El f¨²tbol base s¨®lo cuesta 800 millones de pesetas
El trabajo del f¨²tbol inferior se puede entender como inversi¨®n (para futuros traspasos), como recurso (en el caso de los poderosos) o como necesidad (clubes modestos con la exigencia de jugadores aut¨®ctonos). Durante a?os se ha considerado al Athl¨¦tic de Bilbao como el ¨²nico club que trabajaba el f¨²tbol base. Despu¨¦s se pens¨® en la Real Sociedad. Hoy pr¨¢cticamente todos los clubes de Primera Divisi¨®n tienen en su primer equipo a seis titulares procedentes de sus conjuntos infantiles, juveniles o aficionados. El pionero, el Athl¨¦tic, se ha quedado atr¨¢s. Para varios dirigentes del Athl¨¦tic, la cantera es inefectiva y cara; es un lujo.
La cantera del Athl¨¦tic, oscura
Lezama comenz¨® a funcionar hace ocho a?os. En Semana Santa pasan por las instalaciones 150 equipos, con jugadores entre los diez y quince a?os de edad. Todos los t¨¦cnicos del club, todos los ojeadores repartidos en la geograf¨ªa espa?ola, se concentran para seleccionar a los cachorros. De esos miles de jugadores pocos llegan al primer equipo. Es el problema de los grandes, como el Barcelona y el Real Madrid. El Bilbao, que s¨®lo quiere a nacidos en Vizcaya, Guip¨²zcoa, Alava o Navarra, prefer¨ªa -hasta que se agotaron- un vasco exiliado a uno de la casa. Cuando se acabaron los Tirapu, Churruca, Irureta, dio oportunidades a los productos propios. En su reciente mejor ¨¦poca -la final de Copa con el Betis y la final de la UEFA-, el Athl¨¦tic ten¨ªa m¨¢s guipuzcoanos que vizca¨ªnos. Era el Athletic San Sebasti¨¢n.Con la excepci¨®n de Rojo y Dani, el actual equipo ronda los veintitr¨¦s a?os. Todos son nacidos en estas provincias, con importante contribuci¨®n navarra (Tirapu, De Andr¨¦s, Purroy, Sola). No se permiten excepciones justificadas, como en la Real. Con el ¨¦xito del equipo guipuzcoano y del Osasuna, jugadores de estas provincias son captados por sus clubes representativos. Desde hace varios a?os, el futuro bilba¨ªno se ennegrece por la carencia de campos en Vizcaya y, por tanto, de jugadores. Muchos equipos de Primera y Segunda Divisi¨®n tienen jugadores vascos, pero todos desechados por el Athl¨¦tic (O?aederra, Aguirreoa, Amorrortu, Merayo, Carlos, Vidal, del Barrio, por ejemplo) como incapaces de darles t¨ªtulos. Porque el Athl¨¦tic, a diferencia del resto de los clubes que s¨®lo trabajan con cantera, quiere triunfos.
Los ocho a?os de trabajo han dado unos resultados dudosos. El f¨²tbol del Athl¨¦tic, considerado como el genuinamente vasco, ha ganado en t¨¦cnica y ha perdido en garra. Los jugadores que han llegado al primer equipo adolecen de falta de sufrimiento. Son frecuentes los chistes f¨¢ciles sobre la bondad de los leones de San Mam¨¦s. Hoy el f¨²tbol vasco es el de la Real.
El club se gasta actualmente en el f¨²tbol inferior 75 millones de pesetas. Gran parte del presupuesto se lo lleva Lezama, sus intalaciones, sus siete campos de f¨²tbol, el pabell¨®n de hierba artificial, la residencia para jugadores y los siete t¨¦cnicos, que pr¨¢cticamente viven all¨ª. La mayor¨ªa son ex jugadores del Bilbao; como Ir¨ªbar, recogido en el club como una instituci¨®n, como un s¨ªmbolo, despu¨¦s de que su militancia pol¨ªtica le costara la prosperidad econ¨®mica. Declararse de Herri Batasuna le acarre¨® la ruptura de todos los contratos con la Capitan¨ªa General de Burgos, cuarteles de la Guardia Civil y el Centro de Instrucci¨®n de Reclutas de Araca, a los que abastec¨ªa, de patatas, con su flota de 70 veh¨ªculos.
