El veredicto del caso De Broglie no ha convencido a nadie en Francia
El proceso por el asesinato del pr¨ªncipe y hombre pol¨ªtico franc¨¦s Jean de Broglie concluy¨® el viernes en Par¨ªs con un veredicto "h¨ªbrido, a imagen de un asunto maldito que envenenaba la justicia", seg¨²n apreciaci¨®n del presidente del tribunal, Andr¨¦ Giresse. Este magistrado hab¨ªa anunciado al principio de la vista un Watergate franc¨¦s. Ha habido culpables oficiales, pero ni una sola de las cuestiones esenciales ha sido esclarecida por un juicio que todos los especialistas convienen en calificar de "farsa tr¨¢gica" o de "avatar poco glorioso de una democracia".
?Qui¨¦n fue el verdadero organizador del asesinato del pr¨ªncipe De Broglie? ?Cu¨¢l fue el m¨®vil real del crimen? ?Qui¨¦n conoc¨ªa los preparativos de ese crimen? La desaparici¨®n del diputado y ex ministro, ?fue consecuencia de un compl¨® pol¨ªtico o de una trama financiera? Cinco a?os de investigaciones, centenares de polic¨ªas y de expertos movilizados, una comisi¨®n parlamentaria que paraliz¨® su propia encuesta y, por fin, dos meses para un proceso-torre de Babel que no tiene paralelo en los anales de la justicia francesa de la posguerra, si se except¨²a el que deliber¨® sobre la desaparici¨®n del l¨ªder marroqu¨ª Ben Barka.Todo esto no ha servido pr¨¢cticamente para nada. Cada cual conviene en que las preguntas ya anotadas no han sido resueltas, a pesar de que el veredicto ha se?alado a los culpables al condenar a los cuatro acusados. Seg¨²n este fallo, el hombre de negocios Pierre de Varga fue el cerebro del crimen. El polic¨ªa Guy Simonet lo organiz¨®. G¨¦rard Freche, un truh¨¢n, fue el ejecutante, y Serge Tessedre ofici¨® de intermediario. Los tres primeros han sido condenados a diez a?os de c¨¢rcel cada uno, y el ¨²ltimo, a cinco a?os.
Las penas se consideran moderadas en el caso de que De Varga haya sido, como lo dice el veredicto, el organizador de este tenebroso enredo, con un pr¨ªncipe, pol¨ªtico y enigm¨¢tico hombre de negocios como protagonista. Pero si De Varga no es el cerebro, como lo ha sostenido su defensa, ?por qu¨¦ no est¨¢ en la calle? El proceso De Broglie ha sido el proceso de las mentiras. La polic¨ªa, la justicia, los pol¨ªticos... han mentido todos. Y por ello el tribunal ha optado por la duda.
El 24 de diciembre de 1976, De Broglie, al abandonar en Par¨ªs el domicilio de su asociado De Varga, ya en la calle, cay¨® muerto por tres balas que le hab¨ªa disparado el pistolero Freche. As¨ª empezaba a escenificarse uno de los misterios de la V Rep¨²blica giscardiana, el m¨¢s tr¨¢gico de todos ellos.
Milagrosamente, cinco d¨ªas despu¨¦s, el ministro del Interior de aquella ¨¦poca, Michel Poniatowski, pr¨ªncipe tambi¨¦n, amigo ¨ªntimo de Giscard, fianqueado por los dos m¨¢ximos responsables de la polic¨ªa, afirmaba rotundamente: "Asunto concluido. Todo est¨¢ claro. De Broglie le hab¨ªa prestado cuatro millones de francos a De Varga para comprar el restaurante de La Reine Pedauque. Mediante un juego bancario de seguros de vida, la desaparici¨®n f¨ªsica del pr¨ªncipe le evitar¨ªa a De Varga la devoluci¨®n del pr¨¦stamo".
