse sorprender en este caso por acusaciones contra el doctor Alguacilm, que pudieran estar impregnadas de connotaciones pol¨ªticas totalitarias de ultraderecha. Y que ser¨ªa bueno, para que la facultad disciplinaria del Insalud se cargara de argumentos morales, que antes de proponer una sola sanci¨®n a un solo sanitario espa?ol el mencionado instituto deje de tolerar posibles anomal¨ªas en su seno, como del an¨¢lisis de la conducta de no pocos funcionarios inspectores parace deducirse. No nos referimos a una gran cantidad de inspectores decentes, sino a los que est¨¢n en n¨®mina en el Insalud sin acudir a trabajar para el instituto; los que antiestatutariamente son a la vez m¨¦dicos de empresa, o los que, convictos de graves conculcaciones penales, siguen con cargos. Mientras el Insalud no se decida a acabar con la pol¨ªtica discriminatoria en cuanto a lo sancionable, nos parece que no tiene fuerza moral para corregir, y menos brutalmente, como pudiera pretenderse hacer con el doctor Alguacil, ni a este buen profesional ni al m¨¢s modesto de los trabajadores de la salud./ y, en su nombre, la junta rectora.