Cantera, ant¨ªtesis de espect¨¢culo
La cantera es la ant¨ªtesis del espect¨¢culo. No arrastra p¨²blico a los estadios, y menos en aficiones acostumbradas a lo mejor del mundo. Es l¨®gico que quien busca espect¨¢culo prescinda del jugador de casa. El p¨²blico le tiene muy visto y no le valora. Se asciende como complemento de la estrella y con un contrato sensiblemente inferior. Estos moldes se rompen cuando no se busca espect¨¢culo n t¨ªtulos, y s¨ª subsistir en la divisi¨®n con gentes de la tierra, que, adem¨¢s, es m¨¢s barato. La cantera entonces no es un recurso, sino un imperiosa necesidad. Alcanzar un t¨ªtulo es la excepci¨®n, fruto de la casualidad, de la coincidencia, mejor, de la Real Sociedad. M¨¢s menos, mejor o peor, todos los clubes de Primera Divisi¨®n trabaja la cantera, pero es muy dif¨ªcil que en una misma hornada, en un misma generaci¨®n, coincida media docena de jugadores extraordinarios y que superen a los clubes basados en el fichaje millonario.Es el caso de la Real Sociedad y su generaci¨®n de los setenta. ?Cu¨¢nto tardar¨¢ la Real en producir a la vez un plantel con jugadores como Arconada, Kortabarr¨ªa, Alonso, Zamora, L¨®pez Ufarte y Satr¨²stegui? Lo l¨®gico es que tarde veinte o treinta a?os. Si en las artes y en las letras hay generaciones m¨¢s brillantes que otras, en el f¨²tbol igual, por mucho y bien que se trabaje. La Real Sociedad trabaja bien y adem¨¢s ha tenido ¨¦xito. Se ha encontrado con cantera, espect¨¢culo y t¨ªtulos. La excepci¨®n. A la Real se le debe conceder el m¨¦rito de aguantar las millonarias ofertas de los poderosos.
La Real no tiene un presupuesto muy alto para la cota alcanzada: 50 millones de pesetas. A falta de una programaci¨®n detallada tiene, dos peculiaridades que otros no poseen: una quinta parte de este presupuesto, dedicado a subvencionar a clubes guipuzcoanos, y el t¨¦cnico Exp¨®sito. Es un hombre valios¨ªsimo para el club, no tanto por sus conocimientos futbol¨ªsticos como por sus cualidades humanas. Al Athl¨¦tic, se dice, le falta un exp¨®sito. El t¨¦cnico del Sanse es ante todo un creador de porteros y un hombre que ense?a a sufrir. Por sus manos han pasado todos. Muchos hablan pestes de ¨¦l, pero le consideran un eslab¨®n imprescindible. Satr¨²stegui, por ejemplo, ascendi¨® al primer equipo amenazando con irse del club si continuaba bajo las ¨®rdenes de Exp¨®sito.
La modestia econ¨®mica del club obliga al r¨¢pido ascenso de los jugadores, en ocasiones mediocres, pero que con la continuidad se convierten en buenos y hasta en internacionales, sin desmerecer de otros con m¨¢s fachada. La diferencia entre un club que s¨®lo trabaja con cantera y un club poderoso puede ser la siguiente: con veintisiete a?os, Garc¨ªa Hern¨¢ndez sigue siendo una promesa en el Real Madrid; con los mismos a?os, Satr¨²stegui se encamina a su d¨¦cima temporada en la divisi¨®n de honor. Kortabarr¨ªa, con 31 a?os, lleva once en primera. Es el m¨¢s veterano. La captaci¨®n de jugadores no tiene la rigidez del Athl¨¦tic; cualquier jugador formado en el Pa¨ªs Vasco o con ascendencia vasca puede integrarse en el club.
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