Conclusi¨®n evidente: el negociante y restaurador, hombre de antecedentes judiciales inquietantes, era el cerebro del crimen. El polic¨ªa Simone lo hab¨ªa organizado; otro de los comparsas le hab¨ªa ayudado a este ¨²ltimo y Freche fue quien dispar¨® la pistola, a las nueve de la ma?ana del d¨ªa 24, en la rue de los Dardanelos. Todo era evidente en estos momentos: un muerto, De Broglie; un asesino, De Varga, y un m¨®vil, cuatro millones de francos.
Nadie qued¨® satisfecho, pero nadie pod¨ªa demostrar nada en sentido contrario. Hubo que esperar hasta 1979, cuando el semanario sat¨ªrico Le Canard Enchaine, con documentos probatorios, estableci¨® que un inspector de polic¨ªa, Michel Roux, con anterioridad al crimen, hab¨ªa entregado a sus superiores un informe que narraba con minuciosidad el proyecto de asesinato del pr¨ªncipe.
Los superiores negaron, confesaron m¨¢s tarde, pero ese informeno le fue entregado al juez instructor. Y el ministro Poniatowski, ?lleg¨® a tener noticia del informe? Por fin le fue entregado a un nuevo juez que dirig¨ªa la investigaci¨®n, pero ¨¦ste lo escondi¨® tambi¨¦n, "porque me lo hab¨ªan dado a t¨ªtulo personal". Y a partir de aqu¨ª, el asesinato financiero empez¨® a cederle el paso a la posibilidad del compl¨¢ pol¨ªtico.
La instrucci¨®n continu¨® por senderos insospechados con la aparici¨®n de personajes y personajillos de todas las cataduras, hasta que se descubri¨® que antes del 24 de diciembre hab¨ªa estado contratado como ejecutante del crimen otro truh¨¢n: Andr¨¦ Bernard. Esto ocurr¨ªa tres meses antes del asesinato, y Bernard, durante ese tiempo, estuvo sometido a escuchas telef¨®nicas por parte de la polic¨ªa. Esta neg¨® rotundamente, hasta que, de nuevo Le Canard inform¨® sobre el asunto, y la polic¨ªa reconoci¨® el hecho.
?Hasta qu¨¦ alturas de la jerarqu¨ªa estatal y policial llegaron estas pruebas sobre los proyectos de asesinato del pr¨ªncipe y, eventualmente, qu¨¦ papel jugaron los personajes implicados directamente, con sus declaraciones falsas o con sus omisiones? Si conoc¨ªan los peligros que corr¨ªa De Broglie,-?por qu¨¦ no los evitaron?-
El proceso no ha respondido a ninguna de todas las cuestiones anteriores. Hay que a?adir, para rematar la tupida mara?a, la personalidad del difunto, fuente de m¨²ltiples hip¨®tesis m¨¢s, tan veros¨ªmiles como las contrarias al insertarlas en el escenario de esta comedia de enredos manipulada por la polic¨ªa, la justicia y la pol¨ªtica.
Jean de Broglie, pr¨ªncipe, pol¨ªtico giscardiano ca¨ªdo en desgracia, heredero de dos fortunas colosales, pero escaso de liquidez hasta la angustia cotidiana. ?Cu¨¢ntas leyendas o hechos reales no se han tejido a cuenta de esa debilidad suya por el dinero contante y sonante? De Broglie, traficante de armas con los pa¨ªses ¨¢rabes. De Broglie, traficante de uranio. De Broglie, sol y sombra del Opus del, con Matesa y Sodatex. De Broglie y su casa de Sicilia a causa de sus relaciones con la Mafia. Y por fin, el proceso, que deb¨ªa resolver todas las inc¨®gnitas, ha cultivado la m¨¢s pura virginidad. Lo ¨²nico cierto, cuando todo se ha acabado, es que el pr¨ªncipe Jean de Broglie, pol¨ªtico en decadencia, arruinado, fue v¨ªctima de tres impactos de bala hace cinco a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.